Alemania necesita un debate abierto sobre las exportaciones de armas.

Alemania envía a Ucrania cascos, pero no le suministra armas, ni siquiera para defenderse. Esto es lo que resulta de la prolongada negativa a debatir seriamente la delicada cuestión de la exportación de armas, escribe Jens Thurau.

Es una de las grandes contradicciones de la política exterior alemana, y lo ha sido durante muchos años. Alemania es uno de los mayores exportadores de armas del mundo: Actualmente, ocupa el cuarto lugar, después de Estados Unidos, Rusia y Francia. El año pasado, los fabricantes de armas alemanes exportaron productos por valor de más de 9.000 millones de euros, principalmente a Egipto.

Pero al mismo tiempo, el gobierno alemán -tanto el nuevo como el antiguo- mantiene la postura de que no suministra armas a zonas de guerra o de crisis. Ni siquiera ahora, en medio de la escalada de la crisis a lo largo de las fronteras exteriores de Ucrania, donde el ruido de sables de Rusia ha alcanzado proporciones alarmantes y Estados Unidos advierte que Moscú puede lanzar un ataque contra Ucrania en los próximos días.

El canciller alemán, Olaf Scholz, y la ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, confían plenamente en la diplomacia. Tras semanas de peculiares vacilaciones, han instigado una verdadera ofensiva de conversaciones, que culmina con las visitas de Scholz esta semana a Kiev y luego a Moscú.

Cascos alemanes enviados a Ucrania.

Retención en situaciones de peligro

Hay buenas razones por las que Alemania ha adoptado la postura de, por principio, no suministrar armas a zonas de guerra o de crisis, especialmente cuando se trata de una región que, en la memoria de todos, ha sufrido las consecuencias de una terrible ocupación alemana. El peligro de alimentar aún más los conflictos si se suministran más y más armas no es algo que se pueda descartar sin más. Y también es cierto que no habrá disparos mientras las partes del conflicto sigan hablando entre sí.

Más bien, el problema es que, en Alemania, especialmente en los partidos gobernantes, no hay un debate serio sobre el punto en el que esta posición deja de ser defendible. Y esto se debe, en parte, a que está profundamente arraigada en la mentalidad alemana de posguerra la idea de que, cuando una situación se vuelve peligrosa, Alemania debe contenerse.

Los sondeos muestran que la mayoría de la población se ha opuesto a todos los despliegues de la Bundeswehr en el extranjero, desde Afganistán hasta Mali. Los partidos políticos han sacado sus conclusiones de ello. Alemania está encantada de hacer negocios con todo el mundo, y eso incluye los tratos de armas. Sin embargo, cuando se trata de conflictos, mantiene su postura fundamental casi pacifista, aunque en el pasado se hayan hecho repetidas excepciones.

Para los socialdemócratas, el principal socio de la coalición de gobierno de Alemania, esta actitud se remonta a los días de la política de distensión del canciller Willy Brandt a principios de la década de 1970. Para los Verdes, tiene su origen en las raíces del partido en el movimiento pacifista de los años 70 y 80.

Sin embargo, en ambos partidos hay quienes sostienen desde hace tiempo que esta posición no puede mantenerse en todo momento y en todo lugar. En la última conferencia del Partido Verde, por ejemplo, se propuso que Ucrania recibiera más apoyo militar, aunque la propuesta no obtuvo la mayoría. Y durante la campaña electoral del año pasado, el político de Los Verdes Robert Habeck, actual vicecanciller y ministro de Economía de Alemania, se llevó fuertes críticas de sus propias filas cuando, en una visita a las zonas de combate del este de Ucrania, pidió que se suministrara a Kiev armamento defensivo.

Sin embargo, el debate no fue más allá. Se apagó, como casi siempre ocurre en Alemania en lo que respecta a esta cuestión. Una rara excepción fue la participación de Alemania en la guerra de Kosovo en los Balcanes, hace más de 20 años. Y esa decisión estuvo a punto de destrozar al Partido Verde, cuyo ministro de Asuntos Exteriores era entonces el propio Joschka Fischer.

Decidir de forma individual

Lo que se necesita ahora es un debate honesto sobre el papel que quiere desempeñar Alemania -incluso en términos militares- en la cambiante situación geopolítica actual. Hace tiempo que está claro, por ejemplo, que Estados Unidos está dirigiendo cada vez más su atención a la región del Pacífico e instando a Europa a tomar los conflictos de su propia región en sus manos.

Esto seguirá siendo así, aunque el presidente estadounidense Joe Biden se centre más en Europa de lo que lo hizo su errante predecesor Donald Trump. A medio y largo plazo, Alemania ya no puede confiar en los estadounidenses, o quizás en los británicos y franceses, para hacer el trabajo sucio.

Con esto no se está sugiriendo que haya que abogar por un rearme ilimitado o por exportaciones de armas ilimitadas sin tener en cuenta la historia de Alemania. Pero, aunque la posición actual del gobierno es razonable, también hay muchos buenos argumentos que podrían haberse esgrimido en sentido contrario en el caso de Ucrania. Todavía los hay. Ucrania acaba de solicitar un gran número de misiles antitanque alemanes.

Sin embargo, esto es un llamamiento para que Alemania adopte un enfoque honesto y tome decisiones en torno a cada conflicto de forma individual, manteniendo siempre la posición fundamental de Alemania de moderación. Por otra parte, también deberíamos tomarnos en serio la reducción de los permisos de exportación de armas. Hace tiempo que se necesita moderación en este sentido, sobre todo con respecto a los países en los que se pisotean los derechos humanos.

Deutsche Welle

4 thoughts on “Alemania necesita un debate abierto sobre las exportaciones de armas.

  • el 19 febrero, 2022 a las 10:33
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    Alemania no quiere vender armas a Ucrania osea tiene/debe tener un problema? Quien lo dice?

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    • el 19 febrero, 2022 a las 23:55
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      Efectivamente, Alemania se esta convirtiendo en un problema para la seguridad en Europa. Un gigante económico con un ejercito penoso, que piensa que las armas son un bonito adorno. No es posible sacar adelante los programas de armas que tanto necesita Europa si las exportaciones dependen de los caprichos del gobierno Alemán.

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    • el 20 febrero, 2022 a las 16:55
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      el problema es el FCAS, etc… proyectos europeos que debido a las altas restricciones de venta de armas que tiene Alemania hacen inviables futuros proyectos conjuntos europeos… Ya que si luego no se exporta sólo producen pérdidas millonarias y no compensa.

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  • el 19 febrero, 2022 a las 16:04
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    Alemania está cogida de las bolas por Rusia y su gas a precio de ganga, el mismo recurso que hace a la economía alemana supercompetitiva. Así cualquiera.
    Resulta que el motor de Europa se gripa nada más que Rusia aprieta un poco los bajos. La Europa Federal de los globalistas marxistoides ha hecho bluff, es y será siempre una quimera, demos gracias a Dios nuestro señor

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