Alemania planea aumentar su despliegue en Asia tras la incursión de un buque de guerra en el Mar de China Meridional.

Alemania espera nuevos despliegues militares en Asia tras el envío de un buque de guerra al Mar de China Meridional por primera vez en dos décadas, aunque su actividad en la región se intensificará en «pequeños pasos», según declaró el lunes el jefe de la Marina de Berlín.

La maniobra de la fragata Bayern, de la clase Brandenburg, por las aguas ricas en recursos, se produce tras una expansión similar de la actividad naval en la zona este año por parte de las naciones occidentales, en medio de la preocupación por las reclamaciones territoriales de China en las aguas en disputa.

La última vez que un buque de guerra alemán atravesó el Mar de China Meridional fue en 2002.

En declaraciones a los periodistas a bordo del Bayern, en la base naval de Changi, en Singapur, el vicealmirante Kay-Achim Schonbach, jefe de la marina alemana, describió la incursión del buque en el Mar de China Meridional como «un mero simulacro».

Con 200 soldados a bordo, la fragata Bayern zarpó hacia Asia en agosto, haciendo escalas en Pakistán, Australia, el territorio estadounidense de Guam, Japón y Corea del Sur, antes de pasar por el Mar de China Meridional y llegar a Singapur. A continuación, hará escalas en Vietnam, Sri Lanka e India antes de regresar a su base.

Funcionarios alemanes dijeron anteriormente que el viaje tenía como objetivo mostrar que Berlín estaba «defendiendo nuestros valores e intereses junto con nuestros socios y aliados».

Schonbach dijo que Alemania estaba «perpetuando» su presencia en Asia, y que esperaba enviar barcos y posiblemente aviones a la región a partir de 2023.

El plan, añadió, es que la próxima vez participen dos buques alemanes: una fragata y un buque auxiliar.

Con su mayor presencia en la región, Alemania pretende ofrecer una «nueva perspectiva» a los actores regionales, además de las ofrecidas por grandes potencias como China y Estados Unidos, dijo Schonbach.

No obstante, Berlín adoptará un enfoque gradual en sus planes de despliegue en Asia, afirmó.

Preguntado por los medios de comunicación taiwaneses por qué la fragata no navegó por el estrecho de Taiwán, Schonbach sostuvo que la primera gira de la armada a la región después de 19 años se centraba en los «socios de valor» de Berlín, y que «no empezaba con un martillo».

La actividad militar de EE.UU. y sus aliados cerca de Taiwán -que China considera una provincia renegada- ha sido condenada a menudo por Pekín.

«Esta vez, empezamos con pequeños pasos… probablemente pasaremos [el estrecho de Taiwán] la próxima vez de forma bilateral», dijo Schonbach.

Al igual que otros altos cargos militares occidentales, Schonbach reiteró que el principal interés de Berlín en la región es mantener el orden internacional basado en normas.

Pekín considera que el énfasis en un orden basado en normas por parte de Estados Unidos y sus aliados es un intento velado de perpetuar un modelo de gobernanza global que favorece a Occidente.

Tanto Gran Bretaña como Francia subrayaron la importancia del orden basado en normas tras los despliegues navales en Asia a principios de este año.

El embajador alemán en Singapur, Norbert Riedel, se reservó un elogio especial para la ciudad-estado por compartir los puntos de vista de Alemania sobre la preservación de la región como zona de seguridad, estabilidad y libertad.

«Nuestra creencia común en un orden multilateral basado en las normas se extiende a la responsabilidad compartida en la defensa del derecho internacional en el ámbito de la seguridad y la libertad de navegación de las aguas internacionales», dijo.

En un artículo de opinión publicado el lunes en The Straits Times, Riedel afirmó que Alemania estaba «especialmente preocupada por la afirmación de reivindicaciones marítimas ilegales y arrolladoras en el Mar de China Meridional».

Sin nombrar a los países, escribió que Berlín también estaba preocupado por la «intimidación y coerción en curso contra otros estados de la región en la afirmación de sus derechos legítimos».

China reclama casi la totalidad del Mar de China Meridional -por el que fluye el 60% del comercio marítimo mundial- basándose en «derechos históricos».

Los Estados ribereños del sudeste asiático, como Vietnam, Malasia y Filipinas, afirman que las afirmaciones marítimas y territoriales de China contravienen sus derechos soberanos en virtud de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.

Durante la mayor parte de los 16 años de mandato de la excanciller alemana Angela Merkel, Berlín caminó por la cuerda floja manteniendo fuertes lazos estratégicos con su aliado incondicional, Estados Unidos, al tiempo que se abstenía de adoptar la postura de creciente confrontación de Washington con Pekín, su principal socio comercial.

Pero esta postura ha cambiado recientemente junto con el endurecimiento de la posición de la Unión Europea en cuestiones como las supuestas violaciones de los derechos humanos en Xinjiang.

En septiembre, Alemania declaró que Pekín había negado a la fragata Bayern la entrada en uno de sus puertos.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian, declaró posteriormente que Pekín esperaba que los actores externos tuvieran un «papel constructivo» en la región y que «China concede gran importancia al desarrollo de una asociación estratégica integral entre China y Alemania, incluida la cooperación entre ambos ejércitos».

Dewey Sim