¿Cambiarán la guerra los primeros ataques aéreos de Ucrania dentro de Rusia?

Moscú resta importancia a las consecuencias de los ataques aéreos ucranianos contra sus aeródromos militares. Pero, aunque sólo sean pequeñas picaduras, envían señales importantes sobre el curso de la guerra en el futuro.

«¡Ni siquiera Moscú está ya a salvo!» Lo que antes era belicismo entre muchos blogueros y activistas patrióticos rusos en línea se está convirtiendo ahora en ira e incertidumbre.

Engels y Dyagilevo -los nombres de los dos aeródromos sacudidos por potentes explosiones el 5 de diciembre- son las nuevas palabras clave en las redes sociales para una nueva sensación de desconcierto en Rusia. Son las mayores bases de bombarderos de largo alcance del país, que el presidente Vladimir Putin considera una superpotencia. Pero también representan la primera vez en más de nueve meses de guerra que drones de combate ucranianos alcanzan objetivos estratégicos en el interior de Rusia.

El ataque ucraniano no podría ser más simbólico, sobre todo porque los bombarderos que despegan de estas bases aéreas van regularmente armados con decenas de misiles de crucero destinados a objetivos civiles en Ucrania, principalmente infraestructuras críticas que suministran electricidad y calefacción a la población.

Confusión sobre los ataques aéreos ucranianos

Aunque Ucrania, a diferencia de Rusia, sólo ha apuntado hasta ahora a objetivos militares en el país vecino, estos ataques han puesto de relieve que la capital rusa también está ahora a su alcance. A más de 600 kilómetros de distancia, los aeródromos están en realidad más lejos de la frontera ucraniana que del Kremlin, lo que ha sorprendido a los expertos.

«Es sorprendente que las defensas aéreas rusas no hayan reaccionado; es posible que los rusos todavía no esperen tales ataques en las profundidades del territorio ruso», dijo a DW el politólogo Frank Sauer, de la Universidad Bundeswehr.

El Ministerio de Defensa ruso afirma haber derribado los drones, con dos bombarderos supuestamente dañados por sus restos. Sin embargo, varios vídeos aparecidos en Internet de cámaras de vigilancia privadas cercanas al aeródromo de Engels parecen desmentirlo. Las imágenes de primera hora de la mañana muestran claramente que no hubo ninguna explosión en el cielo, sino una fuerte detonación en tierra.

Drones misteriosos

Días después, los expertos militares siguen preguntándose qué se utilizó exactamente para atacar los aeródromos rusos. El Ministerio de Defensa en Moscú ha hecho referencia a un «dron de diseño soviético». Los expertos sugieren que podría tratarse de una versión modernizada del Tu-141, un dron de reconocimiento de la URSS de los años 70, cargado de explosivos.

«El logro en este caso es conseguir que el viejo avión dé en el blanco con precisión en la distancia», dijo Sauer, señalando que, en marzo, poco después de que Rusia invadiera Ucrania, un Tu-141 se desvió hasta Croacia y alcanzó la capital, Zagreb.

Ulrike Franke, experta en seguridad del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), también dijo que podría haberse utilizado un Tu-141 modernizado con tecnología de navegación de última generación. Sin embargo, sigue siendo escéptica sobre la afirmación de Moscú mientras no haya imágenes de restos del avión no tripulado.

«Puede ser, por supuesto, que Rusia afirme que se trata de un dron soviético, simplemente para demostrar que los ucranianos son incapaces de desarrollar su propio dron», dijo.

Pero construir drones de combate no es brujería tecnológica, dijo Franke a DW. «Es muy posible que los ucranianos hayan desarrollado un dron de este tipo durante la guerra. En esta guerra, Ucrania siempre está siendo innovadora», dijo, citando los ataques ucranianos a buques de guerra rusos con drones acuáticos, así como el uso de drones turcos Bayraktar para distraer los sistemas de radar de la flota de guerra rusa y golpearlos con misiles guiados desde tierra.

Decenas de nuevos tipos de drones

El Ministerio de Defensa ucraniano guarda silencio sobre sus desarrollos en materia de drones. Sin embargo, el ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, dejó claro en un post de Facebook del 8 de diciembre que Kiev pone gran énfasis en la innovación.

«Antes, nuestras fuerzas armadas aprobaban uno o dos nuevos tipos de aviones no tripulados al año. Ahora hemos aprobado siete nuevos tipos de drones ucranianos en los últimos 30 días», escribió.

The New York Times ha citado a las fuerzas de seguridad de Kiev afirmando que los drones de combate de nuevo desarrollo, construidos en una asociación público-privada con empresas ucranianas del sector civil, se utilizaron para los ataques.

Desde que Rusia empezó a utilizar drones kamikazes y misiles de crucero para atacar y destruir infraestructuras ucranianas, varias iniciativas privadas han pedido donaciones «para actos de venganza». El presentador de televisión Serhiy Prytula recaudó en octubre donativos para financiar drones kamikaze para ataques de represalia contra Rusia en octubre, consiguiendo, por ejemplo, casi 10 millones de euros (10,5 millones de dólares) en pocos días.

Aun así, el experto militar ucraniano Oleg Katkov no cree que Ucrania tenga drones kamikazes listos para su producción en masa. Hasta ahora, los desarrolladores ucranianos se han centrado principalmente en drones de reconocimiento.

«En los vídeos de vigilancia de Engels se oye un sonido típico de un motor a reacción, como el de los Tu-141», dijo Katkov. «Sin embargo, supongo que los nuevos desarrollos ucranianos están propulsados por hélices».

Un papel clave en la contraofensiva

Independientemente de si los drones son nuevos o modernizados, los expertos coinciden en que los ataques tienen algo más que un significado simbólico.

«Los rusos tendrán ahora que redesplegar sus defensas aéreas, posiblemente retirando sistemas de la zona de guerra», dijo Katkov. «O podrían desplazar sus bombarderos aún más hacia el interior, haciendo más costosos los futuros ataques con misiles y causando más desgaste a los viejos bombarderos soviéticos de Rusia».

Franke, del ECFR, también considera que los ataques son una señal para los socios occidentales que hasta ahora se han negado a suministrar sistemas de armas de largo alcance. Kiev lleva mucho tiempo exigiendo municiones de alta tecnología a Estados Unidos, en particular para los lanzadores de misiles HIMARS que ya han sido entregados. Los misiles HIMARS lanzados a distancia pueden alcanzar objetivos situados a una distancia de hasta 300 kilómetros. Hasta ahora, Washington sólo ha suministrado misiles con un alcance de 80 kilómetros. Pero los sistemas de armas de mayor alcance desempeñan un papel clave en la contraofensiva ucraniana, según los expertos militares.

«Por miedo a una escalada, quieren evitar que el territorio ruso sea atacado con sistemas occidentales», dijo Franke. «Ahora los ucranianos están demostrando que pueden hacer frente a esos ataques sin sistemas occidentales».

Eugen Theise and Lilia Rzheutska