Canadá alcanza la fecha límite para decidir su futuro avión de combate.
Los fabricantes de aviones de combate están lanzando promesas de empleos y otros beneficios económicos mientras hacen sus últimos esfuerzos para que Canadá compre sus aviones para reemplazar la envejecida flota de los aviones CF-18.
Este viernes vence el plazo para que las empresas aeroespaciales estadounidenses Lockheed Martin y Boeing, así como la sueca Saab, presenten sus últimas ofertas en la actual competición de aviones de caza, en la que Canadá gastará hasta 19.000 millones de dólares canadienses en 88 nuevos aviones.
El cierre de la competencia marca un logro importante en el esfuerzo de un decenio por comprar nuevos aviones de combate para la Real Fuerza Aérea del Canadá, que ha estado plagado de mala gestión gubernamental y controversia política.
Si bien la capacidad de combate de cada uno de los tres aviones en competencia -el F-35 de Lockheed Martin, el Super Hornet de Boeing y el Gripen de Saab- será el principal foco de atención cuando el gobierno evalúe cada oferta, también se prestará mucha atención a los beneficios económicos de la compra que ofrece cada avión.
Con ese fin, Lockheed Martin encargó un informe en febrero en el que se concluyó que se crearán o mantendrán hasta 4.200 puestos de trabajo cada año si Canadá compra su caza sigiloso F-35, lo que la empresa equiparó a más de 150.000 nuevos puestos de trabajo durante la vida del avión.
El análisis proporcionado a The Canadian Press, que fue recopilado por la empresa OMX, con sede en Toronto, también predijo que la economía canadiense registrará una actividad adicional de unos 15.000 millones de dólares de aquí al año 2058 si el F-35 es seleccionado para suceder al CF-18 como principal avión de combate del Canadá.
Esto se suma a los 2.000 millones de dólares de beneficios económicos que Canadá ya ha recibido desde 2007 como uno de los nueve países asociados en el desarrollo del F-35, que permite a las empresas canadienses competir por el trabajo asociado al caza furtivo.
El Gobierno del Canadá ha aportado 541 millones de dólares desde 1997 para ser socio del programa F-35.
«Lockheed Martin ha preparado una propuesta integral», dijo la empresa en un comunicado el jueves.
«El F-35 es el caza más capaz y de mejor valor para fortalecer la defensa, mejorar las asociaciones de aliados y contribuir al crecimiento económico de Canadá con importantes oportunidades industriales a largo plazo».
Lockheed Martin no es el primero en poner el dedo en la llaga con los potenciales beneficios económicos de su caza.
El mes pasado, Boeing publicó su propio informe por encargo que mostraba que sus operaciones existentes en Canadá crearon 5.300 millones de dólares en beneficios económicos el año pasado y apoyaron 20.000 puestos de trabajo. Boeing dice que los números subirán si el Super Hornet gana, aunque no ha revelado sus estimaciones exactas.
El énfasis en los empleos y el dinero – más que en la capacidad de combate – se produce cuando la economía de Canadá ha sido golpeada por la pandemia COVID-19, obligando al gobierno federal a gastar decenas de miles de millones en apoyo financiero para los canadienses.
El analista de defensa David Perry del Instituto Canadiense de Asuntos Globales dijo que tenía sentido que las empresas destacaran los posibles beneficios económicos de sus ofertas. Afirmó que ayuda a que el coste sea más aceptable para el público y también es importante para determinar el ganador.
«En cualquier competencia como esta, siempre se busca cualquier punto parcial potencial que se pueda obtener», dijo Perry.
«Las empresas, si van a invertir este tiempo importante y una cantidad significativa de dinero preparando una oferta como esta, entonces no dejan nada al azar. Se aseguran de tratar de exprimir hasta el último punto parcial que puedan obtener de su propuesta.
The Canadian Press
¿Qué avión será el que reemplace finalmente los CF-18 en Canadá? Pareciera que la balanza se inclinará por el F-35, de acuerdo a las grandes contraprestaciones industriales ofrecidas por Lockheed-Martin, que seguramente se harán efectivas, ya que Canadá es país OTAN. Además, el F-35 es el avión más moderno de los tres candidatos y el único que tiene realmente asegurada su producción en la próxima década. De todas maneras, muchos beneficios igualmente irán a manos canadienses ya que es socio original del proyecto JSF e incluso el precio del avión se ve sensiblemente reducido. De todas maneras, este avión no cumple algunos requisitos operacionales establecidos en el requerimiento, tal como su capacidad para integrarse en el NORAD, ya que el F-35 no es un caza, aunque desde cierto ángulo puede ser visto como un Interceptor, siempre que cuente con la ventaja de conocer el rumbo y altitud de los atacantes y establecer una suerte de emboscada aérea para derribar a los incursores desde larga distancia. Vale decir en este aspecto que los futuros AIM-180 (reemplazo del actual AIM-120 AMRAAM) ha sido diseñado para caber en la bahía de armas del F-35A/C.
Con respecto a los otros dos contendientes el Super Hornet es el más antiguo aunque en su versión Block III (que es la que compite) ha sido modernizado en todos sus componentes convirtiéndose en un verdadero avión 4,5++. Podría asumirse que una de sus mejores bazas esté en que la FA canadiense ya cuenta con mucha experiencia en esta máquina y sería un reemplazo más relajado, pero hay que tener en cuenta que el SH sólo conserva el 30% de componentes comunes con el F-18 canadiense, lo que lo convierte en un avión prácticamente nuevo y sin posibilidad de aprovechar los escalones de mantenimiento, entretenimiento ni soporte logístico actual, así como el sistema de entrenamiento. Su ventaja reside no sólo en las contraprestaciones industriales para Canadá sino que cumple con todos los requisitos operacionales, especialmente su integración en el NORAD. Sus prestaciones, en especial su velocidad y radio de acción lo benefician en este punto.
El Gripen NG tiene una gran virtud: un precio y costo operativo inigualable por sus contrapartes estadounidenses. Es asimismo un avión de última tecnología 4,5++ y puede realizar prácticamente el mismo trabajo que un Super Hornet a una fracción de su costo. Se habla mucho menos de las contraprestaciones que ofrece Saab, pero también serían muy importantes, similares a las ofrecidas a Brasil, incluyendo fabricación completa en Canadá y transferencia total de tecnología y posibilidad de participar en el esquema productivo futuro del avión. Es una oferta muy conveniente en términos económicos, por un avión que si bien tiene un rendimiento inferior en prestaciones al Super Hornet, la diferencia no es determinante y resulta mucho más rentable. El Gripen NG tiene grandes posibilidades de convertirse en el nuevo caza canadiense, en tiempos en que cada dólar de ahorro cuenta y mucho. Además, un avión europeo conservaría la tradición canadiense de integración con la industria del Viejo Mundo ya que Bombardier, su unica gran empresa aeronáutica, está actualmente fusionada con Airbus.
Al final creo que se quedarán con la versión más avanzada posible del superhornet .