El Reino Unido acusado de vender armas a Arabia Saudita un año después de la prohibición judicial.

El gobierno está acusado de ignorar un fallo judicial histórico que restringe la venta de armas del Reino Unido a Arabia Saudita.

En una sentencia dictada hace un año, el tribunal de apelación dictaminó que era «ilegal» que el gobierno permitiera la venta de armas a los saudíes para su uso en Yemen, donde las estimaciones independientes indican que una coalición liderada por los saudíes ha sido responsable de la muerte de más de 8.000 civiles desde 2015.

El fallo prohibió al gobierno aprobar cualquier nueva licencia de armas a Arabia Saudita y lo obligó a revisar las decisiones sobre las ya existentes, un proceso que, según el Departamento de Comercio Internacional, llevaría «hasta varios meses».

Pero, un año después, esas licencias siguen en vigor, permitiendo la exportación de componentes de aviones de combate y el mantenimiento de aeronaves. El gigante aeroespacial BAE, el mayor exportador de armas del Reino Unido al gobierno de Riad confirmó en su informe de 2019 que sigue cumpliendo su contrato de servicios de apoyo para el avión de combate Eurofighter Typhoon adjudicado en 2018.

En una carta a la secretaria de comercio internacional Liz Truss, de Emily Thornberry del partido Laborista y de otros miembros de los partidos de la oposición afirman: «nos queda por suponer que -a pesar de que los tribunales nos han ordenado revisar estas licencias, y de que tenemos 12 meses para hacerlo- su departamento simplemente ha decidido no cumplirlo».

Advierten al Gobierno que su aparente incumplimiento «crea la situación ilógica de que una empresa del Reino Unido que solicite hoy una licencia de exportación hará que se rechace esa solicitud, pero otra empresa a la que se le concedió su licencia antes del 20 de junio del año pasado puede exportar exactamente las mismas armas sin restricciones».

El Reino Unido ha autorizado la venta de armas por valor de más de 5.300 millones de libras esterlinas a Arabia Saudita desde que comenzó la campaña de Yemen. Andrew Smith, de la Campaña contra el Comercio de Armas, declaró: «El gobierno británico ha puesto constantemente los intereses de las compañías de armas por delante de los derechos y la vida de la gente en Yemen. El gobierno ha demostrado que no se puede confiar en que aplique sus propias reglas».

Una portavoz del gobierno dijo que: «El Reino Unido evalúa todas las solicitudes de licencia de exportación caso por caso, de acuerdo con nuestros estrictos criterios de concesión de licencias. No emitiremos licencias de exportación cuando hacerlo sea incompatible con esos criterios, incluso cuando evaluemos que existe un riesgo claro de que el equipo pueda utilizarse para la represión interna».

Jamie Doward

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