Estados Unidos y sus aliados sopesan las represalias si Rusia se mueve contra Ucrania.

Estados Unidos y sus aliados europeos están discutiendo posibles respuestas si el presidente ruso Vladimir Putin emprende una acción militar contra Ucrania, incluyendo nuevas sanciones a Moscú y más asistencia en materia de seguridad para Kiev.

Altos funcionarios estadounidenses han planteado la idea de un paquete de medidas en conversaciones con sus homólogos europeos durante la semana pasada, y les han dicho que la administración Biden ya está elaborando un menú de opciones para contrarrestar posibles movimientos de Rusia, según personas familiarizadas con las conversaciones.

La planificación se encuentra en una fase inicial, incluso dentro de Estados Unidos, y requeriría más discusiones antes de buscar el apoyo de otros países. Pero se produce después de que funcionarios estadounidenses dieran la alarma de que Rusia podría estar sopesando una posible invasión de Ucrania, en un momento en el que las tensiones entre Moscú y la Unión Europea se intensifican, desde los inmigrantes hasta el suministro de energía. El Kremlin niega tal intención.

El esfuerzo también está dirigido a alejar a Putin de una nueva agresión a Ucrania, dejando claro que habrá una respuesta fuerte y coordinada, dijeron dos de las personas. Se negaron a especificar lo que podría incluirse, pero con las fuertes sanciones que ya pesan sobre muchas partes de la economía rusa, incluyendo sus sectores de defensa y finanzas, un área que queda por atacar podría ser la energía. Un portavoz de la Casa Blanca declinó hacer comentarios.

Putin ya ha estacionado un gran número de tropas cerca de la frontera con Ucrania, incluso a principios de este año, cuando envió más de 100.000 soldados, así como tanques, aviones de guerra y buques de guerra, a Crimea y otras zonas. Se resistió durante semanas cuando Kiev y los países occidentales le pidieron que redujera la tensión, antes de retirar las tropas a finales de abril.

Las últimas fricciones se producen en un contexto más amplio. No sólo las tropas se están concentrando de nuevo (el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy dijo la semana pasada que Moscú estaba «concentrando casi 100.000 soldados» cerca de la frontera), sino que los precios récord del gas hacen que Europa sea vulnerable a la generosidad rusa en el suministro. Los miembros de la UE, incluida Polonia, también han acusado a Rusia de fomentar una crisis de refugiados, ya que su aliado Bielorrusia canaliza a los inmigrantes hacia el bloque.

Esto provocó dos llamadas telefónicas entre la canciller alemana Angela Merkel y Putin la semana pasada. Otros líderes europeos, como el presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro italiano Mario Draghi, también han expresado que planean hablar con el líder ruso. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, hablaron de la concentración de tropas en Ucrania cuando se reunieron en Washington la semana pasada.

«Vemos una inusual concentración de tropas y sabemos que Rusia ha estado dispuesta a utilizar este tipo de capacidades militares antes para llevar a cabo acciones agresivas contra Ucrania», dijo el lunes a la prensa el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, Jens Stoltenberg. «Esta acumulación militar también reduce cualquier tiempo de advertencia entre una decisión de Rusia antes de que puedan llevar a cabo una acción militar agresiva».

El Kremlin desestimó el viernes las conversaciones sobre una posible invasión como «infundadas», diciendo que los movimientos de tropas en su propio territorio eran un asunto interno. Personas cercanas al Kremlin han dicho que Putin pretende enviar un mensaje claro a Occidente de que Moscú no tolerará una mayor expansión de los lazos militares de la OTAN con Ucrania, pero que no busca una guerra más amplia.

La crisis de primavera en la frontera se alivió después de que Biden llamara a Putin y le ofreciera una cumbre, que tuvo lugar en junio. Pero los funcionarios ucranianos dicen que el Kremlin no retiró todas las fuerzas que concentró en ese momento.

Estados Unidos elaboró entonces un paquete de posibles contramedidas similar al que ahora se está debatiendo, pero no lo puso en práctica, según dos de esas personas. La UE encargó a su servicio de asuntos exteriores la elaboración de opciones a principios de este año para responder a cualquier otro movimiento ruso, no obstante esos esfuerzos se estancaron, añadió uno de los interlocutores.

Esta vez, Estados Unidos se está preparando para compartir con sus aliados más información que ha desencadenado su preocupación, con el fin de conseguir apoyo para una respuesta conjunta.

Estados Unidos envió al director de la Agencia Central de Inteligencia, Bill Burns, a visitar Moscú a principios de noviembre para transmitirle su preocupación por la acumulación. Habló por teléfono con Putin, pero no hubo ninguna señal aparente de cambio de dirección por parte del Kremlin.

Las tensiones entre Rusia y Ucrania estallaron por primera vez en 2014, cuando Moscú se anexionó la península de Crimea y respaldó una rebelión separatista en el este del país. Esto provocó amplias sanciones de Estados Unidos y Europa, pero el conflicto ha continuado, matando a más de 13.000 personas en el este de Ucrania.

Bloomberg