Este es el tiempo que realmente tardarían los pilotos ucranianos en convertirse a los F-16

El mero hecho de aprender a pilotar un F-16 es una pequeña parte de lo que tardaría un piloto de caza ucraniano en estar preparado para el combate con este tipo de avión.

Ucrania todavía no ha recibido una oferta sólida para adquirir aviones de combate occidentales donados con el fin de mejorar las capacidades de su fuerza aérea. Sin embargo, de los tipos disponibles, parece que uno ha sido sistemáticamente el precursor, y es comprensible: el F-16. Esto se debe principalmente a la disponibilidad de este tipo de avión, su facilidad de apoyo y su extensa infraestructura logística, la capacidad de entrenar a sus pilotos para pilotarlo y su capacidad polivalente altamente adaptable. Pero, ¿hasta qué punto es factible formar a pilotos no sólo para volar, sino también para combatir con el F-16?

Con una montaña de afirmaciones inexactas y declaraciones audaces pero huecas dominando este candente tema, desglosamos la cruda realidad.

La necesidad de velocidad

Con la guerra en Ucrania a punto de cumplirse un año, no han cesado los llamamientos para que se suministre a las Fuerzas Aéreas ucranianas cazas occidentales. Los valientes pilotos de caza ucranianos siguen operando a diario, sacando resultados de una pequeña flota de cazas MiG-29 y Su-27, y aviones de ataque Su-24 y Su-25, a veces con el empleo novedoso de armas occidentales como el misil antirradiación de alta velocidad AGM-88 (HARM). Sin embargo, Rusia mantiene una ventaja tanto numérica como técnica en el dominio aéreo.

Desde marzo de 2022, los más altos dirigentes ucranianos han pedido aviones de combate occidentales para reabastecer, recapitalizar y mejorar su flota de cazas de la era soviética. En la actualidad, decenas de otras armas avanzadas suministradas por Occidente llegan al país. Sin embargo, hasta la fecha no se ha llevado a la práctica ninguna de las posibles opciones de cazas, ni se han suministrado más tipos de la era soviética ni occidentales.

Los pilotos ucranianos y algunos líderes militares del país han dejado claro que su opción preferida es que se suministren F-16 de segunda mano a Kiev. El Viper se considera una opción realista teniendo en cuenta todas las cualidades mencionadas anteriormente.

«En el caso del F-16 tienes un montón de opciones para diferentes programas de entrenamiento, diferentes contramedidas electrónicas, diferentes motores, diferente todo – es como un Lego», dijo el piloto ucraniano de MiG-29 «Juice» en diciembre de 2022. «Las capacidades técnicas están muy cerca; en general, no digo que el F-16 sea mejor como avión en sí, pero puede ser la opción más realista para Ucrania, teniendo en cuenta la capacidad, la disponibilidad, la asequibilidad y, lo más importante, la sostenibilidad.»

El coronel Yuri Ignat, portavoz jefe del Mando de la Fuerza Aérea Ucraniana, ha afirmado que dos escuadrones de 12 aviones, más las reservas, serían suficientes, al menos al principio, para ayudar a cambiar las tornas frente al poder aéreo ruso.

El 24 de enero de 2023, Ignat dijo: «Ya se ha determinado el tipo de avión que probablemente se proporcionará a Ucrania y las condiciones correspondientes de formación [del personal]». Incluso se ha afirmado que Ucrania ya está trabajando en la mejora de ciertos aeródromos para acomodar los tipos de cazas occidentales menos resistentes en previsión de recibir algunos.

A pesar del firme «no» del presidente Biden a la transferencia de F-16 estadounidenses a Ucrania el mes pasado, la posibilidad parece estar cobrando impulso. Aunque el gobierno estadounidense no esté dispuesto a donar los F-16, podría autorizar a otro usuario, como los Países Bajos, a hacerlo. Y, por supuesto, el F-16 podría ofrecerse junto con otro tipo, pero la consolidación en un solo tipo sería muy útil para el entrenamiento y el sostenimiento a largo plazo.

Entonces, si el gobierno de EE.UU. finalmente sanciona la transferencia de F-16 a Ucrania, ¿Qué implicaría eso?

Hacer un piloto de Viper

Si se toma la decisión de suministrar aviones, el F-16 parece ser la solución ideal. El Viper tiene una huella logística bien establecida en Europa, y no sería un gran salto extenderla hacia el este, hacia Ucrania. También hay un número creciente de fuselajes de F-16 usados disponibles, aunque con una larga lista de interesados entre los que se incluyen compañías aéreas adversarias contratantes. Sin embargo, si hay voluntad política, no va a ser tan difícil conseguirlos.

Yuri Ignat declaró recientemente a Air Force Magazine que Ucrania tiene al menos 30 pilotos con suficientes conocimientos de inglés, así como mantenedores, dispuestos a viajar a Estados Unidos para recibir formación si se llega a un acuerdo sobre los F-16.

«Para aprender la primera fase de despegue y aterrizaje y volar del punto A al punto B, tardaremos unas semanas, pero para aprender a combatir en él, para aprender a usar misiles, tardaremos unos seis meses», dijo Ignat.

El F-16 es relativamente fácil de manejar con seguridad, por lo que no es una barrera demasiado alta para las Fuerzas Aéreas ucranianas. Un piloto de F-16 declaró: «En cuestión de meses es posible que un aviador no familiarizado con el avión esté razonablemente seguro en un caza como el F-16. Los sistemas son fáciles de manejar, el avión es fácil de pilotar y es muy intuitivo. El Viper es una transición fácil para un piloto de caza experimentado desde una perspectiva puramente de vuelo, independientemente del tipo del que provenga.»

«Lo enciendes, subes el acelerador, vas y vuelas. El sistema de control de vuelo neutraliza cualquier gran error, realmente no puedes sobrecargar el avión a menos que realmente lo estés intentando. No puedes sacarlo fácilmente del vuelo controlado; hay muchos casos en los que se encarga de ti con una capa de seguridad hasta el punto de que incluso un operador no experto puede volar con seguridad -algunos incluyen sistemas mejorados de aviso de proximidad al suelo (EGPWS)-, así que ese es el primer puente que tienen que cruzar».

El curso básico completo de F-16, también conocido como curso B, suele durar nueve meses y está dirigido a pilotos recién salidos de la formación de pilotos. A grandes rasgos, consiste en clases teóricas, tiempo en el simulador y salidas reales. Además de los cursos B, las Unidades de Entrenamiento Formal (FTU) también imparten cursos de transición para pilotos con experiencia en otros reactores, que suelen ser mucho más cortos que el curso B completo.

En el caso del curso B, las cuatro semanas iniciales de formación académica enseñan a los alumnos los sistemas del F-16 y los procedimientos de emergencia. A continuación, se realizan unas ocho sesiones de simulador en las que se enseña vuelo instrumental básico y se adquieren conocimientos prácticos sobre los distintos procedimientos de emergencia, antes de pasar al F-16D biplaza para realizar cuatro vuelos reales antes de la primera misión en solitario.

Las siguientes salidas están diseñadas para acumular experiencia antes de un chequeo con un instructor, durante el cual los estudiantes deben cumplir con los estándares de vuelo instrumental y manejo de emergencias. En este punto, se considera que el nuevo piloto está cualificado para volar el F-16 en todas las condiciones meteorológicas y puede pasar al vuelo nocturno con gafas de visión nocturna (NVG).

Los alumnos pasan por una fase aire-aire que incluye maniobras básicas de caza, maniobras de combate aéreo e interceptaciones tácticas antes de entrar en la fase aire-tierra con vuelos a baja altura y tácticas de ataque a la superficie. El curso consta de unas 60 salidas, divididas entre las fases de transición, aire-aire y aire-tierra.

Para los pilotos de caza ucranianos experimentados, una conversión de tipo al F-16 podría parecerse al típico curso de conversión de transición de la FTU, conocido como TX. Éste se aplica tradicionalmente a las tripulaciones aéreas que pasan de un tipo de avión de combate a otro, o quizás a los oficiales superiores que necesitan volar varios tipos. Un curso de transición a medida, que incorpore una base en sistemas y procedimientos operativos estándar (SOP) occidentales, podría ser el tipo de programa que necesitaría un futuro piloto ucraniano de F-16 procedente del Fulcrum o del Flanker.

Para un piloto con unas 500 horas de experiencia en un caza occidental, pero que nunca antes haya volado en el F-16 -alguien que esté en transición desde el Hornet, por ejemplo-, sin ningún descanso, trabajando los fines de semana, etc., necesita 69 días para aprender todo lo necesario para emplear con seguridad el Viper en funciones aire-aire y aire-tierra», comentó un instructor experimentado de F-16. «Eso suponiendo que hablen un buen inglés, porque es el idioma en el que enseñamos.

«Esos 69 días incluyen seis vuelos para aprender a pilotar el avión y aterrizarlo. Alrededor de 15 vuelos aire-aire, pero si ya han hecho mucho de esto antes, puede que se reduzcan a 10″. Entre seis y nueve misiones aire-superficie, que incluirían la capacidad básica de emplear bombas guiadas por láser [LGB] y municiones de ataque directo conjunto [JDAM] guiadas por GPS. Eso les daría unos conocimientos básicos a nivel de copiloto, y eso suponiendo que ya estén familiarizados con las armas complejas como el AIM-120 AMRAAM [misil aire-aire avanzado de alcance medio].»

«También tendrían que cursar 210 horas académicas y entre 10 y 20 simulacros. No se puede hacer tan deprisa; incluso hacer dos simulacros al día significa 10 días seguidos. No se puede hacer tan rápido. Así pues, esos 69 días significarían que el piloto podría emplear el avión con seguridad en un entorno de entrenamiento táctico. Volar en combate es una historia totalmente diferente».

«Entrar en combate contra un Su-35, incluso un Su-27 en un espacio aéreo disputado – ahora estás hablando de años de experiencia. No se puede hacer eso con un novato que lo ha visto todo una vez. Puedes tener todas las capacidades del avión, pero si el piloto no sabe cómo usarlo correctamente, no sirve de nada. Así que para un piloto que viene de un MiG-29, tener que aprender un nuevo PVI [interfaz piloto-vehículo] donde todo parece diferente, usar armas sobre las que sólo ha leído, darle tres meses de entrenamiento y luego lanzarlo al combate… ¡es mucho pedir!».

«El paso del MiG-29 a un Block 50 o a un Mid-Life Upgrade Viper no es un gran paso en prestaciones, pero sí lo es en tecnología: las armas y la aviónica. Incluso después de 69 días de entrenamiento intenso, eso es sólo una cualificación de piloto de ala, así que ¿quién va a dirigir la misión? ¿Los envías como una nave única para intentar derribar cualquier cosa que tenga más de una cola vertical? Para ser supereficaz, se necesita al menos una nave cuádruple, y para liderarla se necesita al menos un año de entrenamiento intensivo; entonces se puede aplastar a la oposición».

«La respuesta inicial tendría que basarse en la creación de un nuevo programa de estudios basado en las necesidades específicas de Ucrania y en el escenario de la amenaza, y para luego llevarlo al combate se necesitarían entre seis y doce meses de entrenamiento. Seguiría siendo arriesgado, pero eso podría compensar las recompensas».

Muchos operadores internacionales de F-16 optan por enviar a sus pilotos a EE.UU. para el entrenamiento de cualificación inicial. De hecho, los pilotos de Europa del Este procedentes de Polonia y Rumanía se entrenan en F-16 con el Ala 162 de la Guardia Nacional Aérea en la Base Morris de la Guardia Nacional Aérea en Tucson, Arizona. Este podría ser un lugar ideal para el entrenamiento de conversión de los aviadores ucranianos.

Otro piloto de F-16 comentó que las Fuerzas Aéreas de EE.UU. podrían introducir fácilmente entre 6 y 12 pilotos ucranianos en un programa existente en una FTU de Viper en un plazo relativamente corto y darles un programa de estudios específico que les proporcionara las habilidades concretas que necesitarán en el teatro de operaciones.

Las funciones de combate deseadas para los F-16 ucranianos tendrían que considerarse cuidadosamente. Un caza moderno, monoplaza y polivalente podría ser fácil de manejar desde el punto de vista del pilotaje, pero las numerosas misiones disponibles implican una carga de trabajo proporcionalmente alta en la cabina. Un ejército del aire puede tardar muchos años en crear un escuadrón de cazas polivalentes plenamente capacitado, incluso con un tipo tan probado como el F-16.

Añadir a la ecuación un misil aire-aire occidental avanzado como el AIM-120 AMRAAM exigiría enseñar a los pilotos algunas nuevas habilidades significativas. «Ahora estamos hablando de trabajo con radar, empleo de largo alcance, puntería e identificación de objetivos. Todo eso es muy diferente en una plataforma occidental de cuarta generación y en una plataforma de la antigua Unión Soviética. Las pantallas de la cabina se presentan de forma diferente, la cinemática de los misiles y la forma en que funcionan los misiles rusos y occidentales son muy diferentes.»

El objetivo final es clave

Una cuestión importante es cómo se beneficiaría Ucrania de recibir aviones de combate de cuarta generación. ¿Cuál sería la ganancia militar y qué podrían conseguir realmente los F-16 ucranianos?

Un antiguo piloto de F-16 declaró: «Cuando se trata del empleo de cazas en Ucrania, tenemos que preguntarnos qué es lo que realmente pretenden hacer». Reflexionando sobre la estrecha colaboración histórica de la Guardia Nacional Aérea de California con los Flankers ucranianos, incluso antes de que estallara el conflicto, la mayoría de las misiones ucranianas se realizaban a bajo nivel, por debajo de los 1.000 pies».

«Ahora, con una ridícula superposición de misiles tierra-aire [SAM] en toda Ucrania, el vuelo a bajo nivel es, en realidad, todo lo que los pilotos de caza ucranianos pueden realizar sin incurrir en un gran riesgo, independientemente de la plataforma no sigilosa que estén empleando. En Ucrania ahora mismo estamos hablando de operar en un entorno completamente distinto al habitual».

Mientras que los cazas furtivos de quinta generación tendrían más libertad para operar en esas zonas tan disputadas, cualquier plataforma occidental de cuarta generación que llegara se vería sumamente limitada por la red SAM residente. En este sentido, sería lo mismo que el actual inventario de cazas de Ucrania.

«Veo cada vez más probable que todo el teatro de operaciones siga convirtiéndose en un entorno antiacceso y de área denegada, en el que cada vez es más difícil que los medios de ala fija tengan efecto. Con SAM avanzados de «dos dígitos» en la frontera de Rusia y Bielorrusia, y Ucrania a punto de recibir baterías de misiles Patriot de Estados Unidos, es probable que lo que perdure sea el empleo a bajo nivel, y esto se adapta potencialmente mejor a los sistemas rotatorios, aunque todavía a merced de los MANPADS [sistemas portátiles de defensa antiaérea] y los sistemas de menor alcance».

Se cree que Rusia no está volando patrullas regulares de cazas o bombarderos sobre Ucrania, sino que opta por volar patrullas aéreas de combate (CAP) sobre territorio ruso y atacar desde la seguridad de distancias muy largas debido al entorno aéreo sobre Ucrania, aceptando así las incertidumbres de puntería y la imprecisión de su armamento. Rusia está dispuesta a lanzar misiles de crucero de largo alcance hacia una zona general y, con perfiles de empleo como éste, es inevitable que se produzcan importantes daños colaterales.

Según un informe reciente del think tank Royal United Services Institute (RUSI), los cazas rusos, incluidos los MiG-31BM y los Su-35S, suelen proporcionar cobertura aérea de zonas sobre el área de operaciones, sin embargo, sus CAP suelen estar situadas sobre Rusia y el territorio controlado por Rusia, incluida Crimea.

Jamie Hunter / Tyler Rogoway