Irán vuelve a hablar de mejorar las defensas aéreas de Siria.

Irán está hablando abiertamente de mejorar las defensas aéreas sirias para ayudar a Damasco a defenderse de los continuos ataques aéreos israelíes. Sin embargo, como ha sido el caso desde hace una década, Israel sin duda tomará medidas militares preventivas si Teherán da algún paso serio hacia la aplicación de este objetivo declarado.

El 24 de febrero, la televisión estatal iraní informó de la intención de Teherán de suministrar a Damasco sus avanzados sistemas autóctonos de misiles de defensa antiaérea de largo alcance.

«Siria necesita reconstruir su red de defensa aérea y necesita bombas de precisión para sus aviones de combate», decía el informe. «Es muy probable que asistamos al suministro por parte de Irán de radares y misiles de defensa, como el sistema Khordad 15, para reforzar las defensas aéreas de Siria».

Cualquier despliegue del Khordad 15 conllevaría casi con toda seguridad ataques israelíes inmediatos. El sistema autóctono iraní lleva misiles Sayyad-3 con un supuesto alcance de 120 millas, que podrían limitar la campaña aérea de Israel en Siria si se desplegaran con éxito.

Curiosamente, una fuente anónima de inteligencia dijo a Newsweek en enero que Irán había estado promoviendo un proyecto para establecer defensas aéreas en Siria durante los dos últimos años. Como parte de ese proyecto, Irán ha ayudado a Siria a mejorar sus radares. Al parecer, Teherán también tiene previsto desplegar su sistema de defensa antiaérea Bavar-373 con nuevos misiles Sayyad 4B, que supuestamente tienen un alcance de 186 millas. Irán ha afirmado que este sistema es comparable al avanzado sistema ruso S-400.

La fuente insinuó que un posible objetivo de este proyecto es «permitir la operación independiente iraní de los sistemas de defensa aérea desde dentro de partes de Siria». Esto sugiere que cualquier despliegue de los sistemas Khordad 15 o Bavar-373 sería controlado y operado exclusivamente por personal militar iraní, si no son destruidos inmediatamente.

Tal arreglo sería, por lo tanto, similar al sistema S-300 ostensiblemente «sirio» que Rusia desplegó en 2018.

Moscú también se comprometió a mejorar las defensas aéreas sirias durante la última década. En una entrevista de mayo de 2018 con los medios estatales rusos, el presidente sirio Bashar al-Assad no mencionó a Irán al hablar de los ataques aéreos israelíes, argumentando, en cambio, que la ayuda rusa era la única forma en que sus fuerzas podían mejorar sus defensas aéreas.

«Nuestra defensa antiaérea es mucho más fuerte que antes, gracias al apoyo ruso», afirmó entonces, antes de reconocer que gran parte de ella había sido destruida durante la guerra civil por los rebeldes y los ataques israelíes.

«La única opción es mejorar nuestra defensa aérea, es lo único que podemos hacer, y lo estamos haciendo», afirmó.

En 2013, el mismo año en que Israel lanzó su campaña aérea en curso contra Irán y sus aliados en Siria, Rusia discutió el potencial suministro de S-300 a Damasco, pero finalmente no lo hizo debido a las fuertes objeciones estadounidenses e israelíes. En el otoño de 2018, Moscú sí entregó un sistema S-300 después de que un misil sirio S-200 mucho más antiguo derribara accidentalmente un transporte militar ruso mientras intentaba interceptar aviones de guerra israelíes atacantes.

Ese S-300 «sirio» solo se disparó una vez contra un ataque aéreo israelí en mayo de 2022, pero ese lanzamiento no pareció ser un intento serio de golpear realmente a ningún avión israelí. En una demostración definitiva de que el despliegue de la batería era más simbólico que otra cosa, Rusia la retiró en agosto siguiente, poniendo fin a esa farsa.

Aunque lo más probable es que el personal iraní controle de forma similar cualquier sistema avanzado que Teherán transfiera a Siria, habría una diferencia crucial en cuanto a sus reglas de enfrentamiento.

Rusia ha mantenido un mecanismo de comunicaciones con el ejército israelí que se estableció poco después de que interviniera militarmente en la guerra civil siria en septiembre de 2015. Moscú hizo poco para obstaculizar o incluso protestar por los cientos de ataques israelíes dirigidos contra las fuerzas iraníes y sus milicias aliadas, a pesar de que sus fuerzas tenían las defensas aéreas de largo alcance y los aviones de combate más avanzados desplegados en Siria y controlaban gran parte de su espacio aéreo.

Por otra parte, Irán es un enemigo jurado de Israel, y hay pocas razones para creer que no intentaría, a diferencia de Rusia, utilizar cualquier defensa aérea que despliegue en Siria contra aviones de guerra israelíes. Esa es otra razón por la que Israel atacará con toda seguridad cualquier sistema que Irán intente desplegar.

Ya existe un precedente de esto. En abril de 2018, un ataque aéreo israelí contra la base aérea T-4 en el centro de Siria apuntó y destruyó un sistema de defensa aérea Tor de corto alcance de fabricación rusa iraní, matando a siete soldados iraníes.

La campaña aérea de Israel continúa sin cesar hasta el día de hoy. En febrero llevó a cabo su ataque «más mortífero» sobre Damasco desde que comenzó la guerra civil en 2011. Al parecer, ese ataque tuvo como objetivo una reunión de expertos sirios e iraníes sobre la fabricación de aviones no tripulados en la capital.

Las autoridades sirias han pedido a Teherán y a sus diversas milicias que eviten utilizar su territorio para atacar a Israel, ya que quieren evitar desencadenar una guerra de grandes proporciones. Damasco tiene razones para temer cualquier represalia israelí a gran escala. En febrero de 2018, Israel estimó que destruyó casi la mitad de todas las defensas aéreas de Siria tras una escalada de enfrentamientos con las fuerzas iraníes. Con Rusia centrada en Ucrania, Siria sin duda quiere evitar que una confrontación Irán-Israel a gran escala y destructiva se libre en su suelo.

Otra cosa interesante mencionada en el informe iraní del 24 de febrero fue la necesidad de la fuerza aérea siria de municiones guiadas de precisión. Al igual que las defensas aéreas del país, los aviones de combate sirios están irremediablemente anticuados. Incluso los cazas más avanzados de Siria, sus MiG-29 Fulcrum, han mostrado claros signos de inmenso desgaste. Rusia afirmó a mediados de 2020 que había entregado modernos MiG-29 para ayudar a modernizar esa fuerza aérea. Sin embargo, no era más que una treta para ocultar la entrega a Libia de MiG-29 sin marcar a través de la base aérea rusa en el oeste de Siria. Ahora que Rusia está inmersa en el conflicto de Ucrania, es menos probable que proporcione nuevos cazas a un Damasco con problemas de liquidez.

Irán podría aprovechar su experiencia en la modificación de sus antiguos Su-22 y Su-24 de fabricación rusa para transportar misiles de crucero de largo alcance con el fin de mejorar la fuerza aérea siria. Aunque es poco probable que resulte capaz de mejorar esa envejecida fuerza aérea hasta el punto de que pueda plantear algún desafío sustancial a las operaciones de la Fuerza Aérea israelí sobre Siria.

Aunque el informe del 24 de febrero era digno de mención y demostrativo del objetivo último y la intención de Irán en Siria, sigue siendo muy poco probable que Teherán demuestre ser capaz de establecer cualquier capacidad de defensa aérea formidable en ese estado árabe devastado por la guerra.

Paul Iddon