La armada de China está lista para elegir aviones J-20 para sus próximos portaaviones.

Los militares dicen que el avión parece haber vencido al FC-31 en la carrera para convertirse en el caza del futuro de la Marina del EPL.

Es probable que el ejército de China elija al primer caza furtivo activo del país, el J-20, para sus portaaviones de próxima generación, según fuentes militares y un reciente informe en los medios estatales.

El J-20, fabricado por la Corporación Aeroespacial de Chengdu (CAC), parece haber ganado un combate cara a cara con el FC-31, un caza hecho por otra compañía que todavía está siendo sometido a pruebas.

Una fuente militar dijo al South China Morning Post que la Comisión Militar Central, el principal órgano de toma de decisiones del Ejército Popular de Liberación, ahora estaba a favor de adaptar el J-20 para sus nuevos portaaviones.

“La Corporación Aeroespacial de Chengdu anunciará algunos productos nuevos, que incluirán una nueva versión de su J-20. Se puede adivinar de qué tipo será”, dijo la fuente militar, que solicitó el anonimato debido a la sensibilidad del tema.

El FC-31 fue desarrollado independientemente por la compañía hermana de CAC, la Shenyang Aircraft Corporation (SAC), que también produjo el J-15, los aviones que se utilizan actualmente en el único portaaviones activo del país, el Liaoning.

Ambas firmas aeroespaciales son subsidiarias de la gigantesca Corporación de la Industria de Aviación de China, de propiedad estatal, que se especializa en el diseño y desarrollo de aviones militares, y fueron creadas para garantizar una competencia beneficiosa entre los fabricantes.

Sin embargo, el SAC se ha enfrentado a las críticas de algunos líderes militares y expertos por ser demasiado conservadores y no innovar debido a su estructura burocrática.

Un programa reciente emitido por la emisora ​​estatal China Central Televisión también sugiere que se elegirá el J-20.

Chengdu J-20

Un episodio de Documental Militar que se mostró el 16 de agosto informó de cómo la Marina del EPL estaba seleccionando candidatos para el entrenamiento de pilotos e ilustró el reportaje con una maqueta de aviones que parecían J-20 despegando de un portaaviones.

Los J-20 terrestres, también conocidos como Powerful Dragons, entraron en servicio con la Fuerza Aérea PLA en 2017. 

La producción en masa de los cazas sigilosos comenzó a finales del año pasado a medida que China intensificó sus esfuerzos para contrarrestar el despliegue de los F-22 y F-35 estadounidenses en la región de Asia-Pacífico.

Si se confirma la selección del J-20, marcará el final de un largo debate entre sus partidarios y los defensores del FC-31 en cuanto a cuál de ellos sería un mejor caza basado en portaaviones.

Los partidarios del J-20 afirman que es más avanzado y fiable que el FC-31, sin embargo para los rivales, el FC-31 lo consideran más ágil y ligero.

“Tanto el J-20 como el FC-31 tienen sus ventajas. El tamaño del J-20 es similar al J-15 ya que ambos son poderosos cazas pesados​​», aseguró Song Zhongping, un comentarista militar de Phoenix Televisión con sede en Hong Kong.

Song dijo que el más ligero FC-31 podría convertirse en un caza de tamaño mediano que complementaría al J-20 en el futuro.

Shenyang FC-31

Pero otra fuente militar cercana a la Marina del EPL dijo que sería casi imposible desarrollar ambos aviones en los próximos años, dado el riesgo de una recesión económica a medida que la guerra comercial con Estados Unidos continúa escalando.

La fuente dijo que los portaaviones de próxima generación de China estarían equipados con catapultas electromagnéticas similares a las utilizadas en los superportaaviones de la clase Ford de la Marina de Estados Unidos.

Estos permiten el uso de cazas más pesados ​​porque son más potentes que los sistemas diesel más antiguos utilizados en los portaaviones Liaoning y el Tipo 001A.

“El problema clave del J-20 no es el peso, sino la longitud. Si quiere ser un avión de combate basado en portaaviones, debe ser más corto».

Los expertos militares dijeron que los ingenieros de CAC estaban trabajando para producir una versión más corta del J-20 que trabajará con el nuevo sistema de lanzamiento.

En la actualidad, tanto el J-20 como el F-31 siguen dependiendo de los motores rusos. El motor WS-15 que ha sido construido especialmente para el J-20 ha sido sometido a cientos de horas de prueba pero aún no ha alcanzado los objetivos de fiabilidad  mientras que el prototipo F-31 no tiene un motor especifico.

La marina de China planea construir al menos cuatro grupos de batalla de portaaviones para 2030, tres de los cuales estarán activos en un momento dado.

Los analistas militares dicen que China necesitará al menos una década para desarrollar su nueva generación de cazas basados ​​en portaaviones, por lo que el J-15 permanecerá en servicio durante al menos una década, si no dos.

El J-15 realizó su primer vuelo en 2009 y ha estado en servicio desde 2012. Son los únicos cazas basados ​​en el Liaoning y serán utilizados por su barco gemelo el Tipo 001A cuando entre en servicio, probablemente a finales de este año.

South China Morning Post

20 thoughts on “La armada de China está lista para elegir aviones J-20 para sus próximos portaaviones.

  • el 28 agosto, 2019 a las 02:27
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    El J20 una copia barata del F22 Raptor, estos
    Chinos todo lo copian y el F31 otra copia barata del F35 jajaja hasta el nombre se lo quisieron poner igual.

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  • el 30 agosto, 2019 a las 01:45
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    De ningún modo el J-20 es una copia del F-22 (el Raptor no fue exportado a ninguna nación aliada de EE.UU., inclusive Israel y Arabia Saudita), desciende de un proyecto de MiG para la competencia PAK-FA de Rusia que fue ganada por Sukhoi (que luego se convirtió en el Su-57) y que fue comprado por China. Por la misma causa que el F-22, el J-31 no es una copia del F-35. Probablemente algunas soluciones aerodinámicas pueden haber inspirado al avión chino, pero de ningauna manera son aviones similares. Su semejanza es solo superficial.

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  • el 30 agosto, 2019 a las 01:59
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    Es notorio como algunos conceptos pueden perdurar en el inconsciente colectivo, tales como que China es solo capaz de hacer copias de mala calidad de productos existentes. Quizá este concepto haya tenido un fundamento hace 30 años, pero hace ya una generación que China ha abandonado la simple copia para pasar a producir sus propios productos, de excelente calidad y eficiencia técnica. En cuanto a la industria aeroespacial es cierto que China sólo realizaba al inicio copias de modelos sovieticos (cazas MiG-15, MiG-17, MiG-19, MiG-21 de las primeras series, bombarderos Il-28 y Tu-16, etc.) que en numerosas ocasiones no llegaban a producir las prestaciones originales y sus métodos constructivos y materiales no se atenían a las especificaciones, produciendo máquinas que tenían una menor vida operativa (a veces de menos de 10 años), con períodos de revisiones mucho más cortos. A cambio tenían un precio muy asequible. En definitiva: copias baratas de mala calidad.

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  • el 30 agosto, 2019 a las 05:10
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    Pero desde la década de los ’90 las cosas empezaron a cambiar en China, al principio lentamente, pero luego a una velocidad vertiginosa. El responsable principal de semejante evolución no fue otro que EE.UU y luego Europa; para ser más justos los empresarios (ciudadanos) estadounidenses y europeos dispuestos a engrosar sus ganancias, produciendo sus productos en un país que ofrecía tantas ventajas comparativas y competitivas que no dudaron en instalar filiales, que al cabo de pocos años producían a un ritmo frenético a un costo bajísimo.

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  • el 30 agosto, 2019 a las 05:55
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    Este fenómeno pudo llevarse a cabo gracias a la disolución de la URSS y el fin de la guerra fría. A principios de los ’90 EE.UU., que se sentía situado en la cúspide del mundo y sin adversarios a la vista, bajó la guardia, desmovilizó un millón de soldados y liberalizó las transferencias de capitales, permitiendo el desarrollo de los negocios trasnacionales. Los gobernantes estadounidenses pensaban que el enriquecimiento de los capitalistas traerían como consecuencia la mejora de sus ciudadanos. Pero las grandes empresas estadounidenses migraron a China, donde podían realizar sus negocios con salarios veinte veces menores y con menores o nulas trabas impositivas. Esta transferencia de capitales también incluyó la transferencia de tecnología. Por supuesto que se trataba de tecnología de base, pero los chinos son maestros de la ingeniería reversible y también han apelado recurrentemente al espionaje industrial, sobornos o compra directa de proyectos en desarrollo (como el MiG 1.44 que dio origen al Shenyang J-20), para acceder a los secretos tecnológicos del más alto nivel.

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  • el 30 agosto, 2019 a las 06:09
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    Está marea de capitales y tecnología invadió China constantemente durante más de veinte años, y produjo una transformación tan importante como la que casi ningún país del mundo ha sufrido en tan corto lapso de tiempo; quizá con la excepción de su vecino Japón, que en menos de cincuenta años, hacia mediados del S.XIX pasó de ser un país feudal dominado por los Shogun, a un un país capitalista y con uno de los mayores desarrollos industriales de su época. La transformación china incluye dos elementos fundamentales. Por un lado continúa la Planificación Central típica del comunismo, pero acompañada de una estrategia financiera y productiva típica del capitalismo, lo que ha provocado por un lado poseer una organización social única, en la que los ciudadanos permiten y aceptan el verticalismo político del PCCH, y por otra parte un crecimiento económico de su sociedad tan importante, que ha convertido a la economía china en la más dinámica del mundo, con un mercado interno que pareciera imposible de detener su expansión.

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  • el 30 agosto, 2019 a las 14:24
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    Está expansión económica china ha llevado al país asiático a convertirse en la segunda mayor economía del mundo después de la estadounidense, con volúmenes crecientes que la proyectan al primer lugar hacia mediados de la década entrante. Los 400 millones de ricos de China, con una tasa de crecimiento de 20 millones de nuevos ricos por año, crean el mayor mercado interno del mundo y le otorgan a la economía exterior de China un dinamismo y una potencia que no pueden ser replicados por ninguna nación del mundo, excepto la India (aunque su desarrollo es más lento debido en gran medida a problemas estructurales como la pobreza y la corrupción). Aquella visión que tenían los gobernantes estadounidenses a principios de los ’90, imaginando un mundo de paz y prosperidad de su pueblo, impulsado por los capitalistas enriquecidos, ha encontrado su expresión máxima, paradójicamente, en China; y lo que es peor aún, la China de hoy (y del futuro) es en gran medida, una creación estadounidense.

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  • el 30 agosto, 2019 a las 15:41
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    Por lo dicho, hoy China es capaz de fabricar desde una hoja de papel hasta un satélite artificial junto con su lanzadera, al mejor precio de mercado y con la mayor calidad que se pueda exigir y con volúmenes que pocas industrias pueden replicar. Gracias a su organización social y productiva, los chinos son capaces de construir un edificio de cincuenta pisos en tres meses o botar el casco de un portaaviones de 315 mts. En veintiséis.

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  • el 30 agosto, 2019 a las 20:10
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    Estos volúmenes económicos gigantes producen beneficios al estado chino de magnitudes similares, lo que le ha permitido convertir a sus FFAA en la tercera más grande del mundo (su armada es la más numerosa de todas con 714 buques y su presupuesto militar es de U$ 151 mil M, muy por debajo de los U$ 647 mil M de EE.UU., pero muy por encima de los U$ 47 mil M de Rusia e India, que figuran en segundo y cuarto lugar) y no ya con armamento anticuado, como en décadas pasadas, sino con materiales de primera magnitud y tecnología de avanzada.

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  • el 30 agosto, 2019 a las 23:18
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    Con respecto a su tecnología militar, China ha realizado avances gigantescos en tiempos récord. Conr respecto a la aeroespacial es verdad que pocas de sus aeronaves de combate más avanzadas son proyectos propios, y que la mayoría de su tecnología de punta son desarrollos o copias modificadas de tecnología foránea. Recurriendo a la transferencia tecnológica, la ingeniería reversible, el espionaje industrial, el robo cibernético, el soborno liso y llano, la compra de proyectos desechados y otras argucias, junto con la tremenda organización social, productiva, industrial y logística, todo ello asegurado por una rigurosa planificación centralizada han convertido a China en el gran desafiante de EE.UU. Y listo para luchar por la supremacía mundial, económica y militar.

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  • el 30 agosto, 2019 a las 23:39
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    Con respecto a su industria aeroespacial, así como su electrónica aplicada, sistemas y armamento inteligente (incluido misiles), sostenemos que la gran mayoría proviene su de desarrollos foráneos modificados en incluso mejorados localmente. Pero éste es un camino que paulatimente esta dando paso a una enorme inversión de I+D+i local facilitado por el gigantesco flujo de fondos (este fenómeno está afectando a todas las áreas de defensa, incluso la espacial). Tal es así que la mayoría de aeronaves de combate de última generación chinas (JH-7A II/El, J-10C, J-11D, J-16, H-6K, J-20), así como helicópteros y aviones electrónicos (EW/AWACS) están incorporando electrónica (radares AESA, suites EW/IFF/data link, sistemas ISR, etc.) y armamento inteligente (en especial misiles AA y AB BVR) de origen completamente indígena.

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  • el 30 agosto, 2019 a las 23:51
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    Con respecto a su plan de incorporación de portaaviones, queda claro que China ha realizado un giro importante hacia la creación de grupos de batalla similares a los estadounidenses, lo que demuestra que hay un cambio de doctrina naval hacia el futuro. Los portaaviones actuales (Liaoning y Shandong) aunque derivan del Kuznetsov ruso, son unidades menos autónomas que su primo moscovita. En realidad para ser eficaces deben integrarse en una flota nutrida que provea a su defensa, al contrario que el buque ruso que es una nave bastante autónoma desde el punto de vista defensivo y ofensivo. Pero los buques chinos están destinados a realizar misiones de negación de áreas A2/AD en mares relativamente cercanos y protegidos por la pantalla protectora de la aviación terrestre. En este punto son muy similares a sus congéneres indios (Vikramaditya y Vikrant), concebidos para actuar en el mar Arábigo y el golfo de Bengala.

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  • el 31 agosto, 2019 a las 00:07
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    Los nuevos portaaviones chinos, desde el tipo 003 (ex tipo 002) en adelante, incorporan sistemas CATOBAR, incluidas catapultas EMALS (a diferencia de los actuales, dotados de sistemas STOBAR con rampas de lanzamiento), e incluso está previsto que a partir de la cuarta unidad (tipo 004) estén propulsados por energía nuclear. Esto implica que son naves destinadas a operar en mares lejanos, tal como lo hacen los grupos de batalla de portaaviones estadounidenses. Los buque de escolta tipo 55, de amplia autonomía y los nuevos buques de reavituallamiento rápido y gran tonelaje que están entrando en servicio lo ejemplifican: China está creando una flota oceánica, con la intención segura de disputar el predominio naval del Pacífico a EE.UU.

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  • el 31 agosto, 2019 a las 00:17
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    Con respecto a las aeronaves de combate desplegadas abordo de los portaaviones queda claro que en muchos aspectos China está aún muy lejos de EE.UU., su rival aparente. Sus cazas J-15 (derivados de un prototipo del Su-33 que Ucrania tenía en un museo y comprado por China) no son rivales para los F-18E de la US Navy y mucho menos para los F-35B que equiparán en el corto plazo los buques anfibios de Japón y Corea del Sur. Es por ello que hasta que China pueda desarrollar su futuro avión de combate embarcado con características avanzadas, seguramente el J-15 seguirá el mismo proceso de modernización que sus hermanos terrestres y adoptará mejoras sustantivas en elecrónica y armamentos y continuará en producción.

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  • el 31 agosto, 2019 a las 00:28
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    En cuanto a qué aeronave reemplazará en el futuro al J-15, dejando de lado los drones, materia en la que China tiene amplia experiencia y ya ha probado el lanzamiento y recuperación abordo de portaaviones, hay que hacer algunas consideraciones. En primer lugar es una falacia pensar que las empresas Shenyang y Chengdu compiten en China por un producto como lo harían en EE.UU Boeing y Lockheed-Martin. Ambas empresas son filiales de una mayor (CAIC), y el desarrollo y producción dependen de la planificación central. El caso ejemplificador es el J-7, derivado chino del MiG-21, que fue desarrollado en Shenyang a partir de planos incompletos y algunos aviones originales utilizados como patrón desde 1964, pero que luego de algunos pocos ejemplares su producción y desarrollo fue trasladado a Chengdu, que siguió desarrollando y fabricándolo hasta 2006.

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  • el 31 agosto, 2019 a las 00:48
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    Los chinos son ante todo, muy pragmáticos y tienden a optimizar sus recursos al máximo. Desde esta perspectiva, resultaría más conveniente navalizar el J-20 que ya se encuentra en servicio y fabricación, que poner en producción un avión nuevo, que necesita tiempo y dinero para desarrollarlo. Es en éste punto en donde se empieza a notar que hasta en China los enormes costos de la tecnología avanzada de aplicación militar imponen un límite. Desarrollar un nuevo avión insume muchísimo dinero, y esa inversión ya está hecha en el J-20. Pragmático. Pero realizar una versión acortada y navalizada del J-20 también será costosa en términos de dinero y tiempo. No es cuestión simple acortar la longitud del fuselaje, aumentar la envergadura, reforzar la célula para aguantar las fuerzas que actúan en el despegue y el apontaje, incorporar un tren más robusto y proteger la célula de la corrosión marina. Todo ello implica un peso muy superior a la versión terrestre y cambios importantes en la aerodinámica, entre muchos otros. Si ello es un factor complejo en un avión normal, su complejidad se magnífica si a ello hay que agregarle mantener la célula con niveles reducidos de reflexión radar.

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  • el 31 agosto, 2019 a las 04:23
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    En general la historia muestra que no han sido buenos los resultados cuando un avión terrestre ha sido modificado para operaciones embarcadas. Los propios chinos lo pueden manifestar con el J-15, cuya sea caracerísticas distan mucho de ser las óptimas para un avión embarcado. Pero tampoco resulta óptimo el Su-33 (derivado del Su-27), ni el MiG-29K, así como otros ejemplos, que se pueden remontar hasta el Seafire (derivado del Spitfire), el Sea Hurricane o el Sea Fang (derivado del Spiteful) británicos. Los ejemplos abundan, siendo en cambio muy exitosos aviones que siendo navales en origen, han sido adaptados a operaciones terrestres (A-1 Skyrayder, A-4 Skyhawk, F-4 Phantom II, F-18 Hornet, etc.). Algunos aviones como el Rafale francés pueden ser óptimos para ambos cometidos pues las características navales han sido incorporadas en una etapa inicial del diseño. Quizá no sea mal negocio para China seguir apostando por el J-31, pues además de dotar a la armada de un avión de combate avanzado, podría satisfacer un mercado ávido de reemplazar una multitud de aeronaves anticuadas e incluso competir favorablemente en muchos mercados contra proveedores ya establecidos.

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  • el 31 agosto, 2019 a las 20:46
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    En general la historia muestra que no han sido buenos los resultados cuando un avión terrestre ha sido modificado para operaciones embarcadas. Los propios chinos lo pueden manifestar con el J-15, cuyas caracerísticas distan mucho de ser las óptimas para un avión embarcado. Pero tampoco resulta óptimo su hermano el Su-33 (derivado del Su-27), ni el MiG-29K, así como otros ejemplos, que se pueden remontar hasta el Seafire (derivado del Spitfire), el Sea Hurricane o el Sea Fang (derivado del Spiteful) británicos. Los ejemplos abundan, siendo en cambio muy exitosos aviones que siendo navales en origen, han sido adaptados a operaciones terrestres (A-1 Skyrayder, A-4 Skyhawk, F-4 Phantom II, F-18 Hornet, etc.). Algunos aviones como el Rafale francés pueden ser óptimos para ambos cometidos pues las características navales han sido incorporadas en una etapa inicial del diseño. Quizá no sea mal negocio para China seguir apostando por el J-31, pues además de dotar a la armada de un avión de combate avanzado, podría satisfacer un mercado ávido de reemplazar una multitud de aeronaves anticuadas e incluso competir favorablemente en muchos mercados contra proveedores ya establecidos.

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  • el 1 septiembre, 2019 a las 04:30
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    Así que probablemente no haya sido dada la última palabra en cuanto al futuro avión de combate embarcado chino. En cuanto a las máquinas en si, China sorprendió al mundo al poner en servicio operativo al Chengdu J-20 a finales de 2017, pues por entonces sólo EE.UU poseía aviones furtivos operativos (B-2 Spirit, F-22 Raptor y el reciente F-35 Lightning II); el Su-57 ruso (PAK-FA) aún habiendo realizado su primer vuelo un año antes (2010) que su congénere chino (2011), entró en servicio unos meses después (febrero de 2018), aún en estado de prototipo en Siria, a título de pruebas. De todas maneras, los J-20 iniciales se trataban de aeronaves primitivas, muy cercanas a prototipos operativos (como el Su-57) que unidades de serie. Estaban equipados con motores rusos AL-31F-M1/M2 o WS-10A/B locales (un desarrollo chino del CFM-56), mientras que a la espera del desarrollo del motor WS-15 de la categoría de 18 ton. de empuje que aseguraría la velocidad de supercrucero, se han instalado a título experimental los WS-10G, con FADEC y empuje vectorizado, sobrepotenciados hasta 15,8 ton. de empuje.

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  • el 1 septiembre, 2019 a las 04:41
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    En realidad se conoce poco acerca del J-20 excepto lo que los propios chinos dejan trascender, lo cual no constituye información confiable, y a veces hasta contradictoria. No se conoce con exactitud cuántos aviones se han producido, pero al menos se conocen las matrículas de 12 unidades, producidas en 2018. Casi con seguridad es un caza de superioridad aérea debido al tamaño de sus bahías de armamentos y a que siempre se los ha visto equipados con misiles AA (PL-10, Pl-12, PL-15), pero se especula que en el futuro pueden ser modificados para adaptar armamento AS y AB para actuar como interdictor de penetración y ataque marítimo. En cuanto a sus capacidades furtivas también existen especulaciones. Desde ciertos ángulos de ataque los J-20 han sido detectados sin mucha dificultad por cazas Su-30MKI indios, pero se supone que podría tratarse de estratagemas de los chinos para ocultar sus verdaderas capacidades furtivas. También se especula con la posibilidad que cuenten con sistemas de ocultamiento activos, no sólo pasivos.

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