La Fuerza Espacial de EE.UU. hace su primer despliegue en el extranjero en la Península Arábiga.
La recién formada Fuerza Espacial de EE.UU. ha enviado tropas a la Península Arábiga en un primer despliegue extranjero.
Un escuadrón de 20 soldados ha sido estacionado en la Base Aérea Al-Udeid en Qatar, en lo que se ha convertido en la primera base operacional extranjera de la fuerza.
Pronto varios escuadrones más se unirán a la unidad de «operadores espaciales principales» que dirigirán los satélites, rastrearán las maniobras del enemigo y tratarán de evitar conflictos en el espacio.
El director de la Fuerza Espacial Al-udeid, el coronel Todd Benson, dijo que la operación era necesaria para preparar un futuro conflicto espacial.
«Estamos empezando a ver otras naciones que son extremadamente agresivas en la preparación para extender el conflicto al espacio», dijo a la Associated Press. «Tenemos que ser capaces de competir y defender y proteger todos nuestros intereses nacionales».
«Las misiones no son nuevas y las personas no son necesariamente nuevas», añadió Benson, que se negó a nombrar qué naciones eran «agresivas» en el espacio.
El despliegue se produce en medio de las preocupaciones de que Estados Unidos necesita defender su hegemonía en el espacio.
«El ejército de EE.UU. quiere ver un espacio pacífico», dijo Benson. «El comportamiento de otras personas nos está llevando a este punto.»
Los esfuerzos iraníes por interferir, piratear y cegar satélites también han preocupado a los líderes militares estadounidenses y a la administración Trump, que ha impuesto sanciones a Irán por el lanzamiento de su primer satélite al espacio esta primavera.
Los expertos militares estadounidenses han descrito el lanzamiento como un programa espacial militar secreto, lo que Irán niega.
Brian Weeden, que trabaja en la Fundación Mundo Seguro promoviendo la paz en el espacio exterior, declaró: «Existe la preocupación de que Irán pueda interferir con las comunicaciones militares de banda ancha».
«No es tan difícil de hacer, pero hemos visto a Irán y a otros países volverse bastante eficientes en hacerlo a gran escala».
Se espera que la Fuerza Espacial cuente finalmente con 16.000 efectivos, gracias a un presupuesto de 15.400 millones de dólares para 2021, que algunos legisladores han calificado de proyecto de vanidad presidencial de Trump.
Gino Spocchia
Evidentemente hay una guerra fría bastante intensa en el espacio. Habíamos explicado en un artículo anterior que el espacio es un santuario de armas de destrucción masiva y cualquier artilugio considerado «militar con capacidad destructiva» y de pruebas de cualquier tipo cuyo objetivo sea bélico. Esto esta garantizado por un «Tratado Espacial Ultraterrestre» promovido por EEUU, la URSS y Gran Bretaña y firmado por las potencias signatarias en 1967, pero que es de forma abierta, al punto que ha sido firmado por más de cien países y firmado sin ratificación por otra veintena, lo que hace a la práctica totalidad de países interesados en actividades espaciales o afines. De todas maneras vimos cómo las actividades espaciales de la URSS entraron todo el tiempo en flagrante contravención con el tratado firmado (sistema FOBS, estaciones orbitales «de combate», satélites IS, etc.). Uno de los puntos en conflicto del tratado es que habla del «espacio ultraterrestre», siendo bastante difícil de delimitar el límite del mismo, así como si un satélite en órbita baja (y por lo tanto cualquier arma) es o no espacial.
El tratado posee un artículo en el que exhorta a los Estados Parte a responsabilizarse por los objetos enviados al espacio y los daños que éstos pudieron causar a terceros y otros artefactos, pero es muy genérico, necesitando mayores previsiones. Por ejemplo la destrucción de un satélite chino en órbita polar por un arma de impacto directo en enero de 2007 lanzado desde la superficie, a todas luces una prueba ASAT, sólo fue protestado tibiamente por la comunidad espacial internacional. En teoría las armas ASAT y las pruebas de los mismos están prohibidas. De hecho, la USAF canceló el misil ASM-135 ASAT no sin antes destruir un satélite (septiembre de 1985) para demostrar su eficacia. En febrero de 2008 la USN interceptó un satélite militar con un misil Standard SM-3 que tenía potencial peligro de contaminación en su reingreso a la atmósfera terrestre. Estos ejemplos ponen de manifiesto que la capacidad para destruir satélites desde la superficie terrestre es un hecho consumado. Cualquier sistema de defensa aérea antibalística puede hacerlo.
Pero hay que tener en cuenta que existen muchas maneras de guerra en el espacio que no necesariamente sea destrucción desde el suelo terrestre, sino en el mismo espacio, y que esto no implique un «arma» en el sentido clásico de su significado. Un satélite en órbita podría ser embestido por otro satélite «asesino» que tiviere la capacidad de maniobra suficiente para cambiar su órbita y una masa suficiente y construcción robusta como para provocar la destrucción. Esta técnica ha sido probada con éxito en varias ocasiones. Asimismo, un satélite podría ser anulado sin necesidad de destruirlo, «friendo» sus sistemas electrónicos por medio de una fuente cercana de pulsos electromagnéticos lo suficientemente poderosos. También se pueden practicar métodos de EW en el espacio. Estos metodos son los sistemas de armas más probables en el espacio y no dejarán de estar guardando la letra del tratado de 1967, aunque contraviniendo su espíritu. Es contra este tipo de amenazas que este grupo estadounidense del Comando Espacial se ha trasladado a Qatar para luchar contra posibles amenazas iraníes.
Fue un iraní quien creó el arma de pulso electromagnético…….