La marina de Ucrania adquiere los primeros misiles de crucero Neptuno.
Ucrania está más cerca de establecer finalmente su defensa costera contra Rusia, ya que la armada del país ha obtenido las primeras unidades del sistema de misiles de crucero RK-360MC Neptune, a pesar de los largos y penosos obstáculos en el camino.
La primera batería de misiles de entrenamiento se ha incorporado a la única brigada de artillería de la marina el 15 de marzo, como parte del recientemente creado batallón de misiles de defensa costera de la formación.
«Este sistema ha sido diseñado para defender a Ucrania en los mares Azov y Negro», ha señalado el máximo responsable de la Armada, el contralmirante Oleksiy Neizhpapa, durante la ceremonia de entrega de los misiles en Odesa.
«Gracias a esta batería, podemos poner en marcha el entrenamiento práctico del recién creado batallón de misiles. Lo que queda por delante es el trabajo de despliegue de nuevos batallones. Este será el escudo antimisiles de Ucrania en el mar».
Un vehículo de lanzamiento del sistema de misiles Neptune, fotografiado durante una ceremonia oficial de entrega en Odesa el 15 de marzo de 2021. (Mando Naval de Ucrania).
El sistema Neptuno ha sido diseñado por la oficina de ingeniería Luch, con sede en Kiev, como respuesta a la creciente amenaza marítima de Rusia a la apenas defendida costa sur de Ucrania después de 2014. El proyecto se completó y se aceptó con éxito para el servicio en pocos años a pesar de la escasa financiación.
El diseño se basa en el misil de crucero soviético-ruso Kh-35 (nombre de informe de la OTAN AS-20 Kayak). La primera variante del Neptune es una unidad de misiles de crucero de defensa costera capaz de destruir buques de hasta 5.000 toneladas de desplazamiento en el agua en un alcance de casi 300 kilómetros.
Además, se espera que el proyecto desarrolle nuevas versiones lanzadas desde barcos y aviones, que podrían constituir la marca nacional de Ucrania en el nicho de las armas de misiles de alcance medio.
Tras una serie de pruebas de fuego real realizadas con éxito en el Mar Negro, el sistema fue aceptado para el servicio a finales de agosto y se esperaba que se pusiera en producción ya en 2020. La armada ucraniana solicitó a su vez al menos tres batallones Neptune, lo que significa casi 200 misiles de crucero costeros en servicio para 2025.
Sin embargo, el proyecto sufrió constantes retrasos debido a las trabas burocráticas del gobierno. Finalmente, en medio de una enorme presión pública, el Ministerio de Defensa firmó un contrato para producir el sistema de armas como parte del programa de adquisiciones militares del país en 2021.
«Nuestra tarea es unir los Neptunos, los misileros, los patrulleros y las corbetas, en un sistema de defensa integrado que sea capaz de repeler un ataque enemigo procedente del mar», como ha afirmado el ministro de Defensa ucraniano, Andriy Taran, durante la ceremonia de entrega.
Illia Ponomarenko
Parece que la industria Ucraniana de defensa esta despegando poco a poco, aunque sea basandose sen viejos diseños sovieticos.
Ucrania ya hace misiles antibuque y en España seguimos con los cohetes de feria. Armamentísticamente hablando, estamos inmersos en la edad de piedra tecnológica, una vergüenza. España no se merece estos desgobernantes y cúpula militar anclados en la más absoluta desidia sobre nuestra tecnología de defensa y en la propia Seguridad Nacional, les importa un pito, lo primero son los chiringuitos y llevárselo calentito sin pegar palo al agua. País de jetas y vividores.
No es solo en Defensa donde pasa ésto, pero me sorprende que con lo fuerte que grita la derecha contra «la dictadura roja» ahora nos quejemos de que no montan industrias públicas de armamento.
Efectivamente España es un país de jetas y vividores, sobre todo un empresariado que no arriesga jamás un céntimo en I+D y que prefiere vender producto extranjero a comisión. Curiosamente los poquitos que realmente emprenden suelen triunfar y, como Indra o Escribano, reciben apoyo total del Gobierno (o desgobierno como le llamas).
La indefensión española es la historia que se repite continuamente en España desde los visigodos.