Las corbetas del proyecto ruso 22160 estarán armadas con un nuevo sistema de defensa electrónica.
Las últimas corbetas multifuncionales del proyecto 22160 de Rusia estarán equipadas con los nuevos sistemas de protección electrónica de interferencias, reconocimiento y defensa. Su eficacia se está probando a bordo del buque de guerra Vasily Bykov en el Mar Negro, informa el diario moscovita Izvestia.
Los nuevos complejos pueden atascar los radares o crear falsas perturbaciones y se componen de sensores de alta tecnología en el casco del buque. La información recopilada de todos los sistemas electrónicos operativos que puede detectar un buque se transmite en tiempo real a las estaciones de interceptación de radio. El sistema determina el tipo de radar e identifica a su portador. Por tanto, la tripulación de la corbeta tiene la posibilidad de afectar los radares terrestres, marítimos y aéreos, así como en los sistemas de detección por satélite del adversario.
Dependiendo de la situación, al comandante de la nave se le ofrecen varias opciones sobre cómo esconderse del radar. Si el radar del enemigo no puede ser evitado, el sistema enmascara la nave con interferencias. La novedad también es capaz de bloquear el radar del adversario mediante una potente señal electrónica. Otra opción es la interferencia engañosa del radar enemigo creando varios objetivos falsos en la pantalla del adversario que se asemejan a un buque real. También se pueden utilizar trampas de calor que generan interferencias infrarrojas.
El sistema permitirá que las corbetas penetren de manera encubierta en las áreas bajo control adversario, oponiéndose no solo a los barcos individuales, sino también a los grupos de barcos y portaaviones que tienen una amplia gama de herramientas de reconocimiento, dijo el almirante Valentin Selivanov, ex jefe del Estado Mayor de la Armada.
«Los desarrollos modernos pueden hacer que un buque de guerra sea casi invisible y, por lo tanto, más efectivo en el combate. Anteriormente, los buques de guerra tenían dispositivos que mostraban que estaban siendo irradiados por un radar y su frecuencia. El operador tenía que identificar el radar por los libros de referencia. La tripulación tenía que determinar qué buques de guerra estaban armados con esos radares y, además, identificar la nave de guerra en el horizonte, que llevaba un largo tiempo”, añade.
El nuevo dispositivo determinará la frecuencia del radar y seleccionará automáticamente la interferencia. Esto permitirá al comandante decidir rápidamente que maniobra tomar, cómo maniobrar y contrarrestar al adversario, concluye Selivanov.
El barco patrullero Vasily Bykov del proyecto 22160 se unió a la flota del Mar Negro a finales de 2018. Su tarea es patrullar la zona costera y la protección de la flota. La segunda corbeta de este proyecto de la serie es Dmitry Rogachev que está siendo sometida a pruebas de aceptación.
Las corbetas se distinguen por un esquema modular que permite cambiar armas y equipos. Pueden llevar misiles Kalibr y en la cubierta cuentan con un helipuerto para los helicópteros Ka-27 y Ka-29. Las corbetas del proyecto 22160 pueden también operar vehículos no tripulados de superficie y bajo el agua para vigilancia en un radio de varios cientos de kilómetros. Según la información de Izvestia, está prevista la construcción de cuatro nuevas corbetas para el año 2020.