Los F-5 más esquivos del mundo volando junto a los B-52 estadounidenses.
Los seis B-52 de la Fuerza Aérea de EE.UU. que se desplegaron desde la Base Aérea de Minot en Dakota del Norte hasta la Base de Fairford en Inglaterra, han estado ocupados desde que llegaron a Europa el 22 de agosto.
Su misión más reciente podría decirse que fue la más extraña. El martes, dos de los B-52 volaron sobre el norte de África en formación con un par de cazas F-5 pertenecientes a la desconocida Fuerza Aérea tunecina.
Además de emparejarse con los F-5 casi desconocidos, los B-52 volaron sobre el Ártico. Se abrieron en abanico a través de Europa para pasar por encima de los 30 estados miembros de la OTAN en el curso de un solo día. Volaron sobre el Mar Negro y Ucrania, atrayendo a los cazas rusos a la intemperie para que los aviones espía RC-135 pudieran registrar los radares de los rusos. Luego se dirigieron al sur para practicar la caza y el hundimiento de un supuesto buque de guerra enemigo.
Los dos B-52 que realizaron el simulacro de ataque al destructor de la Marina de los EE.UU., el USS Roosevelt, pasaron la noche en España y luego, el martes, se unieron a los raros F-5 tunecinos antes de volver a Fairford.
Los F-5 de la Fuerza Aérea de Túnez, con una media de 35 años de edad, son algunos de los aviones más secretos de un brazo aéreo igualmente secreto que en 2014 libró silenciosamente una guerra en gran parte casi desconocida, bombardeando militantes en Jebel Chambi, una montaña en el oeste del país a lo largo de la frontera con Argelia. La breve colaboración de los pilotos tunecinos de F-5 volando con los B-52 es uno de los actos más destacados de su historia.
Túnez cuenta con un solo tipo de avión de caza, el Northrop F-5 Tiger II en sus versiones F-5E y F-5F que combina con los de ataque a tierra Aermacchi MB-326. Al parecer la Fuerza Aérea se encuentra ansiosa por reemplazar sus viejos F-5, tal vez por alguna versión básica del F-16.
David Axe