Los movimientos militares de China contra Taiwán tienen más que ver con la intimidación que con la invasión.
China está impulsando una nueva estrategia para aumentar cuidadosamente la presión militar sobre el autogobierno de Taiwán, pero no hasta el punto de provocar una verdadera guerra, según los analistas.
Entre las medidas recientes se incluyen los ejercicios militares realizados por el Ejército Popular de Liberación cerca del Estrecho de Taiwán, que han incluido un simulacro de invasión de las islas de Taiwán y un simulacro de aterrizaje de asalto que tenía como objetivo conquistar una de las islas.
El mes pasado los cazas y bombarderos chinos cruzaron la línea media del Estrecho de Taiwán entrando en la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán casi a diario, según los avisos del Ministerio de Defensa Nacional de Taiwán.
El cambio en la estrategia militar de Pekín llega cuando Taiwán y Estados Unidos acercan sus gobiernos, incluyendo la visita del Secretario de Salud de EE.UU., Alex Azar, a la isla en el mes de agosto. Este ha sido el funcionario americano de más alto rango que ha visitado Taiwán en los últimos 41 años, y Pekín ha respondido que esta visita violaba sus intereses fundamentales.
Pekín considera a Taiwán como parte de su territorio y se opone abiertamente a los lazos oficiales de Estados Unidos con Taipei, diciendo que viola el principio de una sola China.
Las crecientes actividades militares de China están diseñadas, en gran parte, para desorientar a los líderes taiwaneses y complicar la toma de decisiones y los tiempos de reacción, ha dicho Derek Grossman, un analista de defensa senior del think tank estadounidense Rand.
«Desde la perspectiva de Pekín, es bastante beneficioso crear una habitual normalidad de intrusión continua en el espacio aéreo de Taiwán y como tal es muy probable que continúe y aumente, porque esta medida reduce la capacidad de Taiwán para determinar si las acciones específicas que realiza Pekín representan o no el comienzo de una verdadera guerra», agrega.
«El aumento de la actividad militar china también tiene por objeto asustar a Taiwán para que se someta y a la vez, reunir información de inteligencia, por ejemplo sobre los tiempos de respuesta de los aviones de caza taiwaneses que se esfuerzan por interceptar los aviones militares chinos», añadiendo que China tenía que practicar en «condiciones de combate reales» si lo más probable era que la próxima guerra se produjera sobre Taiwán.
Timothy Heath, analista principal de investigación de defensa internacional en Rand, dijo que los ejercicios militares podrían continuar con más intimidación y esfuerzos para sabotear y desestabilizar la isla – todos los intentos de convencer a Taipei para aceptar la unificación a cambio de la seguridad y la paz.
«Esto ofrece un menor riesgo de guerra que un ataque militar, y ofrece el beneficio de permitir que el Partido Comunista Chino parezca ante su pueblo que está haciendo algo por Taiwán», dijo.
Pekín puede tolerar esta situación mientras se centra en cuestiones más grandes como la revisión de su economía y la gestión de la competencia con Estados Unidos.
Heath afirma que Pekín no tiene el incentivo de provocar una guerra por Taiwán debido a los problemas económicos y políticos internos, en parte por su manejo de la pandemia del coronavirus.
«Aunque Pekín podría estar dispuesto a tener una crisis militar, eso es bastante independiente de la voluntad de arriesgarse a una guerra importante».
«Dadas las cuestiones económicas y políticas internas mucho más importantes de China, todavía no hay ningún incentivo para que Pekín provoque una guerra por Taiwán, ya que la guerra sólo empeoraría mucho más todos los problemas que tiene China».
Los observadores de China continental dicen que aumentar la presión militar podría ayudar a Pekín a reunir información, intimidar a la isla y responder al sentimiento nacionalista interno.
«La situación de Taiwán ha cambiado fundamentalmente, y la posibilidad de una reunificación pacífica es cada vez más pequeña… Pero entre la paz y la guerra, hay una tercera vía: el uso de la fuerza para coaccionar a Taiwán a la sumisión. Esto puede reducir las bajas en gran medida y minimizar los costes», dijo Wang Zaixi, un ex general la semana pasada.
Zhu Songling, un experto en asuntos taiwaneses de la Universidad de la Unión de Pekín, dijo que los vínculos cada vez más estrechos entre Washington y Taipei habían engañado a las fuerzas independentistas.
«Así que Pekín tiene que dejar claras sus intenciones», dijo. «Estas relaciones entre EE.UU. y Taiwán han violado los cimientos políticos entre China y Estados Unidos” añadiendo que las recientes acciones de Pekín sólo están intensificando el rechazo de los taiwaneses hacia Pekín.
«China cree que puede conseguir lo que quiere siempre que su fuerza económica se lo permita, pero en realidad emplea una diplomacia al estilo del hombre lobo y nunca escucha las voces de los demás».
Kristin Huang
Los chinos pandémicos están pinchando y tanteando las defensas taiwanesas constantemente, lo que podría ser un preludio de algo mayor. Los taiwaneses han de estar alerta y en modo combate las 24/365. Al estar en el punto de mira de estos comunistas genocidas, no les queda otra, es lo que hay, les tocó la china.