Moscú bombardea más de 40 ciudades en el avance de Donbás

Funcionarios ucranianos dicen que las fuerzas rusas estaban cerca de rodear dos ciudades clave en la región.

El avance de las fuerzas rusas se ha aproximado a las tropas ucranianas en el este, tomando brevemente posiciones en la última carretera de salida de un par de ciudades ucranianas cruciales antes de ser rechazadas, dijo el jueves un funcionario ucraniano.

Tres meses después de su invasión de Ucrania, Rusia ha abandonado su asalto a la capital, Kiev, y trata de consolidar el control de la región industrial del este de Donbás, donde respalda una revuelta separatista desde 2014.

Miles de tropas están atacando desde tres flancos para intentar cercar a las fuerzas ucranianas en Sievierodonetsk y Lisichansk. Si las dos ciudades a caballo del río Siverskiy Donets caen, casi toda la provincia de Luhansk, en Donbás, quedaría bajo control ruso.

«Rusia tiene la ventaja, pero estamos haciendo todo lo que podemos», dijo el general Oleksiy Gromov, subjefe del departamento de operaciones principales del Estado Mayor de Ucrania.

El gobernador de Luhansk, Serhiy Gaidai, dijo que alrededor de 50 soldados rusos habían llegado a la carretera y «lograron ganar un punto de apoyo», incluso estableciendo un puesto de control.

«El puesto de control se rompió, los hicieron retroceder (…) el ejército ruso no controla ahora la ruta, pero la están bombardeando», dijo. Es posible que las tropas ucranianas abandonen «un asentamiento, tal vez dos. Tenemos que ganar la guerra, no la batalla», dijo.

«Está claro que nuestros chicos se están retirando lentamente hacia posiciones más fortificadas; tenemos que contener a esta horda», añadió Gaidai.

Los analistas militares occidentales ven la batalla por las dos ciudades como un posible punto de inflexión en la guerra, ahora que Rusia ha redefinido su objetivo principal como la captura del este.

Los periodistas de Reuters que se encontraban en el territorio controlado por Rusia, más al sur, vieron pruebas del avance de Moscú en Svitlodarsk, donde las fuerzas ucranianas se retiraron a principios de esta semana.

La ciudad está ahora firmemente controlada por los combatientes prorrusos, que han ocupado el edificio del gobierno local y han colgado en la puerta una bandera con la hoz y el martillo soviéticos.

Las imágenes del campo de batalla abandonado, filmadas por Reuters, mostraban cráteres que marcaban un campo verde rodeado de edificios destruidos. Los combatientes prorrusos se arremolinaban en trincheras.

Los recientes avances de Rusia en el Donbás siguen a la rendición de la guarnición ucraniana en Mariupol la semana pasada, y sugieren un cambio de impulso tras semanas en las que las fuerzas ucranianas habían avanzado cerca de Kharkiv, en el noreste.

«Los recientes avances rusos ofrecen una comprobación aleccionadora de las expectativas a corto plazo», tuiteó el analista de defensa Michael Kofman, director de estudios rusos en el centro de estudios CNA, con sede en Estados Unidos.

Las tropas rusas han roto las líneas ucranianas en Popasna, al sur de Sievierodonetsk, y amenazan con rodear a las fuerzas ucranianas, escribió.

El asesor del Ministerio del Interior ucraniano, Vadym Denisenko, declaró en una sesión informativa que 25 batallones rusos estaban intentando rodear a las fuerzas ucranianas.

El jefe de las fuerzas armadas ucranianas, Valeriy Zaluzhny, pidió en Telegram más armas occidentales, en particular «armas que nos permitan golpear al enemigo a gran distancia».

El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, advirtió más tarde que cualquier suministro de armas que pudiera llegar a territorio ruso sería un «paso serio hacia una escalada inaceptable».

CASAS DESTRUIDAS

Hace unas semanas, eran las fuerzas ucranianas las que avanzaban, haciendo retroceder a las tropas rusas desde las afueras de Kharkiv hacia la frontera rusa.

Pero Moscú parece haber detenido su retirada allí, reteniendo una franja de territorio a lo largo de la frontera e impidiendo que las tropas ucranianas corten las líneas de suministro rusas que van al este de la ciudad hacia el Donbás.

Los bombardeos rusos mataron al menos a siete civiles e hirieron a 17 en Kharkiv, según las autoridades locales, mientras las fuerzas rusas se atrincheraban y mantenían el control de las posiciones en los pueblos del norte.

«Aquí hay mucho ruido, pero al menos está en casa», dijo Maryna Karabierova, de 38 años, mientras se oía otra explosión cerca. Había regresado a Kharkiv después de huir a Polonia y Alemania a principios de la guerra. «Puede ocurrir en cualquier momento, de noche, de día: así es la vida aquí».

Rusia no hizo comentarios inmediatos sobre la situación en Kharkiv. Ha negado haber atacado a civiles en lo que llama su «operación militar especial» en Ucrania.

El avance en Donbás ha sido respaldado por un bombardeo masivo de artillería. Las fuerzas armadas ucranianas dijeron que más de 40 pueblos de la región habían sido bombardeados en las últimas 24 horas, destruyendo o dañando 47 sitios civiles, incluyendo 38 casas y una escuela.

ESCALADA

Los países occidentales, encabezados por Estados Unidos, han proporcionado a Ucrania armamento de largo alcance, incluidos obuses M777 de Washington y misiles antibuque Harpoon de Dinamarca.

Washington está considerando incluso proporcionar a Kiev un sistema de cohetes que puede tener un alcance de cientos de kilómetros, y ha mantenido conversaciones con Kiev sobre el peligro de una escalada si ataca en lo más profundo de Rusia, según dijeron a Reuters funcionarios estadounidenses y diplomáticos.

«Nos preocupa la escalada y, sin embargo, no queremos poner límites geográficos ni atarles demasiado las manos con el material que les estamos dando», dijo un funcionario estadounidense.

El ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, dijo durante una sesión de preguntas y respuestas a través de Twitter que «sin sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple, no podremos hacerles retroceder». Afirmó que si Rusia solicitara un alto el fuego, «nos lo pensaremos dos o tres veces antes de aceptarlo».

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que Moscú espera que Ucrania acepte sus exigencias en cualquier conversación de paz futura. Quiere que Kiev reconozca la soberanía rusa sobre la península de Crimea, de la que Moscú se apoderó en 2014, y la independencia del territorio reclamado por los separatistas.

El canciller alemán Olaf Scholz dijo que no se debe permitir que Putin imponga las condiciones de paz.

«No habrá una paz dictada», dijo Scholz en Davos. «Ucrania no lo aceptará, y nosotros tampoco».

Reuters