Para el cruce del rio Dnipro, Ucrania necesita vehículos anfibios.

Mientras las fuerzas rusas y ucranianas se preparan para enfrentarse a través del río Dnipro/Dniéper, los ejércitos occidentales están redescubriendo el reto estratégico que suponen las barreras de agua. Enfrentados al cuarto río más grande de Europa, el hecho de que Occidente no haya proporcionado a Ucrania vehículos de asalto totalmente anfibios sugiere que los planificadores militares occidentales están luchando por fusionar las tácticas de cruce de ríos de la época de la Segunda Guerra Mundial con la doctrina moderna de combate del siglo XXI.

Para retomar la Ucrania ocupada, el ejército ucraniano debe, como mínimo, presentar una amenaza creíble a la orilla oriental del río Dnipro, ocupada por Rusia. Aunque Ucrania no tenga intención alguna de asaltar la orilla rusa del río Dnipro, lo más inteligente es mostrar una amenaza e inmovilizar a las unidades rusas.

Una forma de incomodar a los invasores rusos en el sur de Ucrania sería la transferencia brusca de viejos vehículos de asalto anfibio de orugas estadounidenses AAVP7A1 (AAV-7). Utilizados por el Cuerpo de Marines de Estados Unidos para trasladar equipos de combate de unos 20-25 marines del barco a la costa y luego tierra adentro, fuera de la playa, estos relativamente viejos «vehículos blindados de transporte de personal» añaden credibilidad instantánea a la idea de que Ucrania fuerce el cruce del Dnipro y, más adelante en el conflicto, su mera presencia complicaría los esfuerzos rusos por defender el estrecho istmo de Perekop, una estrecha franja de tierra que conecta Crimea con el resto de Ucrania.

Como mínimo, el simple hecho de reunir recursos para puentes en el sur de Ucrania tiene sentido desde el punto de vista logístico, especialmente si, como se espera, un contraataque ucraniano barre la orilla oriental del Dnipro desde el norte. Dado que todos los puentes que cruzan el sur del Dnipro están destruidos o no funcionan, un par de puentes de pontones en el flanco ucraniano ayudarían mucho a aliviar los futuros problemas de movilidad y reabastecimiento de Ucrania.

Los cruces de ríos son difíciles

Lanzar un puente sobre un gran río no es tarea fácil. El cruce de ríos durante un combate es una de las maniobras más complicadas de la guerra moderna, y requiere que todo un ejército trabaje de forma concertada. Occidente puede ofrecer poca ayuda; los cruces de ríos disputados son retos a los que Estados Unidos no se enfrentaba desde la Guerra de Corea, y Estados Unidos, que disfruta de superioridad aérea y fácil acceso a helicópteros, ha centrado mucha más energía en perfeccionar el arte del rápido «golpe de mano»: capturar puentes clave antes de que puedan ser destruidos.

Para cruzar un río, un ejército mecanizado moderno no puede limitarse a elegir un lugar de cruce y empezar a nadar. Los vehículos necesitan una forma de llegar rápidamente al lecho del río y salir de él. En un río ancho como el Dnipro, la fuerza de cruce debe desplegar una mini-armada oculta de barcos y barcazas para lo que es, esencialmente, un desembarco anfibio opuesto. Los vehículos de ingeniería deben llegar a la región, listos para preparar caminos navegables dentro y fuera del fondo del río. El material para un puente o puentes provisionales debe llegar y mantenerse oculto. También deben llegar a la zona recursos adicionales de defensa antiaérea y antiartillería.

Para complicar las cosas, los requisitos geográficos básicos de cualquier esfuerzo armado para cruzar un río son bien conocidos, lo que facilita la identificación de los lugares óptimos para el cruce de ríos. En esencia, los posibles cruces de ríos se convierten en zonas ideales para emboscadas.

En las primeras fases de la guerra, Ucrania convirtió en campos de exterminio los intentos rusos de cruzar ríos de forma precipitada y mal planificada, y a Rusia le encantaría tener la oportunidad de devolver el favor.

Para mantener a raya a Rusia, Ucrania debe estar preparada para moverse con rapidez, empleando todas las piezas necesarias para hacerse con la superioridad aérea local, suprimir la artillería de la zona, desembarcar en la orilla oriental, hacerse con un punto de apoyo, construir un puente y luego avanzar hacia el territorio abierto del sur de Ucrania. No es tarea fácil, pero los vehículos de asalto anfibio LVTP-7/AAV-7 podrían facilitarla.

El asalto anfibio no ha muerto

A un buen número de expertos militares estadounidenses les gusta burlarse de que, en el combate moderno, los desembarcos anfibios convencionales están muertos. Pero la amplia extensión del río Dniéper, que rara vez tiene menos de 1.000 pies de ancho (304 m) mientras serpentea por el sur de Ucrania, desafía en silencio a los mejores pensadores militares modernos de Estados Unidos.

Para conseguir un puente sobre el Dniéper, Ucrania debe llevar a cabo un mini-desembarco anfibio, consiguiendo un alojamiento inicial en el lado controlado por los rusos mientras se instala un puente provisional.

Esto puede hacerse potencialmente con material del arsenal soviético heredado. Prácticamente todos los vehículos de combate de infantería de los arsenales ruso y soviético se describen como «totalmente» anfibios, capaces, sobre el papel, de «nadar» -o, para ser más realistas, revolcarse- a través de barreras de agua a unos 8 km/h. Pero, tras un año de conflicto, es probable que la capacidad anfibia de los blindados ucranianos se haya degradado.

Algunos países han donado puentes de pontones y embarcaciones. Estados Unidos anunció el lunes el envío de embarcaciones fluviales y otros equipos. Pero, como reflejo de las prioridades tácticas occidentales, la mayoría de los vehículos militares donados a Ucrania hasta la fecha no están construidos para apoyar asaltos anfibios: o bien son demasiado pesados para «flotar» o bien sus capacidades «anfibias» originales se sacrificaron en favor de un blindaje adicional.

Pero algunas piezas necesarias para un gran cruce fluvial de Ucrania están encajando. La doctrina del cruce de ríos hace hincapié en la importancia de la supremacía aérea local. Las nuevas donaciones de cazas Mikoyan MiG-29 Fulcrum, junto con las defensas aéreas móviles y terrestres donadas, estarán listas en pocas semanas.

Si los planificadores militares quieren ayudar rápidamente a Ucrania, la recientemente aprobada transferencia de 76 vehículos anfibios de asalto AAV-7 a Grecia constituye un punto de partida ideal. Como es probable que estos vehículos estén casi listos para ser entregados, podrían ser fácilmente redirigidos -incluso prestados temporalmente- a Ucrania, desconcertando a Rusia en la antesala de una campaña de verano muy interesante.

Craig Hooper