¿Qué le espera a la marina rusa en el Mar Negro?

La Armada rusa sigue siendo más poderosa que la ucraniana. Su dominio se ha erosionado y actualmente está confinada en su mayor parte a puerto. Pero las cosas podrían cambiar. He aquí algunos escenarios a tener en cuenta.

Cuando comenzó la invasión, era impensable que Ucrania tuviera a la poderosa Armada rusa prácticamente confinada en puerto. Sin embargo, desde entonces la Armada rusa ha experimentado una serie de reveses y amenazas emergentes que han hecho exactamente esto.

Las minas marinas ucranianas, los misiles antibuque y ahora los «drones marítimos» han contribuido a que desempeñen un papel cada vez menos activo. Pero eso no quiere decir que esto vaya a seguir así.

Hacer predicciones firmes en la guerra es de locos. Pero se pueden plantear algunos escenarios de alto nivel para considerar cómo podrían ir las cosas en los próximos meses.

La situación actual: Flota en formación

La base naval rusa de Sebastopol, en el sur de Crimea, sigue siendo la principal presencia naval en la guerra. A pesar de ello, los buques de guerra de la Armada rusa apenas patrullan la mayor parte del norte del Mar Negro. Esto contrasta fuertemente con el comienzo de la guerra, cuando patrullaban a la vista de Odesa y realizaban agresivas «demostraciones anfibias» con buques de desembarco.

La primera razón de este cambio fueron los misiles antibuque. Éstos demostraron su eficacia contra el crucero Moskva, pero fue la llegada de los misiles antibuque Harpoon, suministrados por Occidente, lo que selló el acuerdo.

Y en septiembre empezaron a aparecer los «drones marítimos» ucranianos. Estas pequeñas embarcaciones de superficie sin tripulación (USV) están cargadas de explosivos, son relativamente baratas y difíciles de contrarrestar. Vimos cómo se reducía el número de patrullas y cómo los buques de guerra evitaban fondear más allá de la protección del puerto.

En el ya famoso ataque marítimo con drones del 29 de octubre no consiguieron causar daños importantes. Pero su amenaza es real y probablemente sea uno de los principales impulsores de la remodelación de las operaciones navales rusas. Ahora, cuando los buques de guerra y los submarinos van y vienen, están vigilados por lanchas rápidas y helicópteros.

La Armada rusa no está completamente ausente del Mar Negro. Pero aparte de algunos buques de guerra y submarinos que se aventuran a lanzar misiles de crucero Kalibr, ahora desempeñan un papel muy discreto en la guerra. La prioridad parece ser la conservación de las fuerzas; exponerse a las armas ucranianas entraña riesgos a cambio de pocos beneficios.

La arena helada

Con la llegada del duro invierno ucraniano, los combates en tierra se ralentizarán, ya que los soldados buscarán el calor antes que la gloria. También en el mar se espera que el invierno ralentice las cosas. El descenso de las temperaturas, combinado con la geografía local, traerá consigo hielo marino.

La extensión y el grosor varían según el año, pero es de esperar en el norte del Mar Negro, cerca del puente de Kerch y en el Mar de Azov. Esto podría condicionar, literalmente, las operaciones navales de los próximos meses.

Escenario 1: Reanudación de los ataques a buques mercantes

Uno de los primeros movimientos de la Armada rusa en la invasión fue bloquear los puertos ucranianos para detener el comercio. Rusia declaró la prohibición de navegación en la parte noroccidental del Mar Negro hasta el paralelo 45-21 N a partir de las 04:00 horas del 24 de febrero de 2022. Varios buques mercantes de terceros países fueron entonces atacados y, aunque no se ha admitido, hay pocas dudas sobre quién lo hizo. Durante los primeros meses este bloqueo fue total.

Sin embargo, el comercio mercante se restableció en julio por medios políticos. Desde entonces, Rusia ha amenazado con este acuerdo para presionar a Ucrania para que no ataque Sebastopol. Pero ya no parece tener la influencia política para hacerlo. Si Rusia quiere interrumpir o detener este comercio tiene ahora pocas opciones, pero éstas implican a la Marina.

Gracias a los misiles antibuque ucranianos, cualquier intento de bloqueo en el norte del Mar Negro sería muy peligroso. Quedan entonces los medios «cinéticos», por los que se ataca físicamente a los buques. Podrían utilizarse aviones, buques de guerra y submarinos. Pero el autor estaría claro y probablemente habría un coste político.

Por ello, la Armada rusa podría considerar el uso de medios encubiertos para sabotear el «corredor del grano». En este escenario, los barcos podrían ser atacados en Sebastopol con minas lapa. O mediante minas marinas cuidadosamente colocadas fuera del puerto. Podría ser obvio quién lo está haciendo, pero quedaría por debajo del umbral de atribución, lo que limitaría las consecuencias políticas.

Escenario 2: Empujados a defender Crimea

Si Ucrania avanza hacia el sur desde Kherson, la Armada rusa podría verse obligada a proporcionar apoyo directo a sus tropas. Esto podría incluir apoyo de fuego y transporte de suministros. Pero las amenazas para sus buques de guerra serán graves.

Los drones marítimos, las minas, los drones aéreos y los misiles terrestres de corto alcance, como el Brimstone suministrado por Gran Bretaña, podrían pasar factura. Y si los buques se alejan de la costa para evitarlos, podrían caer en una trampa de arpones. Pero si Ucrania consigue introducirse en Crimea, los comandantes rusos no tendrán más remedio que aceptar los riesgos.

Escenario 3: Sebastopol se vuelve aún más insegura

Una de las razones por las que los mandos rusos pueden comprometer sus buques de guerra en los combates más al norte es porque la propia Sebastopol podría quedar al alcance de sistemas como los HIMARS. Esto supondría un obstáculo y podría provocar el abandono del puerto. Incluso antes de eso, que Ucrania consiga más o mejores armas capaces de llegar al puerto será una seria preocupación. En estos escenarios podríamos ver buques de guerra empujados a puertos más pequeños en la costa sur de Crimea. Y, en última instancia, a la propia costa rusa del Mar Negro. La otra base naval de Novorossiysk ya está relativamente llena, por lo que habría que recurrir a puertos secundarios.

Otros puntos

Por supuesto, hay otros muchos escenarios que merece la pena considerar. Los avances ucranianos hasta el Mar de Azov son de especial interés. Esto sería similar al escenario 2 (Empujados a defender Crimea). Otro punto sobre el que merece la pena reflexionar es si Rusia podría intentar un desembarco anfibio. La amenaza de que esto ocurra es ahora mucho menor que hace unos meses, pero todavía tienen barcos de desembarco. En general, las perspectivas no son buenas.

Mientras los aspectos navales de la guerra desaparecen de los titulares, debemos recordar que no ha terminado. La Armada rusa aún podría encontrarse navegando en dirección peligrosa.

H I Sutton