Rusia insinúa que podría volver al Tratado de Cielos Abiertos si Estados Unidos lo hace.
Rusia podría considerar la posibilidad de volver a un pacto internacional que permite los vuelos de vigilancia sobre instalaciones militares si Estados Unidos da marcha atrás en su salida, dijo ayer el principal diplomático ruso.
Moscú anunció en enero que abandonaría el Tratado de Cielos Abiertos (Open Skies) tras la salida de Estados Unidos del pacto el año pasado, y añadió que las propuestas rusas para mantener el tratado vivo tras la retirada de Estados Unidos han recibido el rechazo de los aliados de Washington.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, dijo tras las conversaciones mantenidas el martes en Moscú con la ministra de Asuntos Exteriores sueca, Ann Linde, actual presidenta de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, que Moscú podría seguir meditando el regreso.
«Si Estados Unidos vuelve a observar plenamente el tratado, la Federación Rusa estaría dispuesta a considerar constructivamente esa nueva situación», dijo Lavrov.
Señaló que, si bien Rusia ha declarado su intención de abandonar, aún no ha presentado formalmente la correspondiente notificación a las demás partes.
Las declaraciones de Lavrov se producen días después de que Moscú y Washington alcanzaran un acuerdo de última hora para prorrogar el último pacto de control de armas nucleares que les quedaba, el Nuevo Tratado START, que expiraba el 5 de febrero.
Cuando el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el presidente ruso, Vladimir Putin, mantuvieron una conversación telefónica la semana pasada, el Kremlin dijo que discutieron el pacto de cielos abiertos junto con otros temas. Sin dar más detalles.
El Tratado de Cielos Abiertos tiene por objeto fomentar la confianza entre Rusia y Occidente permitiendo a las más de tres docenas de firmantes del acuerdo realizar vuelos de reconocimiento sobre los territorios de la otra parte para recabar información sobre las fuerzas y actividades militares. Desde su entrada en vigor en 2002 se han realizado más de 1.500 vuelos en el marco del tratado, cuyo objetivo es fomentar la transparencia de la actividad militar y ayudar a supervisar el control de armas y otros acuerdos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se retiró del pacto, argumentando que las violaciones rusas hacían insostenible que Washington siguiera siendo parte. Estados Unidos completó su retirada del pacto en el mes de noviembre.
Rusia ha insistido en que las restricciones a los vuelos de observación que impuso en el pasado estaban permitidas por el tratado y señaló que Estados Unidos impuso restricciones más amplias a los vuelos de observación sobre Alaska.
Vladimir Isachenkov
EEUU deberia aceptar. Los rusos pueden espiar cuando le parezca bien en occidente. Al reves no es tan facil.
Más le vale a la clase dominante de EEUU aceptar el trato, o el siguiente virus será peor.
Ese tratado es una broma, quieren verle cara al democrata.
Menuda ridiculez de tratado, se quedó sin eficacia desde que hay satélites espía.
El tratado de cielos abiertos es muy posterior a los satelites espia es del 2002