Rusia realizará ejercicios en el Ártico con países no árticos.

Tras la interrupción de la cooperación regional con Occidente, Rusia iniciará esta semana simulacros multilaterales en su territorio ártico, en los que participarán nueve países no árticos para probar equipos de fabricación rusa.

Los días 6 y 7 de abril, el Ministerio ruso de Situaciones de Emergencia organizará los ejercicios Safe Arctic 2023 en nueve regiones de la zona ártica del país, según informó en un comunicado. Entre los participantes figuran representantes de nueve países anónimos de África, América Latina y Eurasia. Los ejercicios mostrarán métodos de rescate, así como vehículos, aviones y otros tipos de equipos producidos por fabricantes rusos.

En vísperas de los ejercicios, Moscú también ha llevado a cabo una expedición de investigación de 12 días al Ártico para realizar pruebas adicionales de equipos rusos destinados a garantizar la seguridad regional.

Aunque la naturaleza de estos acontecimientos no es necesariamente militar, apuntan a una tendencia más amplia en la estrategia de defensa del Ártico de Rusia: un mayor interés en asociaciones no árticas que le ayuden a asegurar sus intereses regionales. Así se subrayaba en un documento revisado de planificación estratégica publicado por el Kremlin, en el que se destacaba una mayor apertura hacia las colaboraciones internacionales. En el pasado, podría decirse que Moscú ejercía un mayor grado de cautela a la hora de implicar en proyectos regionales a naciones no limítrofes con las zonas árticas.

Las actividades rusas en el Ártico están hoy más amenazadas que hace unos años. Con la entrada oficial de Finlandia en la OTAN, y la próxima de Suecia, Rusia corre el riesgo de quedar aún más aislada de lo que está actualmente, pues sería el único Estado ártico que no es miembro de la Alianza. Esto implica una considerable ampliación de las fronteras de la OTAN con Rusia y una mayor cooperación militar entre los aliados, que recientemente concluyeron el ejercicio de un mes de duración Arctic Forge, en el que participaron tropas de 16 Estados miembros de la OTAN.

Estos acontecimientos no serán bien recibidos por Moscú, que desde marzo de 2022 no participa en los grupos de trabajo del Consejo Ártico. Tras la invasión rusa de Ucrania, los Siete Árticos -Canadá, Estados Unidos, Islandia, Dinamarca, Noruega, Suecia y Finlandia- habían tomado la decisión temporal de interrumpir los trabajos del Consejo, para emitir meses más tarde una declaración en la que anunciaban la reanudación de los proyectos, pero sin la participación rusa.

Los ejercicios Ártico Seguro se celebrarán en el marco de los actos de la presidencia rusa del CA en 2021-2023, que todos los demás miembros han decidido boicotear. Desde que se congelaron los lazos, ha habido un gran debate entre los expertos sobre si se puede restablecer la cooperación ártica.

En una encuesta realizada por Chatham House en diciembre de 2022, el 56% de los encuestados, compuesto por partes interesadas y expertos que trabajan en asuntos del Ártico, deseaba que los países miembros del CA restablecieran la cooperación con Rusia. Los escépticos dijeron que volver a conectar con Moscú podría simbolizar una victoria diplomática para el país y validar su comportamiento hostil.

Rusia busca cada vez más la colaboración con otros socios, incluidos los que Occidente considera competidores estratégicos. Según un informe del Instituto Ártico publicado el mes pasado, el Kremlin está animando activamente a empresas chinas, indias y de Oriente Medio a invertir en iniciativas árticas en las que antes participaban firmas occidentales.

«Después de que las empresas occidentales se retiraran del Ártico ruso debido a las sanciones, la rusa Novatek busca ahora a la empresa emiratí Green Energy Solutions para recibir tecnología importante para construir proyectos de gas natural licuado y a la turca Karpowership para una central eléctrica flotante», afirma el artículo.

La Federación Rusa también está explorando con India la posibilidad de crear una carretera transártica para el transporte de contenedores a lo largo de la Ruta Marítima Septentrional como ruta alternativa para transportar carga de Nueva Delhi a Europa. De conseguirse, supondría un avance considerable entre el sur de Asia y el Ártico.

Elisabth Gosselin-Malo