Tanques franceses se unen a la línea defensiva de la OTAN en Rumanía.

Recién llegados al campo de entrenamiento del ejército rumano de Cincu, en Transilvania, los cañones de 120 mm de los tanques franceses retumban ya en el fangoso campo de tiro, mientras la OTAN refuerza sus fuerzas en Rumanía, país miembro fronterizo con Ucrania.

«La crisis ucraniana demuestra que lo que ocurre en el este puede amenazar a toda Europa. Estamos demostrando que la OTAN está presente, unida y preparada para todo», dice Alexandre de Feligonde, coronel francés que dirige un batallón de tropas de diferentes países en el centro de Rumanía.

Como país líder del despliegue de la «Presencia Avanzada Reforzada» de la Alianza en Rumanía, Francia acaba de enviar una veintena de vehículos blindados de transporte de tropas y 13 carros de combate Leclerc.

Estos amenazadores carros de combate de 56 toneladas pueden disparar seis proyectiles por minuto a una distancia de hasta 6.000 metros, incluso en movimiento.

El desarrollo del Leclerc se inició durante la Guerra Fría, cuando la OTAN se preparaba para un conflicto de «alta intensidad» con sus homólogos del Pacto de Varsovia, liderados por la Unión Soviética.

La vuelta de los miembros de la Alianza a los preparativos para una guerra de este tipo, tras años luchando en conflictos totalmente distintos en Oriente Próximo y África, se ha intensificado desde que Rusia invadió Ucrania en febrero.

Las tropas francesas constituyen la mayor parte de la fuerza conjunta de 700 efectivos en el campamento de Cincu

Los tanques franceses estaban desplegados previamente en Estonia y Lituania, miembros de la OTAN fronterizos con Rusia, pero el repentino ataque ha convertido a Rumanía en un nuevo Estado de primera línea.

El batallón dirigido por Francia cuenta ahora con unos 700 hombres. La mayoría son franceses y unos 80 holandeses.

Se están construyendo instalaciones para acoger al número objetivo de 1.200.

5.000 soldados de la OTAN

Además de enarbolar la bandera de la OTAN en el flanco sudoriental de la alianza, el despliegue tiene como objetivo conseguir que los diferentes ejércitos trabajen mejor juntos.

«Tenemos que entrenarnos juntos para ser creíbles» como fuerza de combate combinada, afirma de Feligonde, mientras observa desde una colina cómo los carros de combate disparan salvas de proyectiles en un ejercicio conjunto con holandeses y rumanos.

«Existe una barrera lingüística con los franceses, pero seguimos los mismos procedimientos. Es más fácil de lo que pensaba», dice el teniente Wietse, de la fuerza holandesa.

Rumanía acoge actualmente a unos 5.000 soldados extranjeros, el mayor contingente de la región sudoriental de la OTAN.

Unidades de la OTAN practican con munición real en la base de Cincu

Algunas tienen su base en el aeródromo de Constanza, en el Mar Negro, a unos 400 kilómetros en línea recta de la península de Crimea, que Rusia se anexionó ilegalmente de Ucrania en 2014.

Una esquina de la base está repleta de vehículos blindados ligeros y helicópteros Chinook y Apache pertenecientes a una brigada de la 101ª División Aerotransportada estadounidense.

Más al norte, a solo 100 kilómetros de la frontera ucraniana, las tropas francesas llegaron a principios de este año para reforzar las defensas aéreas.

Preparados en caso de necesidad

En los campos de entrenamiento de Capu Midia, se ha instalado un sistema antiaéreo francés de medio alcance conocido como MAMBA al final de una carretera llena de baches que atraviesa los campos.

La batería de misiles está allí para proteger la región portuaria de Constanza, estratégicamente vital.

«Tenemos sistemas de defensa antiaérea, pero no los suficientes para proteger toda la frontera de la OTAN» en Rumanía, afirma el teniente coronel rumano Calin.

El radar y los misiles combinados del MAMBA cubren un radio de 100 kilómetros contra «una enorme variedad de amenazas aéreas: misiles balísticos de corto alcance, cazas, helicópteros, aviones no tripulados e incluso salvas de misiles de crucero», explica el comandante Christophe, jefe de operaciones del destacamento francés.

Hasta ahora no se ha producido ninguna alerta en el espacio aéreo rumano desde que estallaron los combates en Ucrania, aunque los misiles rusos han sobrevolado la cercana Moldavia.

Si Rusia atacara a Rumanía, «podríamos abrir fuego en cuestión de segundos» tras una decisión de la OTAN respaldada por Bucarest, afirma Christophe.

«La OTAN vigila todo lo que ocurre en el Mar Negro», afirma el oficial italiano Michele Morelli, cuyos aviones realizan labores de «policía aérea» para Rumanía desde la base de Constanza.

Los cuatro aviones Eurofighter del coronel pueden despegar en 15 minutos.

«Estamos vigilando la actividad rusa, asegurándonos de que saben que estamos aquí», afirma Morelli.

«En los últimos meses, hemos volado mucho a lo largo de las fronteras rumanas. Somos conscientes de la presencia de los rusos y ellos son conscientes de la nuestra. No tenemos previsto utilizar armas, pero estamos preparados para usarlas si es necesario», añade.

AFP

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