Tras firmar un acuerdo militar con Ucrania, Suecia considera «inaceptables» las garantías de seguridad de Moscú.

Cuando se trata de conseguir un acuerdo que se ajuste a los verdaderos intereses de uno, una técnica consiste en poner el listón muy alto para dar a la otra parte la impresión de que está cediendo y conseguir así el compromiso que busca. ¿Es de esta manera como piensa proceder Rusia, después de proponer a la OTAN y a Estados Unidos la semana pasada una serie de exigencias destinadas a garantizar legalmente su seguridad, algunas de las cuales han sido consideradas inaceptables?

En efecto, si la propuesta de crear «líneas directas para contactos de emergencia» no suscita, a priori, ningún comentario particular, no puede decirse lo mismo de la que pide a los aliados de la OTAN «no desplegar tropas y armamento adicionales fuera de los países en los que se encontraban en mayo de 1997», es decir, antes de la adhesión de los países del antiguo Pacto de Varsovia a la Alianza, «salvo en casos excepcionales» y con el acuerdo de Moscú. Lo mismo ocurre con el que pretende «excluir una nueva ampliación de la OTAN», en particular con respecto a Ucrania.

Aunque Suecia no es miembro de la Alianza Atlántica y no tiene frontera con Rusia, considera que las exigencias de Moscú son «completamente inaceptables», especialmente la que pide que se detenga la ampliación de la OTAN.

«No vamos a entrar en la OTAN ni ahora ni después, pero es una decisión completamente sueca que no es asunto de nadie más», declaró el ministro de Defensa sueco, Peter Hultqvist, en una entrevista con el diario Dagens Nyheter.

Según él, el objetivo de Moscú es «crear una esfera de influencia rusa en la que la parte rusa ejerza influencia en los países de nuestra vecindad cercana». Así que «nosotros también nos veríamos afectados y por eso es totalmente inaceptable para nosotros», explicó. «Definitivamente, no queremos tener un marco en el que otros decidan con quién podemos entrenar o qué podemos hacer con otros», insistió también.

La posible adhesión de Suecia a la OTAN es un tema habitual de debate político en Estocolmo, donde también preocupa la actividad militar rusa en la región del Báltico. Como en 2015…

En ese momento, cuando el tema era más agudo de lo usual, la portavoz diplomática rusa Maria Zakharova advirtió a Estocolmo. «La adhesión de Suecia a la OTAN tendría consecuencias político-militares y de política exterior, y requeriría necesariamente medidas de represalia por parte de Rusia», advirtió. El embajador de Rusia en Suecia fue convocado al Ministerio de Asuntos Exteriores sueco para explicar…

La oposición de Rusia al posible ingreso de Suecia en la OTAN tiene al menos dos razones. La primera es que podría implicar a Finlandia, con la que comparte frontera. La segunda razón es que la isla de Gotland, cercana al gasoducto NordStream, es una esclusa en el mar Báltico y podría servir de «portaaviones natural» a tiro de piedra del territorio ruso.

Mientras tanto, el Riksdag [Parlamento sueco] votó en diciembre de 2020 una «opción OTAN», que abre la vía a una posible adhesión «acelerada» de Suecia a la organización si el contexto de seguridad se deteriora significativamente, siendo el objetivo, obviamente, poder beneficiarse de la cláusula de defensa colectiva prevista en el artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte.

Suecia y Ucrania también han reforzado su cooperación en materia de defensa con la firma de un nuevo acuerdo el 13 de diciembre.

«Llevamos mucho tiempo observando un aumento gradual de las fuerzas rusas y un mayor nivel de actividad en la región del Ártico, el Mar Báltico y el Mar Negro. Los grandes y complejos ejercicios en los que se transportan miles de soldados a grandes distancias son ejemplos de esta creciente presencia militar rusa», comentó Hultqvist. Y añadió: «El pueblo ucraniano necesita nuestra solidaridad y debe poder determinar su futura política de seguridad nacional sin interferencias. Nuestro objetivo es crear juntos la paz y la estabilidad.

Laurent Lagneau