Tropas de Estados Unidos destruyen el equipo militar que abandonan en Afganistán.
Mientras el ejército estadounidense continúa con su retirada de Afganistán prevista para antes del 11 de septiembre de este año, continúa destruyendo los vehículos y equipos militares que no volverán a casa y vendiéndolos como chatarra, según informa The Associated Press (AP).
El equipo militar utilizado en Afganistán por las fuerzas armadas estadounidenses tiene tres destinos: vuelve a casa con las tropas estadounidenses, se regala a las fuerzas armadas afganas o se convierte en chatarra y se deja en Afganistán, según informó el lunes The Associated Press (AP). Destruir el equipo que se deja atrás se considera una medida de seguridad para cerciorarse de que no caiga en las manos equivocadas, señala el medio, aunque la destrucción del equipo enfurezca a algunos afganos.
Se han destruido unos 1.300 equipos, según una declaración facilitada a The AP por el ejército estadounidense. Se espera que esa cifra aumente a medida que Estados Unidos continúe su retirada en los próximos meses.
El ejército está haciendo un balance de todo su equipo mientras desmonta sus bases y puestos de avanzada. Los funcionarios no especifican qué equipo se queda o se va, pero el equipo que se considera lo suficientemente valioso como para volver a casa se está empaquetando en miles de contenedores metálicos de 6 metros de largo y se está cargando en aviones de transporte C-17 o en camiones. La AP informó que 60 aviones C-17 cargados con estos contenedores metálicos ya habían partido de Afganistán rumbo a su país.
Parte del equipo operativo de los militares, como municiones, armas, vehículos y helicópteros, se está regalando a las Fuerzas Nacionales de Defensa y Seguridad de Afganistán, junto con algunas de las antiguas bases de Estados Unidos.
El resto está siendo desechado.
Varios vehículos todoterreno de la Base Aérea de Bagram -el mayor puesto militar de Estados Unidos que queda en Afganistán- se han convertido en chatarra y ahora se pueden encontrar en el desguace de Baba Mir, junto con generadores desmantelados, orugas de tanques destruidos y montones de telas que en su día fueron tiendas de campaña del ejército estadounidense.
En abril, Baba Mir compró un contenedor lleno con 70 toneladas de material militar destruido por 40.000 dólares. Mientras que los desguaces como él están dispuestos a ganar dinero con este tipo de transacciones como resultado de la retirada, algunos, como Mir, no están contentos con la decisión del ejército estadounidense de destruir el equipo. «Lo que están haciendo es una traición a los afganos», dijo Mir en referencia a la destrucción del equipo. «Deberían marcharse», añadió. «Al igual que han destruido este vehículo, nos han destruido a nosotros».
Otro desguazador, identificado como Sadat se hizo eco de las declaraciones de Mir. «No nos han dejado nada», afirmó Sadat. «No confían en nosotros. Han destruido nuestro país. Sólo nos dan destrucción».
Sin embargo, se informó que la decisión del ejército estadounidense de destruir el equipo sobrante no es una práctica nueva. En 2014, el ejército y los aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) vendieron a los afganos más de 387 millones de kilos de chatarra de equipo por 46,5 millones de dólares, dijo un portavoz de la Agencia Logística de Defensa.
Además, un funcionario familiarizado con el proceso de retirada justificó la decisión del ejército estadounidense de destruir el equipo ya que, en un momento dado, las tropas descubrieron que el enemigo había conseguido dos Humvees y los había llenado de explosivos. Las fuerzas estadounidenses pudieron destruir los Humvees, pero el incidente puso de manifiesto por qué era crucial destruir el equipo desechado, explicó el funcionario.
Bradley Devlin
Está claro que no confían en el Ejército Afgano, que tardará menos de lo que canta un gallo en unirse a los talibanes que bajarán en nada de las montañas para volver a empezar el régimen de terror y el retorno al burka y la sharía salvaje. Hay cosas que nunca cambian por mucho que se empeñen algunos.
Ya están atacando conjuntamente en varias provincias.