Turquía dice que tomará represalias si Estados Unidos detiene las ventas de armas.
Turquía tomará represalias si Estados Unidos promulga una propuesta de ley que detenga la venta de armas al país, dijo ayer domingo el ministro de Relaciones Exteriores turco Mevlut Cavusoglu.
Los legisladores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos dieron a conocer el viernes los detalles de un proyecto de ley de política de defensa de 717.000 millones de dólares anuales, que incluye una medida para detener temporalmente las ventas de armas a Turquía.
En una entrevista con la cadena de televisión CNN Turk, Cavusoglu dijo que las medidas del proyecto de ley eran erróneas, ilógicas y no adecuadas entre los aliados de la OTAN.
«Si Estados Unidos nos impone sanciones o da ese paso, Turquía tomará represalias absolutas», dijo Cavusoglu. «Lo que hay que hacer es que Estados Unidos deje las cosas como están respetando los acuerdos previos y firmados».
La propuesta de Ley de Autorización de Defensa Nacional de los Estados Unidos, que está a varios pasos de convertirse en ley, le pediría al Departamento de Defensa que proporcionara al Congreso un informe sobre la relación entre Estados Unidos y Turquía, y bloquearía la venta de los principales equipos de defensa hasta que el informe estuviera completo.
Turquía planea comprar más de 100 aviones F-35 a Lockheed Martin de la variante de despegue y aterrizaje convencional F-35A, y también está en conversaciones con Washington sobre la compra de misiles Patriot.
Turquía firmó un acuerdo con Rusia en diciembre para comprar baterías de misiles tierra-aire S-400 como parte de los planes de Ankara para aumentar sus capacidades de defensa en medio de las amenazas de los militantes kurdos e islamistas en su país y de los conflictos a través de sus fronteras en Siria e Irak.
La decisión de comprar S-400, que son incompatibles con los sistemas de la OTAN, ha desconcertado a los países miembros de la Alianza, que ya desconfían de la presencia militar de Moscú en Oriente Medio, lo que ha llevado a los funcionarios de la OTAN a advertir a Turquía de consecuencias no especificadas.
Cavusoglu desestimó las advertencias, diciendo que las relaciones y los acuerdos de Turquía con Rusia no eran una alternativa a sus vínculos con Occidente y acusó a Estados Unidos de intentar controlar los actos de Turquía.
«Turquía no es un país bajo las órdenes de Estados Unidos, es un país independiente… Hablarle a un país así desde arriba, dictando lo que puede y no puede comprar, no es un enfoque correcto y no se ajusta a nuestra alianza», dijo.
En los últimos meses, las relaciones entre Ankara y Washington se han visto tensas por una serie de asuntos, incluyendo la política de Estados Unidos en Siria y una serie de casos legales contra ciudadanos turcos y estadounidenses detenidos en ambos países.
El mes pasado, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo,dijo a Cavusoglu que Estados Unidos estaba seriamente preocupado por la decisión de Ankara de comprar las baterías rusas de misiles S-400.
Turquía lleva décadas de asociación con Lockheed Martin primero con el avión F-16 Fighting Falcon y en la actualidad con el programa F-35 Lighting II durante la fase de desarrollo del Sistema y Demostración del Programa Joint Strike Fhighter. Como asociado en el programa, se calcula que las industrias turcas pueden convertirse en proveedores de la flota mundial del F-35 durante la vigencia del programa. En total se estima que las oportunidades industriales del F-35 para las empresas turcas alcancen los 12.000 millones de dólares.
Cavusoglu dijo que visitaría Estados Unidos la próxima semana para reunirse con Pompeo, pero agregó que aún no se había concretado la fecha.
Reuters