Un grupo brasileño intenta detener la venta del portaaviones Sao Paulo a una empresa turca.

Dos grupos están intentando hacer un último esfuerzo para salvar el portaaviones brasileño Sao Paulo retirado del servicio y que está previsto que sea desguazado en un complejo naval turco. Uno de los grupos quiere convertir el barco en un museo y el otro, en un buque de entrenamiento para la Marina turca.

El Instituto Sao Paulo/Foch de Brasil intenta evitar que el portaaviones Sao Paulo vaya a Turquía para su desguace y espera convertirlo en un museo.

Este movimiento puede ser una posibilidad remota.

El portaaviones, originalmente conocido como Foch cuando entró en servicio en la Armada francesa en 1963, era el segundo buque de la clase Clemenceau. Su construcción comenzó en 1957.

El buque fue retirado del servicio en el año 2000, cuando la Armada francesa puso en servicio el portaaviones Charles de Gaulle. Entonces fue transferido a Brasil y rebautizado como Sao Paulo, ya que el acuerdo bilateral para el buque estipulaba que Brasil era su «usuario final». El Sao Paulo entró en servicio para la Marina brasileña en noviembre de 2000.

Después de que Brasil diera de baja el buque en 2018, el gobierno comenzó el proceso de venta, mientras que el Instituto Sao Paulo/Foch buscaba convertirlo en un museo. El gobierno no pudo encontrar un comprador el año pasado y más tarde vendió el buque a la empresa turca Sok Denizcilik en una subasta el mes pasado por unos 10,55 millones de reales (1,85 millones de dólares) para desmantelarlo.

Sin embargo, el Instituto Sao Paulo/Foch no se ha dado por vencido.

«Nuestra historia aún no ha terminado con la venta del barco», declaró Emerson Miura, presidente del instituto. «El desmantelamiento del portaaviones Sao Paulo dejó a mucha gente descontenta. El portaaviones Sao Paulo (ex-Foch) sigue siendo el último buque de su categoría y uno de los más antiguos del mundo. A nuestro instituto se le prohibió participar en la compra porque el anuncio de subasta especificaba la venta por despiece».

Añadiendo que la organización había estado preparando una nueva propuesta para comprar el barco y convertirlo en un museo.

«Sería mucho más rentable y beneficioso que desmantelar el barco. En el barco hay encapsuladas unas 600 toneladas de amianto, peligroso para la salud humana y la naturaleza. Un acuerdo de este tipo reduciría los gastos de desmantelamiento del barco, y su transporte al Mediterráneo será muy caro. Estamos intentando ponernos en contacto con [Sok Denizcilik]», dijo.

Mientras tanto, un antiguo almirante de la Marina turca quiere que el San Pablo sea reequipado y utilizado para el entrenamiento de miembros del servicio, en lugar de ser desmontado para obtener chatarra. El proceso de desmantelamiento se llevará a cabo en las instalaciones de reciclaje de buques del distrito de Aliaga.

El almirante retirado Cihat Yayci, que actualmente dirige un centro de estrategia global en la Universidad de Bahcesehir, propuso recientemente la idea de reactivar el portaaviones para el entrenamiento naval.

«En lugar de desmantelar este buque, deberíamos equiparlo con los diferentes sistemas que se utilizan actualmente y comenzar hoy mismo la formación del personal de los portaaviones con visión de futuro. No importa la antigüedad del Sao Paulo, y debe pensarse en él como material educativo en forma de rompecabezas, desmontaje, uso y desgaste. En este momento, lo importante es formar al personal naval en esta plataforma y adquirir el hábito de trabajar con un portaaviones», declaró Yayci.

Durante la ceremonia de botadura en enero de la primera fragata de clase I de Turquía, la Estambul, el presidente Recep Tayyip Erdogan promovió los esfuerzos para la producción local de un portaaviones con el fin de reforzar las capacidades de la Marina turca.

«Aunque no utilicemos el San Pablo de forma activa para la Marina turca, podría utilizarse como simulador para desmontar, acoplar, probar, desmantelar y reparar», dijo Yayci. «Es una oportunidad estupenda y muy barata para la educación, la experiencia en ingeniería, la observación y el examen. El precio de este barco es de 1,9 millones de dólares, mientras que un simulador similar cuesta más de 30 millones».

Sin embargo, algunos expertos de la industria de la defensa cuestionan la rentabilidad de reacondicionar el Sao Paulo, incluso para fines de formación, argumentando que el dinero se gastaría mejor en los proyectos existentes. Además, el buque ha tenido un pasado problemático.

En mayo de 2005 se produjo una explosión en la red de vapor de la sala de máquinas. El sistema de propulsión sufrió daños considerables. Tras las reparaciones, y con el buque listo para entrar en servicio en 2013, sufrió otro gran incendio en 2012. El buque seguía siendo reparado hasta septiembre de 2016; el entonces comandante de la Marina brasileña, el almirante Eduardo Leal Ferreira, dijo que había planes para renovar el sistema de propulsión del portaaviones. También se informó de que la catapulta del buque tenía problemas.

Además, el acuerdo original entre Francia y Brasil, así como un poderoso funcionario del gobierno turco, probablemente impedirían la renovación.

El jefe de la Presidencia de Industrias de Defensa del gobierno turco, Ismail Demir, responsable de definir y gestionar la política de la industria de defensa de Turquía, dijo que no hay necesidad de gastar dinero y tiempo en un barco viejo.

«La construcción de un portaaviones no es un gran problema para la industria naval de Turquía. Si lo incluimos en la agenda en el futuro, empezaremos a trabajar en los sistemas pertinentes lo antes posible y lo haremos», afirmó.

Tayfun Ozberk