Un indigente deambula por la base aérea que alberga el avión presidencial de EE.UU. durante cinco horas.
En una inusual violación de la seguridad en la base aérea que opera el avión presidencial Air Force One, un intruso aparentemente sin rumbo pasó desapercibido durante varias horas y subió y bajó de un avión en la línea de vuelo antes de que su extravagante gorro lo delatara.
Llevaba lo que un informe de investigación de la Fuerza Aérea estadounidense publicado el jueves describió como «una gorra roja o rosa brillante que cubría parcialmente sus orejas y tenía unas bolas distintivas en la parte superior que parecían un poco las orejas de un ratón».
Un aviador de la oficina de operaciones de la Base Conjunta Andrews, situada en Maryland, a las afueras de Washington, vio al hombre en la línea de vuelo y sospechó, en parte por el gorro, y llamó a seguridad. Las autoridades dijeron que nunca se acercó al Air Force One.
La base, situada al sur de Washington, es el lugar desde el que vuelan el presidente, el secretario de defensa y otros altos cargos para asuntos oficiales.
También es el punto de llegada de visitantes VIP, como jefes de Estado extranjeros.
Por esta razón, la seguridad es siempre estricta.
Sin embargo, el hombre no identificado pudo entrar en la base y pasar cinco horas en un local de comidas, en la terminal VIP y en otros lugares antes de llamar la atención.
Y ello a pesar de los indicios de que no sabía dónde estaba y de su singular aspecto.
El inspector general culpó primero a un guardia de la puerta principal que, distraído por problemas personales y obstruido por las prácticas de Covid-19, dejó pasar al hombre a pesar de su falta de credenciales válidas.
En un segundo fallo, el hombre entró en la pista debido a un mal funcionamiento de la puerta automática.
En una tercera infracción, subió al C-40, siendo visto pero ignorado por dos tripulantes en formación.
Tras bajar del avión, regresó a la terminal, donde su comportamiento sospechoso acabó llamando la atención. Los agentes de seguridad lo detuvieron.
El inspector general de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, Sami Said, aseguró que el hombre nunca se acercó al Air Force One, aparcado en un lugar distante y protegido por capas de seguridad más intensas.
El informe concluyó que el hombre era un indigente, que vivía en su coche y que, a pesar de un amplio historial de detenciones, no mostraba intención de hacer daño.
Durante el interrogatorio, se limitó a decir que «había venido a la base porque quería ver aviones», según el informe.
No se sabe si el hombre se enfrentará a cargos.
Associated Press