Continúan apareciendo trampas mortales dejadas por el ejército ruso en su retirada de Kherson.
Las fuerzas rusas que se retiraban de Kherson dejaron trampas explosivas, como una granada en una lavadora y una señal en la calle que dirigía a la gente hacia un campo minado.
Las fuerzas rusas se retiraron de la ciudad ucraniana de Kherson el mes pasado, asestando un duro golpe a los esfuerzos bélicos del presidente Vladimir Putin, pero aún quedan marcas de los ocho meses de ocupación.
Kherson, capital regional, fue la primera gran ciudad ucraniana tomada por las fuerzas rusas tras la invasión de febrero. La ciudad portuaria del sur estuvo ocupada desde marzo hasta noviembre, cuando las autoridades rusas anunciaron la retirada y las fuerzas ucranianas regresaron.
Desde la retirada, que reveló historias de posibles crímenes de guerra y resistencia ucraniana, las fuerzas rusas han seguido bombardeando la región de Kherson. Las autoridades ucranianas también han ayudado a algunos residentes a evacuar la ciudad liberada antes del invierno, ya que su infraestructura eléctrica aún no se ha recuperado totalmente de los golpes.
Pero los residentes sobre el terreno se enfrentan a otra consecuencia de la ocupación rusa: las trampas explosivas.
Según The Associated Press, entre las trampas había una señal en la que se leía «Mines Ahead» («Minas por delante») y que desviaba a la gente de la carretera principal hacia una carretera secundaria, pero era ésta la que contenía un campo de minas. Varios militares y policías ucranianos murieron en el lugar.
«Para que se hagan una idea, durante el mes que llevamos trabajando hemos encontrado y retirado varias toneladas de minas», declaró a AP un miembro de una brigada de desminado ucraniana.
Las brigadas de desminado siguen trabajando para limpiar la ciudad de las trampas dejadas por los rusos, como los explosivos depositados en los baches o enterrados en el suelo, pero el gélido invierno está dificultando el trabajo.
También se han colocado trampas distintas de las minas terrestres: En una de las dos comisarías de policía de la ciudad que, según las autoridades ucranianas, Rusia utilizaba como cámaras de tortura, había tantas trampas explosivas que los equipos encargados de desarmarlas no han podido entrar, informó AP. Y en una residencia civil, se había fijado una granada de mano a una lavadora para que, al abrir la bandeja del detergente, explotara.
Kelsey Vlamis