Corea del Norte aumenta la producción de misiles balísticos para Rusia.
En un análisis publicado el 26 de noviembre, el complejo militar norcoreano conocido como la “Planta 11 de Febrero” en Hamhung, que es fundamental para producir misiles balísticos KN-23, está experimentando una importante expansión, confirmada por imágenes satelitales recientes.
Estos misiles, supuestamente utilizados por las fuerzas rusas en Ucrania, han atraído una mayor atención internacional hacia el sitio. El análisis, respaldado por el Centro James Martin para Estudios de No Proliferación y SI Analytics, revela la construcción de un nuevo edificio de ensamblaje e instalaciones de alojamiento para trabajadores.
Basado en imágenes satelitales recientes, destaca los principales avances en la construcción de un nuevo edificio de ensamblaje, aproximadamente del 60 al 70% del tamaño de la instalación actual.
Paralelamente, también se están realizando mejoras en el “Complejo Vinalon”, una instalación vecina que podría estar involucrada en la producción de combustible para misiles. Estas iniciativas reflejan el compromiso de Corea del Norte de mejorar su arsenal estratégico y pueden responder a nuevas necesidades derivadas de su cooperación militar con Rusia, aunque el alcance exacto de esta colaboración sigue sin estar claro.
Corea del Norte se prepara para enviar otra ronda de misiles balísticos y de crucero a Rusia, que enfrenta una grave escasez de misiles de largo alcance en medio del conflicto en Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa ruso, esta iniciativa se alinea con los planes de Moscú de tomar represalias contra los recientes ataques ucranianos con misiles ATACMS suministrados por Estados Unidos y misiles Storm Shadow británicos, que causaron daños importantes en la región de Kursk.
Si bien los misiles norcoreanos, como los misiles de crucero de ataque terrestre (LACM), complementan en lugar de reemplazar las capacidades de Rusia, su entrega subraya los crecientes vínculos militares entre las dos naciones.
Esta colaboración cada vez más estrecha se ha puesto de manifiesto en la firma, en junio de 2024, de un tratado de defensa mutua durante la visita de Vladimir Putin a Pyongyang. Además, hay informes que indican que más de 10.000 soldados norcoreanos han sido desplegados en la región rusa de Kursk, y algunos de ellos han participado directamente en el conflicto de Ucrania. Esta colaboración ha suscitado inquietud en Seúl y Washington, donde se la considera un desestabilizador regional y una violación de las sanciones internacionales contra Pyongyang.
Desde octubre de 2023, se ha confirmado el uso por parte de Rusia de misiles balísticos KN-23 suministrados por Corea del Norte en Ucrania. El 26 de noviembre de 2023, el Departamento de Defensa de Estados Unidos reveló que Corea del Norte había enviado más de 1.000 contenedores de armas y municiones, incluidos misiles KN-23, a Rusia en octubre de 2023. El 6 de agosto de 2024, fuentes ucranianas informaron de otro caso de uso de KN-23 en un ataque ruso.
El KN-23, producido en la Planta 11 de Febrero, es un misil balístico de combustible sólido diseñado para evadir los sistemas de defensa antimisiles mediante una trayectoria deprimida y de baja altitud. Probado por primera vez en 2019, ha demostrado una eficacia significativa contra las defensas aéreas modernas, lo que lo convierte en un activo valioso para Rusia.
En medio de un conflicto prolongado en Ucrania y desafíos de producción, Rusia puede depender cada vez más de las capacidades norcoreanas para complementar su arsenal. Sin embargo, Moscú y Pyongyang siguen negando cualquier transferencia directa de armas.
Una de las características más destacadas del KN-23 es su movilidad. Se lanza desde un transportador-erector-lanzador (TEL) móvil, lo que le permite moverse y ocultarse rápidamente, lo que dificulta su detección y selección de objetivos para los adversarios.
Su sistema de propulsión de combustible sólido permite lanzamientos rápidos, lo que reduce el tiempo de preparación previo al lanzamiento en comparación con los misiles de combustible líquido.
El misil está diseñado para evadir eficazmente los sistemas de defensa antimisiles. Su avanzada maniobrabilidad le permite alterar su trayectoria en pleno vuelo, una característica conocida como vuelo “cuasibalístico”, lo que complica los esfuerzos de interceptación. Además, el KN-23 puede realizar vuelos a baja altitud, lo que reduce la detección por radar hasta la fase final de su trayectoria, lo que aumenta sus posibilidades de alcanzar su objetivo.
El KN-23 tiene un alcance estimado de 400 a 700 kilómetros (250 a 435 millas), lo que le permite atacar objetivos en toda la península de Corea y más allá.
Este alcance permite a Corea del Norte atacar sitios estratégicos en Corea del Sur y países vecinos, incluidas instalaciones militares clave y centros urbanos.
La expansión de la capacidad de misiles de Corea del Norte pone en entredicho los esfuerzos globales por frenar las ambiciones balísticas de Pyongyang y pone de relieve la ruptura del consenso de largo tiempo en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la limitación de los programas de misiles de Corea del Norte.
Rudis02ARG
Pobres ciudades ucranianas…(hospitales, colegios, edificios de viviendas…) si los rusos supieran algo de Historia Militar sabrían que con bombardeos convencionales sobre objetivos civiles no se ganan las guerras…(basta mirar la IIGM) pero bueno, ellos a lo suyo.
Y los rusos ponen el grito en el cielo si Corea del Sur ayuda a Ucrania, además de invasores y criminales son cínicos.
Un misil con unas características excepcionales, yo pensaba que los coreanos del norte también ponían chips de lavadoras en sus misiles.
Turdetano. ¿Características excepcionales? Ni con los Chips hechos en China (copias occidentales), esas cosas son muy precisas, bueno, no es que tanto Rusia, China, Irán y Corea del Norte, les preocupen las vidas de civiles, lo importante, es causar mucho daño.