El ejército británico pierde el SÉPTIMO avión no tripulado Watchkeeper.

Un dron del ejército de 30 millones de libras que tiene dificultades para volar en condiciones meteorológicas adversas se ha estrellado en el mar frente a la costa de Chipre.

El Watchkeeper entró en servicio por primera vez en 2014 en Afganistán. Sin embargo, esta plataforma de alta tecnología se ha estrellado al menos siete veces, dos de ellas frente a la costa de Gales y varias al aterrizar.

Uno de ellos se perdió durante un vuelo de prueba para ver cómo el vehículo aéreo no tripulado se enfrentaba a las condiciones de «congelación».

El último avión no tripulado que se ha estrellado volaba desde la Base Aérea de Akrotiri, en Chipre, cuando se precipitó al mar el 29 de mayo durante un vuelo de entrenamiento rutinario.

La plataforma de vigilancia aérea se ha visto acosada por problemas y ha visto cómo el presupuesto se disparaba de 800 millones de libras a más de 1,4 millones.

Según el fabricante Thales, el sistema puede desplegarse en dos horas.

Parte de la flota se ha utilizado para vigilar a los inmigrantes que cruzan el Canal de la Mancha.

Este sistema, que entró en servicio con años de retraso, ha estado plagado de problemas. Sin embargo, vemos que otros drones actúan con éxito en Ucrania casi a diario».

Los drones han sido desplegados para volar desde el aeropuerto de Lydd y están operados por el 47º Regimiento de Artillería Real.

El Ministerio de Defensa afirma que el avión no tripulado cuenta con una serie de sensores, como una cámara de vídeo diurna y nocturna de movimiento completo electroóptico e infrarrojo, un radar de apertura sintética y un radar de indicador de objetivos en movimiento.

En uno de los accidentes anteriores, los operadores desactivaron la función de aterrizaje automático del dron cuando no pudo aterrizar en condiciones meteorológicas adversas.

Esto también eliminó varias protecciones de seguridad, lo que hizo que la plataforma de vigilancia de media tonelada se estrellara.

Varios informes de accidentes han revelado que el «avión para todo tipo de clima» puede quedar atrapado fácilmente en la niebla, la lluvia, la nieve y las ráfagas de viento.

Según un informe oficial ‘El sistema de aterrizaje automático parece funcionar como se ha diseñado con buen tiempo, pero con mal tiempo, incluyendo nubes bajas, niebla, ráfagas, precipitaciones o una combinación de estas condiciones, las anomalías en el sistema pueden hacer que el vehículo aéreo autoaborte su aproximación al aterrizaje; por ejemplo, las ráfagas de viento o la maniobra repentina del vehículo pueden causar una combinación de velocidad de cabeceo y aceleración suficiente para que se detecte el toque de suelo o los altímetros láser pueden registrar una altura falsa debido a la niebla o a las nubes bajas debajo del vehículo o a los reflejos en las superficies de operación húmedas.

Si el operador desea forzar el aterrizaje del vehículo, la selección de Master Override (MO) eliminará la protección de seguridad incorporada que provoca el aterrizaje y permitirá que el vehículo continúe su aproximación a menos que la tripulación ordene un aterrizaje manual.

Por lo tanto, es evidente que la decisión de seleccionar MO es significativa, ya que aumenta el riesgo de que el vehículo aéreo se estrelle».

Darren Boyle