El líder del ISIS muere en una incursión liderada por Estados Unidos en Siria.

El líder de ISIS, Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi, murió el miércoles durante una redada antiterrorista de Estados Unidos en el noroeste de Siria, según anunció el presidente Joe Biden el jueves por la mañana.

Esta ha sido la mayor incursión estadounidense en el país desde la operación de 2019 que acabó con el líder del ISIS, Abu Bakr al-Baghdadi.

Qurayshi se inmoló cuando las fuerzas estadounidenses se acercaron a su complejo, dijeron funcionarios del gobierno de Biden, y la explosión provocó múltiples víctimas civiles, aunque hubo una discrepancia entre el gobierno de Biden y un grupo de defensa civil sirio sobre cuántas. Según el Pentágono, no hubo víctimas estadounidenses.

Biden habló desde la Casa Blanca el jueves por la mañana para anunciar que la operación había sacado «a un importante líder terrorista del campo de batalla», y dijo que Estados Unidos había optado por utilizar fuerzas especiales en la operación para tratar de minimizar las víctimas civiles.

«Gracias a la valentía de nuestras tropas, este líder terrorista ya no existe», dijo Biden desde la Sala Roosevelt. «Sabiendo que ese terrorista había elegido rodearse de familias, incluidos niños, tomamos la decisión de llevar a cabo una incursión de las Fuerzas Especiales con un riesgo mucho mayor para nuestra propia gente en lugar de atacarlo con un ataque aéreo».

El secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, dijo en un comunicado a última hora de la noche del miércoles que la misión fue llevada a cabo por el Mando Central de Estados Unidos, que controla las operaciones y actividades militares en Oriente Medio.

EEUU dice que un atentado suicida mató al líder de ISIS

El Pentágono llevará a cabo una revisión más exhaustiva después de la acción de la incursión. Pero un alto funcionario de la administración dijo que «al comienzo de la operación, el objetivo terrorista hizo explotar una bomba que lo mató a él y a miembros de su propia familia, incluyendo mujeres y niños.»

«Aunque todavía estamos evaluando los resultados de esta operación, esta parece ser la misma táctica terrorista cobarde que vimos en la operación de 2019 que eliminó a al-Baghdadi», dijo el funcionario.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo el jueves que la muerte de Qurayshi «asesta un golpe decisivo al ISIS» y subraya el compromiso de Estados Unidos de erradicar las amenazas terroristas.

Cuatro civiles y cinco combatientes murieron durante la incursión, dijo el portavoz del Pentágono John Kirby. Las fuerzas especiales estadounidenses pudieron evacuar a 10 personas, entre ellas ocho niños, del primer y segundo piso del edificio, indicó Kirby.

Sin embargo, el grupo de defensa civil sirio de los Cascos Blancos dijo que 13 personas murieron, incluidos seis niños y cuatro mujeres. No está claro por qué hay una discrepancia tan grande entre las cifras proporcionadas por el Pentágono y los Cascos Blancos.

Los cinco combatientes incluyen a Qurayshi, su adjunto, la esposa de su adjunto y otras dos personas que se encontraban fuera del recinto y que intercambiaron disparos con las tropas estadounidenses hacia el final de la operación.

Después de que las fuerzas estadounidenses aterrizaran, anunciaron su presencia en voz alta, pidiendo a los que estaban dentro del edificio que salieran y a los que estaban en la zona residencial circundante que se mantuvieran alejados.

Momentos después, se produjo la detonación suicida que mató a Qurayshi, a su esposa y a sus hijos, haciendo volar sus cuerpos fuera del edificio y en el terreno circundante. La explosión se produjo antes de que las fuerzas estadounidenses entraran en el edificio, según los funcionarios.

Las fuerzas estadounidenses entraron en el recinto porque un lugarteniente del ISIS vivía en el piso inferior al de Qurayshi. Cuando las fuerzas estadounidenses entraron en el edificio, dijeron los funcionarios, se atrincheró con su esposa en el segundo piso y fue asesinado tras enfrentarse a ellos.

Otro niño también murió en el segundo piso, aunque Kirby no quiso entrar en detalles sobre cómo fueron asesinados.

Hacia el final de la operación, otras dos personas murieron cuando un «grupo de individuos» se acercó al complejo, explicó Kirby. El grupo fue considerado hostil por las tropas estadounidenses, «se enfrentaron a ellos» y dos de ellos murieron, añadió. Un alto funcionario de Defensa dijo que los helicópteros apuntaron a los dos hombres, aunque el funcionario dijo que puede haber habido un intercambio de fuego en el suelo también. El resto del grupo que se acercaba a las fuerzas estadounidenses huyó.

La operación tardó unas dos horas en completarse de principio a fin, dijo Kirby.

Durante la incursión, un helicóptero estadounidense tuvo «problemas mecánicos» y fue «debidamente desechado a cierta distancia del lugar», dijo un funcionario. Esos problemas no tenían nada que ver con «ningún tipo de acción hostil».

Altos funcionarios de la administración dijeron que Estados Unidos se enteró hace meses de que Qurayshi vivía en el recinto. Nunca lo abandonó, viviendo en el tercer piso con su familia y dirigiendo la operación terrorista a través de una red de correos. Las familias sin conexión con el ISIS vivían en el primer piso, aparentemente sin conocimiento del terrorista que estaba dos pisos más arriba.

Cuando Biden fue informado por los mandos operativos en diciembre, ordenó al Pentágono que tomara precauciones para minimizar las muertes de civiles, una propuesta difícil para un objetivo que parecía rodearse intencionadamente de niños y familias como protección, dijeron los funcionarios.

Los testigos dicen que el edificio está «parcialmente destruido

Testigos y trabajadores de rescate dijeron a la CNN que los bombardeos y las explosiones precedieron a un lanzamiento aéreo de las fuerzas estadounidenses poco después de la medianoche y tuvieron como objetivo una casa en la zona fronteriza sirio-turca de Atmeh, en el enclave rebelde de Idlib.

Además de los 13 muertos, también resultaron heridas dos personas y un edificio quedó «parcialmente destruido» tras la incursión, según los Cascos Blancos.

Un testigo de Atmeh, que pidió no ser nombrado por razones de seguridad, dijo que hubo disparos de ametralladora desde al menos tres helicópteros que sobrevolaban la zona, seguidos de una explosión unos minutos después. La zona cuenta con una fuerte presencia de las fuerzas de Hay’at Tahrir al-Sham (HTS), anteriormente afiliadas a Al Qaeda.

«Escuché desde la distancia a una persona que hablaba en árabe con acento iraquí pidiendo a las familias que evacuaran la zona y que estarían a salvo», dijo el testigo. «Vi desde la distancia que había ametralladoras disparando desde el suelo hacia los helicópteros».

El testigo dijo que dos de los tres helicópteros que vio aterrizaron una hora después de que comenzaran los enfrentamientos. «Alrededor de las 3:20 a.m., los helicópteros se fueron y vi una luz lejana que parecía un incendio», dijo el testigo.

El testigo también dijo que escuchó lo que sonaba como ataques de drones, y dijo que las fuerzas de HTS estaban impidiendo que los civiles entraran en la zona.

La redada se produce después de que el ISIS atacara una prisión siria

ISIS nombró a Qurashi como su nuevo líder en noviembre de 2019, al mismo tiempo que el grupo terrorista confirmó que al-Baghdadi había sido asesinado.

Funcionarios de la administración de Biden dijeron que supervisó las sucursales de ISIS en el extranjero -incluyendo la de Afganistán, responsable de la muerte de marines estadounidenses el año pasado- y jugó un papel clave en el genocidio de miembros de la minoría étnica yazidí.

En 2008, Qurayshi fue capturado e interrogado por las fuerzas estadounidenses en Irak, donde «cantó como un canario», dijo un alto ex funcionario de la lucha antiterrorista.

«Los investigadores obtuvieron enormes conocimientos sobre (Al Qaeda en Irak) gracias a lo que él les dijo», dijo a la CNN el embajador Nathan Sales, coordinador estadounidense para la lucha contra el terrorismo en el Departamento de Estado bajo la presidencia de Donald Trump.

Sales estaba en su función en el Departamento de Estado cuando las fuerzas estadounidenses rastrearon y mataron a Baghdadi en el norte de Siria a finales de 2019. Qurayshi, según Sales, era una «opción obvia» para suceder a Baghdadi.

«Estaba lo suficientemente empapado en todos estos aspectos del liderazgo de ISIS -las dimensiones políticas, las dimensiones religiosas y las dimensiones operativas- que era la elección obvia para tomar el relevo», explicó Sales, que ahora está en el Atlantic Council.

Estados Unidos ha atacado en repetidas ocasiones a Al Qaeda y sus afiliados en el noroeste de Siria, y el Pentágono ha reconocido que al menos un ataque en los últimos meses puede haber provocado víctimas civiles. Pero la operación del miércoles fue la mayor en escala desde que una incursión de dos horas mató al líder de ISIS Baghdadi en el noroeste de Siria en octubre de 2019.

En septiembre pasado, los militares apuntaron a un alto líder de Al Qaeda cerca de Idlib, Siria, según un comunicado del Comando Central. Un mes más tarde, los militares llevaron a cabo un ataque con drones contra Abdul Hamid al-Matar, un alto líder de Al Qaeda, dijo el Comando Central.

Y luego, en diciembre, el ejército atacó a Musab Kinan, un alto dirigente de la filial de Al Qaeda, Hurras al-Din, cerca de Idlib. El Mando Central abrió una investigación sobre la posibilidad de que hubiera víctimas civiles a causa del ataque, pero el Pentágono no pudo proporcionar información actualizada en ese momento.

Mientras tanto, varias partes de Siria e Irak han visto un resurgimiento del ISIS. El mes pasado, más de 100 combatientes del ISIS atacaron una prisión en el noreste de Siria en un intento de liberar a miembros encarcelados del grupo extremista. Al menos 200 reclusos y 30 fuerzas de seguridad murieron en los enfrentamientos que siguieron a la frustrada fuga de la cárcel.

Kevin Liptak y Natasha Bertrand