El portaaviones USS Ronald Reagan llega a Corea del Sur como advertencia al Norte.

El portaviones de propulsión nuclear USS Ronald Reagan (CVN-76) ha llegado este viernes a Corea del Sur por primera vez en cuatro años, para unirse a otros buques militares en una demostración de fuerza destinada a enviar un mensaje a Corea del Norte, según las autoridades.

El USS Ronald Reagan y los buques de su grupo de ataque que lo acompañan atracaron en una base naval en la ciudad portuaria de Busan, en el sur del país.

Su llegada marca el despliegue más importante hasta ahora en el marco de un nuevo impulso para que más «activos estratégicos» estadounidenses operen en la zona para disuadir a Corea del Norte.

El comandante del grupo de ataque, el contralmirante Michael Donnelly, dijo a los periodistas a bordo del buque que la visita había sido planeada desde hace tiempo y estaba diseñada para construir relaciones con los aliados de Corea del Sur e impulsar la interoperabilidad entre las armadas.

«Dejamos los mensajes en manos de los diplomáticos», dijo, cuando se le preguntó sobre cualquier señal a Corea del Norte, pero añadió que los simulacros conjuntos estaban diseñados para garantizar que los aliados fueran capaces de responder a las amenazas en cualquier lugar y en cualquier momento.

«Es una oportunidad para practicar tácticas y operaciones», dijo Donnelly.

El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, ha impulsado más ejercicios conjuntos y otras muestras de poderío militar como advertencia a Corea del Norte, que este año realizó un número récord de pruebas de misiles después de que las conversaciones no lograran persuadirla de poner fin a su desarrollo de armas nucleares y misiles.

Los observadores dicen que Pyongyang también parece estar preparándose para reanudar las pruebas nucleares por primera vez desde 2017.

Corea del Norte ha denunciado que los anteriores despliegues militares y simulacros conjuntos de Estados Unidos son ensayos de guerra y prueba de las políticas hostiles de Washington y Seúl.

La visita es la primera de un portaaviones estadounidense a Corea del Sur desde 2018. Ese año, los aliados redujeron muchas de sus actividades militares conjuntas en medio de los esfuerzos diplomáticos para comprometerse con Corea del Norte, pero esas conversaciones se han estancado desde entonces, y Pyongyang reveló este mes una ley actualizada que codifica su derecho a realizar ataques nucleares de primer uso para protegerse.

Han surgido dudas sobre el papel que podrían desempeñar las aproximadamente 28.500 tropas estadounidenses estacionadas en Corea del Sur si estalla un conflicto en torno a Taiwán.

Donnelly dijo que esas cuestiones corresponden a los responsables políticos por encima de él, pero afirmó que operar con aliados afines como Corea del Sur es una parte fundamental de los esfuerzos de la Marina estadounidense por mantener la seguridad y la estabilidad regionales que existen desde hace más de siete décadas.

Los funcionarios declinaron dar detalles sobre los próximos simulacros conjuntos, pero dijeron que el portaaviones estaría en el puerto durante «varios días» mientras su tripulación visitaba Busan. Pocas horas después de que el buque atracara, se formaron largas colas de tripulantes mientras realizaban las pruebas COVID-19 antes de ser trasladados en autobús a la ciudad.

Reuters