Estados Unidos despliega un escuadrón de aviones A-10 Thunderbolt II en Filipinas.
Estados Unidos ha enviado aviones de ataque terrestre A-10 Thunderbolt II, apodados “Warthogs”, a Filipinas para realizar ejercicios de entrenamiento conjunto con la Fuerza Aérea de Filipinas.
Este despliegue subraya la larga colaboración en materia de defensa entre las dos naciones y se produce en medio de crecientes tensiones en el Mar de China Meridional. Los A-10, asignados al 25.º Escuadrón de Cazas con base en Corea del Sur, aterrizaron en la Base Aérea Clark y permanecerán en Filipinas hasta el 15 de diciembre.
Este entrenamiento es parte de la estrategia de Empleo Dinámico de Fuerzas (DFE, por sus siglas en inglés) de la Fuerza Aérea de los EE. UU., que tiene como objetivo garantizar la previsibilidad estratégica y, al mismo tiempo, mantener la imprevisibilidad operativa en las regiones en disputa.
Adoptada oficialmente en 2018, la estrategia DFE combina la previsión estratégica con la flexibilidad operativa para responder de manera eficaz a las amenazas en las áreas en disputa. Desarrollada en el contexto de las crecientes rivalidades con potencias como China y Rusia, este enfoque prioriza los despliegues ágiles y de corto plazo en lugar de las rotaciones prolongadas o fijas.
Desde su implementación, se han llevado a cabo misiones DFE en regiones estratégicas, incluidas Europa y el Indo-Pacífico, para probar y demostrar la capacidad de respuesta de la fuerza. Estos despliegues rápidos, a menudo sin previo aviso, están diseñados para mantener a los adversarios inseguros sobre las intenciones de los EE. UU. al tiempo que mejoran la disuasión.
Al mismo tiempo, esta estrategia maximiza la preparación de las tropas para las amenazas geopolíticas de rápida evolución, un factor crítico en áreas sensibles como el Indo-Pacífico, donde DFE se aplicó recientemente con el despliegue del A-10 en Filipinas en diciembre de 2024.
Esta operación de entrenamiento conjunto se produce en un contexto de crecientes tensiones en el Mar de China Meridional, donde informes de finales de noviembre de 2024 indicaban la presencia de casi 100 buques chinos cerca de la isla de Thitu, ocupada por Filipinas. Las aguas en disputa son fundamentales para las reclamaciones territoriales superpuestas que involucran a China, Filipinas y otras naciones del sudeste asiático. El Tratado de Defensa Mutua firmado en 1951 entre Estados Unidos y Filipinas, obliga a ambas naciones a responder conjuntamente a cualquier ataque a sus buques, aeronaves o fuerzas armadas públicas en la región del Pacífico, lo que destaca la importancia de estas colaboraciones militares.
Los lazos militares entre Filipinas y Estados Unidos están profundamente arraigados y se remontan a la firma del Tratado de Defensa Mutua en 1951, que compromete a ambas naciones a defenderse mutuamente en caso de ataques armados en la región del Pacífico.
Estos lazos se consolidaron aún más con el acuerdo sobre bases militares de 1947, que permitió a Estados Unidos mantener instalaciones estratégicas como la Base Aérea Clark, al norte de Manila, y la Base Naval de la Bahía de Súbic, en la costa occidental de Luzón. Aunque Estados Unidos se retiró de estas bases en 1991 tras una votación del Senado filipino, la cooperación se reanudó vigorosamente con el Acuerdo de Cooperación de Defensa Mejorada (EDCA, por sus siglas en inglés) firmado en 2014.
Este acuerdo otorga a las fuerzas estadounidenses acceso a varias bases clave, incluida la Base Aérea Antonio Bautista en Palawan, cerca del Mar de China Meridional, y la Base Aérea Basa en Pampanga, para rotaciones temporales. Estas bases desempeñan un papel estratégico en ejercicios conjuntos regulares como Balikatan, que tienen como objetivo mejorar la interoperabilidad y abordar los desafíos de seguridad, particularmente en medio de las crecientes reclamaciones de China en el Mar de China Meridional.
Hoy en día, esta alianza sigue siendo una piedra angular de la estabilidad en el Indo-Pacífico.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha designado a la región del Indo-Pacífico como una prioridad debido a la escalada de las actividades militares y marítimas chinas. Los ejercicios de entrenamiento conjuntos periódicos, como la llegada de los A-10 y un reciente ejercicio aéreo sobre el mar de Filipinas en noviembre, son fundamentales para la estrategia de Washington de mantener un Indo-Pacífico libre y abierto.
Según funcionarios estadounidenses, estos ejercicios tienen como objetivo reforzar la interoperabilidad y las capacidades compartidas, asegurando la preparación para los desafíos regionales emergentes.
El A-10 Thunderbolt II, conocido comúnmente como “Warthog”, es un avión de ataque bimotor reconocido por su diseño robusto y sus capacidades de apoyo aéreo cercano. Propulsado por dos motores turbofán General Electric TF34-GE-100, alcanza una velocidad máxima de 833 km/h y tiene un alcance de combate de 460 km. El avión está fuertemente blindado para resistir el fuego terrestre y cuenta con sistemas redundantes para una mayor capacidad de supervivencia. Su arma principal es el cañón rotatorio GAU-8/A Avenger de 30 mm, capaz de disparar 3.900 proyectiles por minuto, optimizado para destruir vehículos blindados. Además, el A-10 puede transportar hasta 7.260 kg de munición mixta, incluidos misiles, bombas y cohetes, a través de 11 puntos de apoyo. Su capacidad para operar a baja altitud y a bajas velocidades lo hace incomparable en el apoyo aéreo cercano y la interdicción en el campo de batalla.
El desarrollo del A-10 Thunderbolt II se remonta a finales de los años 60, cuando la Fuerza Aérea estadounidense inició el programa AX (Attack Experimental) para diseñar un avión capaz de proporcionar apoyo aéreo cercano en entornos hostiles.
El vuelo inaugural del A-10 se produjo en mayo de 1972 y entró oficialmente en servicio en 1976. Diseñado para resistir el fuego terrestre y neutralizar los blindajes enemigos, el A-10 demostró por primera vez su destreza en combate durante la Operación Tormenta del Desierto en 1991, destruyendo cientos de tanques iraquíes.
Está equipado con el cañón rotatorio GAU-8/A Avenger, que utiliza munición perforante de uranio empobrecido (API) o incendiaria de alto poder explosivo (HEI) para neutralizar objetivos fuertemente blindados. El avión también ha demostrado su eficacia en conflictos como los de Afganistán e Irak, y más recientemente en Siria, donde se desplegó contra posiciones del Estado Islámico.
A pesar de los múltiples intentos de retirar el avión debido a su antigüedad, los informes de campo enfatizan su durabilidad, precisión y capacidad única para apoyar a las tropas terrestres, cualidades que continúan justificando su servicio activo.
Rudis02ARG
Los americanos van a echar de menos este avión. Es una lastima que no se lo cedan a los aliados como hacen con otros sistemas de armas.
Creo que si quieren cederlo pero no han encunadoe interesado. Es un avion demasiado especializado. Muchas fuerzas aéreas quieren algo más polivalente. A otras no les gusta, al igual que la USAF que siempre se lo quiso quitar de encima. Quizás Colombia como reemplazo de los A-37, de hecho se le ofreció a Colombia hace años un paquete de segunda mano. Jordania se rumoreó. Quizás algún país de Este como Polonia o Rumanía….pero el presupuesto es el problema. Mantenerlos es difícil y muchos prefieren gastar en algo más polivalente ( y bonito, que los que deciden son pilotos).
EEUU nunca exportara ese avion con el cañón de municion de uranio emprobecido
Y sin ese cañón , el A-10 deja de ser el A-10