Fuerzas chinas se preparan para imponer un bloqueo a Taiwán.
Según estimaciones de los servicios de inteligencia estadounidenses, la República Popular China [RPC] podría recurrir a la fuerza para incorporar de nuevo a su redil a Taiwán, a la que considera una «provincia rebelde», en 2027. Esto le daría poco más de dos años para prepararse.
Por el momento, el Ejército Popular de Liberación [EPL] está enviando un número cada vez mayor de buques y aviones a los accesos a la isla, sometiendo a las fuerzas armadas de esta última a una presión casi constante, al tiempo que desgastan su potencial. Pero aún no está claro cómo hará Pekín para apoderarse de Taiwán.
Se mencionan tres escenarios. La primera se basa en operaciones híbridas, como las llevadas a cabo por Rusia para anexarse Crimea en 2014. La segunda es de carácter más tradicional, ya que prevé una vasta operación anfibia lanzada tras ataques masivos contra la infraestructura militar taiwanesa.
En cuanto a este último, consistiría en imponer un bloqueo naval y aéreo a la isla, que iría acompañado del despliegue de medios de interdicción y denegación de acceso [A2/AD] para impedir la intervención estadounidense. En los últimos años, la APL ha adquirido capacidades que le permiten seguir estos tres métodos operativos, que podrían combinarse.
Dicho esto, las maniobras “United Sharp Swords 2024B” que China acaba de lanzar en las cercanías de Taiwán el 14 de octubre pueden dar una indicación de sus intenciones futuras.
La víspera, el ministerio taiwanés afirmó estar en “estado de alerta” tras informar de la presencia del portaaviones CNS Liaoning al sur de la isla. Ha “entrado en aguas cercanas al canal Bashi y probablemente se dirige hacia el Pacífico occidental”, explicó.
No obstante, el despliegue de un grupo de ataque de portaaviones chinos en este sector no es nuevo… Sin embargo, se produjo después de que el presidente taiwanés, Lai Ching-te, se comprometiera a «resistir la anexión» de la isla o «la invasión de [su] soberanía». Esto no ha dejado de provocar una reacción en Pekín, donde estas declaraciones fueron calificadas de “provocaciones” que podrían conducir a un “desastre” para los taiwaneses.
De ahí la preocupación que generan las maniobras “United Sharp Swords 2024B”, tanto en Taipei como en Washington. Obviamente, estos apuntan a cercar a Taiwán, como si estuviera imponiendo un bloqueo. Realizados bajo la autoridad del Comando del Teatro Oriental del EPL, movilizan fuerzas aéreas, navales y terrestres. También participa la Fuerza de Misiles, al igual que la Guardia Costera china, que dijo que había iniciado “inspecciones policiales” en aguas taiwanesas.
Estos ejercicios se están llevando a cabo “en zonas al norte, sur y este de la isla de Taiwán”, explicó el capitán Li Xi, portavoz del Comando del Teatro Oriental. Se “centran en patrullas de preparación para el combate aéreo-marítimo, el bloqueo de puertos y áreas clave, así como el asalto a objetivos marítimos y terrestres”, añadió.
Para Pekín, estas maniobras constituyen una “advertencia seria” ante las “acciones separatistas” de las fuerzas taiwanesas. “Esta es una operación legítima y necesaria para salvaguardar la soberanía estatal y la unidad nacional”, argumentó el capitán Li.
Por su parte, el Ministerio de Defensa taiwanés denunció “un comportamiento irracional y provocador” y aseguró que había “desplegado las fuerzas adecuadas para reaccionar adecuadamente con el objetivo de proteger la libertad y la democracia, así como defender la soberanía de Taiwán”.
A priori, el destino de las islas Penghu [o Pescadores], Kinmen y Matsu parece preocuparle más, ya que han sido puestas en estado de “alerta intensificada”. De hecho, son los más amenazados hasta el punto de que el EPL podría tomar el control de ellos para poner a prueba la reacción de Taipei y la determinación de Washington.
Precisamente, y mientras las fuerzas taiwanesas detectaron nada menos que 125 aviones chinos en los accesos a la isla [tal “volumen” nunca se había observado hasta entonces], Estados Unidos advirtió contra cualquier “provocación” de China hacia Taiwán y afirmó que las maniobras de “United Sharp Swords” son “injustificadas” y representan un “riesgo de escalada”.
“Hacemos un llamamiento a la República Popular China para que actúe con moderación y evite nuevas acciones que puedan socavar la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán y en la región en general, lo cual es esencial para la paz y la prosperidad regional y constituye un tema de preocupación internacional», dijo Matthew. Miller, portavoz de la diplomacia estadounidense.
Laurent Lagneau
El mundo ha estado observando de cerca la evolución de la relación entre Taiwán y China, y la creciente tensión se siente como un juego de ajedrez en el que cada movimiento está calculado y plagado de posibles repercusiones globales.
Taiwán, una democracia vibrante y una potencia económica, se encuentra en la encrucijada de los juegos de poder geopolíticos. Para Beijing, Taiwán es un símbolo de asuntos pendientes, una parte integral de su identidad nacional que aún no se ha recuperado.
La idea de unificación es un tamborileo constante en los discursos de Xi Jinping, quien retrata a Taiwán como una provincia separatista que necesita reintegración. Pero, ¿es esta narrativa simplemente una distracción de los problemas internos de China?
En los últimos años, Xi ha tenido que lidiar con multitud de crisis. La economía china, que alguna vez fue un símbolo de crecimiento imparable, ahora está al borde del estancamiento. Una población cada vez menor y un mercado inmobiliario en colapso, a lo largo de la columna vertebral del ascenso económico de China, crean temblores que no pueden ignorarse.
Para Xi, Taiwán puede ofrecer una ruta de escape, una manera de desviar la atención de sus problemas internos y al mismo tiempo consolidar el poder mediante una demostración de fuerza en el escenario internacional. En esta narrativa, Taiwán se convierte en algo más que un simple premio geopolítico; se convierte en una posible estrategia de salida de sus dificultades políticas.
Para Beijing, Taiwán es un objetivo tentador debido a su papel clave en la industria mundial de semiconductores. La infraestructura tecnológica de Taiwán, particularmente en la fabricación de chips, lo convierte en un actor fundamental en el ecosistema tecnológico mundial.
Asegurar el control de Taiwán proporcionaría a China una ventaja sin precedentes en la carrera tecnológica global. Este deseo de dominio refleja el comportamiento de otro actor global, Rusia, cuya invasión de Ucrania destrozó las normas de conducta internacional. Al igual que Rusia, China busca desafiar los valores democráticos mientras amplía su esfera de influencia, aunque sus tácticas son más sutiles, al menos por ahora.
La llamada “Anaconda Strategy” ha sido el método preferido de China para reforzar su control en Taiwán. El enfoque de Beijing, llamado así por la forma en que una anaconda restringe a su presa, implica aislar lenta, pero seguramente a Taiwán, lo que hace cada vez más difícil para la nación respirar económica y diplomáticamente. El término, utilizado por el almirante Tang Hua, jefe de la flota militar de Taiwán, es una poderosa metáfora que resume la lenta pero implacable presión de Beijing sobre Taiwán.
Quitarle el aliento a Taiwán es lo que China quiere hacer. En lugar de optar por una invasión militar total, China utiliza presiones psicológicas y estratégicas. Los ejercicios militares cerca de las aguas de Taiwán, el aislamiento diplomático y la coerción económica son parte de la constricción.
Xi entiende que Occidente está actualmente distraído, con su atención dividida entre las crisis actuales en Ucrania y Medio Oriente. Esto crea una ventana de oportunidad para que China endurezca la presión sobre Taiwán sin generar represalias inmediatas.
Taipéi, si bien es plenamente consciente de la creciente amenaza, mantiene un enfoque cauteloso. El gobierno taiwanés tiene cuidado de no alarmar demasiado a su población, equilibrando la necesidad de permanecer alerta sin inculcar una sensación de pánico.
Sin embargo, debajo de esta superficie tranquila, la presión está aumentando. Las incursiones navales y aéreas chinas se han multiplicado, acercando la presencia militar de Beijing a las costas de Taiwán.
La frecuencia y la intensidad de estas operaciones no pasan desapercibidas para la comunidad internacional, pero la respuesta global sigue siendo tibia, atrapada entre la renuencia a intensificar las tensiones y la realidad de la importancia estratégica de China.
Mientras tanto, la atención del mundo está desgarrada. Estados Unidos, tradicionalmente el defensor más acérrimo de Taiwán, está al límite. El enfoque de Washington en apoyar a Ucrania y hacer frente a la agitación en el Medio Oriente ha dejado poco espacio para abordar la situación cada vez más volátil en el Estrecho de Taiwán. En Europa, la atención está aún más fragmentada, con poca atención diplomática o militar en la región del Indo-Pacífico.
Sin embargo, un país sigue siendo muy consciente de lo que está en juego—Japón. Tokio ha estado reforzando sus defensas, desconfiando de las posibles consecuencias si China toma medidas contra Taiwán. Para Japón, el destino de Taiwán está indisolublemente ligado a su propia seguridad y ha tomado medidas mesuradas para garantizar que esté preparado para cualquier escalada.
En este tablero global, Rusia, China, Corea del Norte e Irán forman un inquietante cuarteto de regímenes autoritarios, cada uno de los cuales busca cambiar el equilibrio de poder a su favor. Sus recientes reuniones de alto nivel insinúan una alineación más amplia, donde Taiwán es solo una pieza de un rompecabezas mucho más amplio. Mientras el mundo debate el futuro de Taiwán, estas potencias trabajan silenciosamente entre bastidores, coordinando estrategias que podrían remodelar el orden internacional.
La realidad es que el destino de Taiwán no está únicamente en manos de su pueblo o incluso del gobierno chino. Se basa en un conjunto más amplio e interconectado de dinámicas globales, donde las acciones en una región pueden desencadenar respuestas en todo el mundo.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia ya ha proporcionado un escalofriante adelanto de lo que podría suceder si China decide actuar decisivamente en Taiwán. Una invasión militar podría no ser el primer paso de Beijing, pero el aislamiento de Taiwán podría ser igualmente efectivo para doblegar a Taiwán a su voluntad.
Mientras Taiwán navega por su precaria posición, sigue siendo un faro de democracia en una región cada vez más autoritaria. El desafío para la comunidad internacional es claro: ¿permanecerán mientras Taiwán se asfixia lentamente o reconocerán la importancia de este país no solamente para la estabilidad regional, sino también para los principios mismos de democracia y autodeterminación?
Taiwán sabe bien que únicamente a través de sus maniobras diplomáticas y con reconocimiento internacional podrá impedir cualquier estrategia de ataque o aislamiento de China. Washington tiene algún tipo de fijación de que Xi podría atacar Taiwán en 2027.
Mientras tanto, Taiwán y sus aliados diplomáticos están trabajando estrechamente para promover sus valores en organizaciones internacionales, como la ONU. Estados Unidos, Europa y Japón están tratando de disuadir las ambiciones imperialistas de China, con muchas reformas específicas a favor de la inclusión de Taiwán en organismos internacionales.
El futuro de Taiwán aún es incierto, pero una cosa está clara: el país es más que un simple peón en un juego geopolítico. Representa la esperanza de un futuro democrático en un mundo cada vez más dominado por regímenes autoritarios. Queda por ver si podrá escapar del control cada vez mayor de la estrategia de anaconda de Beijing, pero nunca ha habido mucho en juego.
Muy buena exposicion de motivos.
El desarrollo legislativo es lo q nos tiene «intranquilos».
Desgraciadamente en breve veremos la aprobacion de la Ley y su publicacion en Boletín Oficial.
Esperemos q la entrada en vigor sea muy muy tardia
China está tensando demasiado la cuerda
De nuevo que el presidente de Taiwán manifieste la independencia de la isla que lleva más de setenta años valiéndose sin el continente es una «provocación» pero cercar con tu flota la isla en la que tu gobierno nunca ha ejercido poder ni se te desea es «una operación legítima y necesaria para la seguridad estatal». Lógica del partido único, es que te tienes que reir.
Muy parecida a lógica de Putin
Teniendo una guerra en Europa (ahora incluso con soldados norcoreanos) y otra desarrollándose en Oriente Medio, ya sólo falta que China aproveche la oportunidad e intente invadir Taiwán, cosa que llevaría a una guerra contra EEUU que acabaría arrastrando a Japón, Corea del Norte y Corea del Sur, Filipinas y etc etc etc…
Una IIIGM en toda regla.
Habrá que comprar alimentos de larga vida y municiones
De nuevo China tocando las narices y moscardeando Taiwan. Tienen miedo de provocar una guerra porque las consecuencias podrían ser nefastas y aún así siguen yendo un poquito más allá. Si China bloquea Taiwan, el AUKUS junto con Corea del Sur y Japón podrían bloquear el pacífico a los chinos. Ya puestos a bloquear…
Estan amenazando con una guerra porque se sienten muy poderosos con su ejercito gigante, su marina gigante y sus armas de destruccion masiva, todo ello gracias a todas las mercancias que nos han vendido en estas ultimas decadas.
Mercancias que se podian haber fabricado en Europa o en Latinoamerica, pero no, las multinacionales y el gobierno dictatorial se unieron para quitarnos toda capacidad productiva.
Mientras más grandes son, más ruido hacen al caer
Puede que EEUU al final no colabore con la defensa de Taiwan, puede que si. Pero ante esa incertidumbre, lo mas sabio para China seria no atacar, porque habria siempre algun tipo de represalia, sea economica, sea militar. China, como pais, no tiene esa necesidad, solo la tiene Xi Jinping, que como butin, quiere pasar a la historia grande de su pais.
China, con simplemente crecer en lo economico y lo social podrian ganar la unificacion por las buenas. Eso podria ocurrir a traves del triunfo del partido pro-chino que regularmente interviene en las elecciones taiwanesas. Pero el progreso chino deberia ser deslumbrante.
EEUU se adhirió al principio de «hay una sola china» ya hace muchos años. Ese principio incluye que Taiwán es un asunto interno chino, la no venta de armas a Taiwán etc, etc. Otra cosa es que EEUU juegue al doble rasero al que nos tiene acostumbrados y por un lado apoye la defensa de Taiwán incluso con armas, y por el otro diga que EEUU se adhiere al principio de una sola china. Todos los países que comercian con china se han adherido a ese principio hace muchos años también. Eso incluye a occidente. En resumen, que Taiwán es china está reconocido internacionalmente. E incluso tiene carta de naturaleza en la ONU.
La unica verdad en este bosque de ignorantes (los de siempre). Menos mal que queda alguien que sabe leer y entender las cosas y es capaz de entender la realidad al margen de su opinion, ideologia o fantasias.
A ver si aprendeis a leer y entender lo que leeis (a los ignorantes de siempre)
Llamar ignorantes a los demás alguien que utiliza un seudonimo irani dice mucho de la calidad democratica de sus comentarios
Artaban empieza insultando a todos, y luego dice que el es el unico con capacidades intelectuales.
Se le nota lleno de odio y resentimiento.
Seguramente vive solo, nadie le quiere, todos le apartan porque ven un loco agresivo.
No se le deberia permitir sus actos ofensivos hacia todos, ademas que se nota que es un loco amargado y fracasado, que solo insulta, y rebaja el nivel de este foro y de esta publicacion.
Y que no aporta nada, ningun conocimiento, ninguna noticia, solo insultos.
Hombre esa es otra historia de bien de tiempo atrás, lamentablemente cierta también.
Los EE.UU. siempre creyeron en una sola China. En principio estaba reconocida Taiwán, descendientes del gobierno nacionalista y aliado durante la SGM, como gobierno legitimo de China pero esto cambió en 1972 si mal no recuerdo cuando pasaron a reconocer al gobierno del continente como la oficial China. Los motivos reales sólo pueden especularse pero bien es cierto que a partir de entonces muchísimas empresas trasladaron allí sus fábricas pues la china continental ofrecía mano de obra barata a millones y no en balde comenzó a la par la gestación de China como nueva potencia. Es un clarísimo ejemplo de «pan para hoy y hambre para mañana» y ahora guste o no de alguna forma nos va a tocar pasar hambre.
De todas formas se ofreció a Taiwán a formar su propio país independiente a costa de rechazar su derecho sobre el continente. Los taiwaneses se negaron, lo siguen haciendo y en esas estamos. En el momento en el que la nueva generación decida que no se le ha perdido nada en China Taiwán será un país reconocido como tal. Es cuestión de tiempo
«En el momento en el que la nueva generación decida que no se le ha perdido nada en China Taiwán será un país reconocido como tal. Es cuestión de tiempo».
Yo creo que por parte de Occidente se va a retrasar ese reconocimiento todo el tiempo posible. No es cuestión de enfadar a China.
A pesar de los anhelos de algún anticapitalista como Artaban, no se puede obligar a nadie a elegir el comunismo como forma de Gobierno, encima más si vives en una próspera isla llena hasta arriba de gente trabajadora. Alguien lo comentó por aquí hace poco, Taiwán debería poder elegir entre pertenecer al PIB per cápita propio de 31.000 dólares o al chino de 10.000.
También se puede citar eso del derecho de los pueblos a la autodeterminación, algo que les gusta también mucho a los comunistas.
Por cierto que muchos de esos buques que tienen Taiwán rodeada serían hundidos.
¿No es cuestión de enfadar a China? ¿Y qué va a hacer en tal caso que no haga ya? Sólo podría escalar definitivamente y ejecutar ese bloqueo aeronaval y a día de hoy sus finanzas no están como para ahuyentar a la inversión extranjera del que aún tanto depende.
En su día debatimos el derecho de autodeterminación unilateral por la ONU y ya sólo por evitar por parte de Pekin la opresión (sólo ver el régimen de gobierno chino), la negación de derechos humanos (Hong Kong ejemplo perfecto) e incluso el genocidio (Reconocido públicamente por Xi que no dudará en emplear la fuerza por la reunificación) Taiwán lo tendría más que ganado.
Puede que en un futuro no cercano China y Taiwan vuelvan a unirse, pero la única posibilidad sería que China se convirtiera en una democracia similar a la de Taiwan y así sus habitantes no vieran con tanto recelo la reunificacion.
Otros modos serían por la fuerza y no creo que China pudiera no solo invadir la isla, lo peor sería que tendría que controlar una masa de millones de personas que se sentirían bajo ocupación y éso es todo menos fácil, la historia lo ha demostrado.
Además de que ni Japón ni Corea del Sur permitirían un cambio en el statu quo de la zona. Sin contar ya que otros vecinos menos combativos como Australia o Filipinas se están convenciendo ya de que a China hay que pararla en su expansión.
Y para los antioccidentales decir que incluso un país comunista como Vietnam tampoco comulga con el expansionismo chino. Demasiado recuerda a la famosa Esfera de Influencia del Japón Imperial.
Y por último el factor económico; China depende del comercio con Occidente para su desarrollo y un conflicto acarrearía sanciones y demasiado bien han visto sus consecuencias en la Rusia belicista de Putin.
Por todo ello apretaran pero no ahogaran.