Grecia inicia conversaciones para adquirir 10 Rafale F4 adicionales.
¿Cumple todas sus promesas el acuerdo por el que se establece una asociación estratégica de cooperación en materia de defensa y seguridad entre Francia y Grecia, firmado en septiembre de 2021? El acuerdo, que debe renovarse en 2026, contiene una cláusula de asistencia mutua en caso de «agresión armada» contra cualquiera de las partes. También pretende promover una «cultura estratégica» común, la interoperabilidad entre las fuerzas francesas y griegas y la cooperación industrial en materia de armamento.
Desde su ratificación, este acuerdo ha propiciado la participación de fuerzas francesas en varios ejercicios conjuntos organizados en Grecia, como Iniochos, Notos y Olyco. Sin embargo, el acuerdo es más notable en el ámbito de las capacidades, con pedidos realizados por Atenas en 2022 de seis cazabombarderos Rafale adicionales y tres Frégates de défense et d’intervention [FDI].
Para la revista especializada griega Ptisi, los resultados de este acuerdo, a dos años vista, son más bien decepcionantes. «Más que la firma, lo que cuenta es la aplicación. […] ¿Cuántos oficiales hemos enviado a Francia para formarse y adquirir experiencia? ¿A cuántos franceses hemos acogido? ¿Cuántos grandes ejercicios bilaterales hemos organizado? ¿Y cuántos escenarios de guerra hemos realizado juntos? Más en general, ¿cómo hemos reforzado nuestra cooperación en materia de defensa?», se preguntaba en un comentario publicado el domingo 12 de mayo.
Observando, de paso, que el contexto geopolítico ha cambiado desde septiembre de 2021, Ptisi subraya que, en última instancia, lo más importante es que Francia se ha comprometido abiertamente a «defender a Grecia por la fuerza de las armas» si es necesario, «sin notas a pie de página».
Sea como fuere, este acuerdo sirve de marco a las discusiones iniciadas por Atenas con vistas a un nuevo pedido de Rafales. En efecto, las fuerzas aéreas griegas tienen la intención de racionalizar sus aviones de combate retirando varios modelos de aviones de combate, como el F-4 Phantom, el Mirage 2000-5 e incluso el F-16 Block 30. En consecuencia, sólo conservará sus Rafales y sus F-16 modernizados según el estándar Block 70 «Viper», a los que se añadirán al menos 20 cazabombarderos F-35A.
Como los Mirage 2000-5 todavía tienen potencial, el Estado Mayor griego está considerando venderlos [se dice que la India está en la carrera]… Pero con la condición de obtener a cambio hasta 10 Rafale más, actualizados al estándar F4. Al menos, eso es lo que sugiere el sitio web especializado griego Defence Review. Según sus informaciones, las conversaciones con Dassault Aviation se encuentran en una «fase avanzada». Una delegación del fabricante francés visitará Atenas próximamente para una «nueva ronda» de conversaciones.
«El Estado Mayor de la Fuerza Aérea Helénica ha expresado la necesidad de adquirir entre 8 y 10 nuevos aviones adicionales para formar otro escuadrón de cazas. También ha declarado explícita y categóricamente a los funcionarios del Ministerio de Defensa que ésta es una condición fundamental para la retirada de los Mirage 2000-5 con el fin de cubrir las necesidades operativas», explica Defence Review.
Como recordatorio, Grecia ha encargado un total de 24 Rafale desde 2020, incluidos 12 del estándar F3R sacados del inventario de la Fuerza Aérea y Espacial.
Laurent Lagneau
Bien por Grecia
Muy buena opción para Grecia, asegurase la venta de los Mirage 2000 y adquirir en el proceso un lote adicional de Rafaela, exigiendo el estándar F4. Más tarde, la HAF deberá estandarizar todos sus modelos a esta versión. El acuerdo Francia-Grecia beneficia sobre todo a París, que convierte a Atenas en un cliente más seguro a cambio de poco, ya que las iniciativas de interacciones militares entre ambos deben nacer de Grecia, que es quien espera los beneficios materiales y doctrinarios de una de las FFAA más grandes de la OTAN. En cuanto a «defender» a Grecia, pocos son sus enemigos, más que Turquía que, por razones estratégicas, ha abandonado su actitud beligerante de la década pasada y se muestra relajado en la cuestión energética, más aún tras los importantes acuerdos con Azerbaiyán, pues necesita de Atenas para realizar el gran gasoducto hacia Europa del gas del Mar Negro, cuyo ramal principal pasa por el norte de Grecia. Ankara también tiene acuerdos energéticos con Rusia y China. Por ahora la beligerancia, ha Sido dejada de lado. Pero bien hace Atenas en reforzar su tecnología aeroespacial, mientras Turquía sigue luchando por renovar sus F-16…