La venta del portaaviones clase Clemenceau (Sao Paulo) cargado de amianto genera preocupación.
El desguace del portaaviones de la clase Clemenceau (ex Foch) entraña riesgos jurídicos, medioambientales y sanitarios, según han manifestado las ONG a las autoridades turcas donde se encuentra el gran barco.
El año pasado, las ONG pidieron a las autoridades brasileñas y francesas que garantizaran un reciclaje seguro y respetuoso con el medio ambiente del buque gemelo del Clemenceau (Sao Paulo), y recomendaron el uso de uno de los astilleros incluidos en la lista de la UE de instalaciones aprobadas para el reciclaje de buques, que se limita a operaciones vetadas de no desguace en países de la OCDE.
Tras un largo y tortuoso proceso de subasta, el São Paulo se vendió finalmente al astillero turco Sök Denizcilik and Ticaret Limited, que figura en la lista de la UE.
Ahora, la ONG Shipbreaking Platform, Basel Action Network (BAN), BAN Asbestos France, International Ban Asbestos Secretariat (IBAS), İstanbul Isig Meclisi y la brasileña ABREA hacen un llamamiento al Ministerio turco de Medio Ambiente y Urbanismo para que garantice una caracterización adecuada de los residuos peligrosos a bordo del São Paulo, de modo que la exportación y la posterior gestión de los tóxicos se realicen de forma respetuosa con el medio ambiente.
Al igual que su buque gemelo Clemenceau, cuya exportación errónea a la India fue devuelta a Europa con un gran coste debido a las violaciones del Convenio de Basilea, el São Paulo contiene grandes cantidades de sustancias peligrosas dentro de su estructura, por lo que se considera un residuo peligroso según el Convenio de Basilea.
En vista de las grandes cantidades de amianto y otros materiales peligrosos que probablemente se encuentren en la estructura del buque, los grupos locales de la sociedad civil, los líderes políticos, los expertos técnicos y los organizadores sindicales se oponen firmemente a la importación del buque a Turquía. Han expresado su legítima preocupación por la falta de transparencia en la gestión del amianto y otros residuos, y por el hecho de que el precio de compra del portaaviones no es viable desde el punto de vista financiero si se toman todas las precauciones necesarias durante el reciclaje del buque y la eliminación de los residuos peligrosos.
Durante el proceso de venta y licitación del São Paulo no se facilitó ningún Inventario de Materiales Peligrosos (IHM), y sigue sin saberse si desde entonces se ha realizado una auditoría independiente adecuada o un IHM, según la ONG Shipbreaking Platform.
Las ONG piden que se realice una evaluación independiente para determinar si los planes de retirada y eliminación de los residuos peligrosos a bordo del São Paulo cumplen los requisitos de una gestión respetuosa con el medio ambiente y garantizan que los trabajadores y las comunidades locales no estén expuestos a ningún riesgo. Dada la gran peligrosidad de los materiales del buque militar, el envío desde Brasil y los posteriores planes de gestión deben ser totalmente transparentes para las comunidades afectadas y contar con su apoyo.
Naida Hakirevic