Las armas termobáricas rusas pueden causar devastación.

Las bombas y misiles termobáricos son muy eficaces para causar destrucción masiva y Rusia podría estar utilizándolos en Ucrania.  

Según el Pentágono estadounidense, Rusia ha disparado más de 625 misiles en las dos semanas transcurridas desde que invadió Ucrania, de los cuales un centenar fueron lanzados en las primeras horas del ataque. La mayoría eran misiles balísticos de corto alcance y algunos eran misiles tierra-aire.

Pero hay un arma que causa más daño que los ataques con misiles normales. Las armas termobáricas, también conocidas como bombas de aerosol o explosivos aéreos de combustible, son municiones de dos etapas. Rusia ha sido acusada de desplegar estas siniestras armas, primero por el embajador ucraniano en EE.UU., y luego por el secretario de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace.

Wallace dijo durante una visita a Estonia, aliada de la OTAN, el 3 de marzo: «Se desconoce hasta dónde llegará [el presidente ruso Vladimir Putin], qué armas autorizará para lograr su objetivo final, pero hemos visto el uso de cantidades masivas de artillería. Hemos visto el despliegue de sistemas de armas de artillería termobárica y nos preocupa el alcance que puedan tener».

Las imágenes de Ucrania que circulan por Internet, que muestran lanzadores de cohetes múltiples TOS-1 de 220 mm y 24 cañones de fabricación soviética capaces de lanzar armas termobáricas montadas en tanques T-72, aún no han sido verificadas de forma independiente, al igual que el uso de dichas armas en la guerra hasta ahora. Pero los analistas y expertos dicen que es sólo cuestión de tiempo.

¿Cómo funcionan las armas termobáricas?

Un arma termobárica puede usarse en misiles o bombas, y está llena de un combustible aerosolizado y metales tóxicos en polvo. Al detonar, el combustible explosivo se dispersa rápidamente, creando una gran nube de combustible que luego se enciende al entrar en contacto con el oxígeno que lo rodea.

El analista de investigación del Royal United Services Institute, Sam Cranny-Evans, explicó en un tuit: «La explosión provoca dos cosas: un enorme calor, de hasta 3.000 kelvins (2.700° C), así como un largo período de sobrepresión relativamente alta. La presión o la onda expansiva que se crea no es tan alta como la de un explosivo de gran potencia (HE) convencional, pero dura más tiempo, creando efectos más dañinos».

Como todo el oxígeno se quema en los alrededores, si se utilizan armas termobáricas contra un edificio, la propia presión puede matar a cualquiera que se ponga a cubierto en su interior.

Este tipo de armas son muy eficaces para causar devastación en zonas urbanas y pueden penetrar en búnkeres o estaciones de metro subterráneas, que como aquellas en las que los ciudadanos ucranianos se refugian de los ataques aéreos, succionando el aire de los pulmones de los ocupantes.

Historia

Las bombas termobáricas han sido utilizadas por la Unión Soviética contra China durante el conflicto chino-soviético de 1969 y en Afganistán en 1979.

Las naciones occidentales también han utilizado este tipo de armas desde los años 60 en Vietnam y en las montañas de Afganistán. Sin embargo, versiones rudimentarias de armas termobáricas ya fueron desarrolladas por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.

Los informes también sugieren que Rusia desplegó estas armas en 1999 en Chechenia, lo que tuvo consecuencias humanitarias devastadoras, que Human Rights Watch condenó.

Las armas termobáricas aún no están prohibidas, pero hay muchos argumentos en contra de su desarrollo y uso. Incluso si se apunta a una instalación militar con un misil termobárico, es probable que el efecto de la detonación se extienda a las zonas civiles.

Rusia no ha admitido ni negado el uso de armas termobáricas en Ucrania.

Programas recientes de armas termobáricas rusas

La Fábrica de Armas de Tula, parte de la empresa estatal rusa ROSTEC, anunció la producción del misil antitanque 9M1133F-1 con ojiva termobárica de alto explosivo en 2019. 

Los misiles 9M133F-1 son disparados por los sistemas antimisiles rusos Kornet. El Ministerio de Defensa de Rusia informó en enero de 2019 que otro vehículo de combate armado con el sistema de misiles antitanque Kornet estaba siendo sometido a pruebas estatales para la Fuerza Aerotransportada.

El vehículo es el sistema de misiles antitanque autopropulsados Kornet-D1 montado en el chasis del vehículo de asalto aerotransportado BMD-4M.

El sistema de misiles antitanque Kornet, desarrollado por la Oficina de Diseño de Instrumentos Shipunov, puede derribar tanques y otros objetivos blindados. Al parecer, Rusia continuó las pruebas de la última versión de los sistemas de misiles antitanque autopropulsados Kornet-D1 de lanzamiento desde el aire hacia finales de 2021, cuando estaba aumentando las tropas militares en su frontera con Ucrania.

Norbert Neumann