Lo que puede significar el envío de los sistemas de defensa antimisiles Patriot a Ucrania.

El sistema dará a Ucrania una nueva fuerza vital para defenderse de los ataques con misiles, e ilustra que el Kremlin ha hecho poco para erosionar el apoyo occidental a la causa de Kiev, dijeron analistas militares.

La probable aprobación inminente de los sistemas avanzados de defensa antiaérea de Estados Unidos para Ucrania podría suponer un impulso muy necesario para sus fuerzas y una oportuna muestra de apoyo de sus aliados mientras el país soporta un largo y difícil invierno.

Washington está dispuesto a satisfacer la reiterada petición de Kiev mediante el envío de los sistemas de misiles Patriot, cumpliendo así su promesa de reforzar aún más la capacidad de Ucrania para frustrar los repetidos ataques rusos tanto contra sus instalaciones militares como contra la infraestructura civil.

La aprobación del plan por parte del secretario de Defensa, Lloyd Austin, se producirá probablemente a finales de esta semana, y es posible que se anuncie ya el jueves, según dijeron funcionarios estadounidenses a NBC News.

El sistema no sólo dará a Ucrania una nueva fuerza vital para defender sus ciudades contra los ataques con misiles, sino que también ilustra que el esfuerzo de machaque del Kremlin ha hecho poco para erosionar el apoyo occidental a la causa de Kiev, dijeron los analistas militares. Patriot -la principal arma tierra-aire de las fuerzas armadas de Estados Unidos, que también se utiliza en todo el mundo- es un acrónimo que describe el funcionamiento de su sistema de puntería: Phased Array Tracking Radar to Intercept on Target.

Los sistemas Patriot suelen requerir que tripulaciones de hasta 90 personas reciban al menos 10 semanas de entrenamiento, aunque tan sólo tres soldados pueden dispararlo en caso necesario, según ha declarado el ejército estadounidense, y las fuerzas armadas ucranianas han desafiado anteriormente las expectativas en cuanto a la rapidez con la que sus tropas han aprendido a utilizar el armamento occidental. 

El crudo invierno ucraniano se está dejando sentir en todo el país, con muchas zonas sin electricidad ni calefacción después de que los bombardeos de las fuerzas rusas destruyeran centrales eléctricas, líneas y subestaciones. El miércoles por la noche, las temperaturas en la capital llegaron a los 21 grados Fahrenheit (-6 grados Celsius).

Se espera que el frío y la aparición del espeso barro, un obstáculo notable para los vehículos invasores rusos al comienzo de la guerra en febrero, ralenticen las operaciones de combate sobre el terreno, pero hasta ahora han continuado los ataques aéreos y con aviones no tripulados.

La guerra se ha convertido, a ojos de algunos funcionarios occidentales, en una batalla por ver quién tiene más munición.

Los expertos dijeron que la probable oferta de Patriot se produce después de meses de intensos ataques rusos que han llevado a las defensas ucranianas, en su mayoría equipos de la época de la Guerra Fría que heredó de la desintegración de la Unión Soviética, más allá de su límite.

«A medida que nos adentramos en el invierno, la cantidad de operaciones de maniobra sobre el terreno en la guerra va a disminuir por todas las razones que conocemos, el clima, las condiciones y así sucesivamente», dijo a NBC News Jonathan Eyal, director asociado del think tank Royal United Services Institute de Londres.

«Así que es muy probable que Rusia mantenga la presión desde el aire intentando destruir sistemáticamente la infraestructura ucraniana. Por lo tanto, es muy importante que los partidarios occidentales de Ucrania vuelvan a examinar las defensas aéreas ucranianas. El momento es importante», afirmó.

A primera hora del miércoles, las defensas aéreas ucranianas derribaron 13 drones Shahed de fabricación iraní en la capital del país, según informó la Administración Militar de la ciudad de Kiev en su canal de Telegram. Altos funcionarios estadounidenses creen que Rusia está proporcionando un apoyo militar y técnico sin precedentes a Irán a cambio de armas.

Los misiles Patriot no resuelven el problema de los drones, que son demasiado pequeños para ser detectados por la mayoría de los sistemas de defensa antiaérea, añadió Eyal, pero las nuevas armas proporcionan una importante capa adicional de defensa antiaérea al ejército ucraniano.

Además, dada la naturaleza agotadora y de desgaste de la guerra -que dura ya más de 300 días-, el suministro de armas de última generación demuestra que los partidarios occidentales de Ucrania no tolerarán que el presidente ruso Vladimir Putin ataque repetidamente infraestructuras civiles.

«El mensaje político a los rusos es que no pueden seguir destruyendo impunemente las infraestructuras de Ucrania, que es lo que hace Putin todos los días. No pueden hacerlo sin que Occidente entregue armas mejores y más sofisticadas al ejército ucraniano», afirmó Eyal.

El ex presidente ruso Dmitri Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, ha declarado que, si Washington dotara a Kiev de sistemas Patriot, se convertirían en objetivos militares legítimos.

Al preguntársele si estaba de acuerdo con esto en su rueda de prensa diaria del miércoles, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, respondió: «Definitivamente», antes de decir que estaba esperando más información antes de hacer más comentarios.

Ucrania lleva pidiendo más potencia de fuego tierra-aire desde mucho antes de la invasión a gran escala de Moscú este año.

Cuando los tanques rusos cruzaron la frontera en febrero, funcionarios y expertos en defensa estadounidenses actuales y anteriores dijeron a NBC News que una serie de temores -entre ellos que las armas pudieran provocar a Rusia o caer en sus manos- impidieron que Estados Unidos y sus aliados accedieran a las peticiones ucranianas.

Para algunos analistas, esta reticencia era el resultado de una campaña rusa para intimidar a Occidente, que sólo ahora está siendo ignorada.

«Se trata de un paso más en la progresiva superación por parte de Estados Unidos de los exitosos esfuerzos de Rusia por disuadirle de ayudar a Ucrania», afirmó Keir Giles, experto en Rusia y miembro consultor de Chatham House, un think tank londinense.

Hemos asistido a un proceso gradual de suministro por parte de Estados Unidos de capacidades más esenciales a Ucrania, a medida que se hace evidente que las «líneas rojas» de Rusia no son más que fanfarronadas y bravatas, como gran parte de la retórica del Kremlin», afirmó.

Giles añadió que la oferta de misiles Patriot por parte de Estados Unidos era también un reconocimiento de que la naturaleza de la guerra ha cambiado: de una serie de ofensivas terrestres en un intento de capturar las principales ciudades en febrero, a bombardear centros civiles y luchar por retener el territorio capturado ahora.

«La batalla vital para el futuro de Ucrania no está en el frente, sino en proteger a la población civil y los centros clave de la campaña rusa de drones y misiles diseñada para acabar con la resistencia ucraniana haciendo inhabitable el país», afirmó.

Patrick Smith