Por primera vez, un helicóptero Black Hawk vuela sin nadie a bordo.
Un helicóptero UH-60 Alpha Hawk voló por primera vez sin tripulación como parte del programa ALIAS (Aircrew Labor In-Cockpit Automation System) de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa, según anunció Sikorsky el 8 de febrero.
Sikorsky, propiedad de Lockheed Martin, y DARPA llevan trabajando en ALIAS desde hace unos seis años, pero siempre con un piloto en la aeronave por si acaso, aunque el helicóptero realizara el vuelo completamente solo.
Hay un interruptor en el helicóptero llamado «interruptor 210», dijo Igor Cherepinsky, director de Innovación de Sikorsky, a los periodistas durante una rueda de prensa virtual el 8 de febrero. El interruptor indica cuántos pilotos hay en la aeronave; por primera vez antes del vuelo, se puso a cero.
Durante 30 minutos, el Black Hawk de ALIAS voló sin nadie en su interior sobre Fort Campbell, Kentucky, el 5 de febrero, y de nuevo en otro vuelo el 7 de febrero.
La aeronave realizó las comprobaciones previas al vuelo, despegó y pasó por un sistema simulado de detección y localización de luz (LiDAR) que representaba el congestionado y complejo horizonte de la ciudad de Nueva York. Según Cherepinsky, la aeronave de 14.000 libras respondió de forma autónoma a los rascacielos simulados, zigzagueando por Manhattan. A continuación, la aeronave aterrizó sola.
El Black Hawk utiliza el sistema de autonomía MATRIX de Sikorsky, diseñado para ayudar a los pilotos y a la tripulación cuando vuelan en entornos degradados, incluidos aquellos con visibilidad limitada o sin comunicaciones fiables.
Sikorsky desarrolló la tecnología MATRIX a través de su Avión de Investigación de Autonomía Sikorsky (SARA). Los pilotos del Ejército de Estados Unidos lo probaron por primera vez en 2018, ya que el servicio sigue trabajando en la opción de hacer que tanto la flota actual como la futura flota en desarrollo sean opcionalmente tripuladas.
ALIAS integra un alto nivel de automatización en las aeronaves tripuladas y tiene la capacidad de asumir capacidades adicionales de autonomía.
«ALIAS tiene como objetivo apoyar la ejecución de una misión completa, desde el despegue hasta el aterrizaje, incluyendo el manejo autónomo de eventos de contingencia, como los fallos del sistema de la aeronave. Unas interfaces fáciles de usar facilitan la interacción entre el supervisor y ALIAS», dice el comunicado de la empresa.
«Con la reducción de la carga de trabajo, los pilotos pueden centrarse en la gestión de la misión en lugar de en la mecánica», dijo Stuart Young, director del programa en la Oficina de Tecnología Táctica de DARPA. «Esta combinación única de software y hardware de autonomía hará que volar sea más inteligente y más seguro».
DARPA y Sikorsky han invertido conjuntamente unos 160 millones de dólares en el programa ALIAS. El plan es concluir el programa a finales de año, dijo Young. El reparto entre ambos, ha sido relativamente equitativo.
ALIAS aporta flexibilidad operativa al Ejército, explicó. «Esto incluye la capacidad de operar aeronaves en cualquier momento del día o de la noche, con y sin pilotos, y en una variedad de condiciones difíciles, como entornos visuales disputados, congestionados y degradados», añadió Young.
Una de las principales causas de los percances de la aviación del Ejército es una combinación de errores humanos y entornos visuales degradados. El servicio sigue buscando sistemas que ayuden a aliviar la carga del piloto en estos entornos.
«Incluso en las aeronaves más automatizadas de hoy en día, los pilotos deben seguir gestionando interfaces complejas y responder a situaciones inesperadas», dice el comunicado.
ALISA también permitirá al Ejército volar en condiciones que normalmente dejan en tierra a un helicóptero.
El sistema podría incorporarse en última instancia a los futuros programas de elevación vertical del Ejército a medida que avancen en el proceso de desarrollo.
Young y Cherepinsky afirmaron que DARPA transferirá la capacidad al Ejército para que pueda equipar sus flotas actuales y futuras con una capacidad autónoma adaptable.
ALIAS voló previamente una misión de reabastecimiento autónomo en el Proyecto Convergencia en 2021 en el Campo de Pruebas de Yuma, Arizona. El mes que viene, el programa llevará a cabo el primer vuelo de un Black Hawk modelo Mike, la versión más moderna de la flota de helicópteros utilitarios del Ejército, en Fort Eustis, Virginia, señala el comunicado.
Jen Judson
China quiere convertir unas cinco a siete centenas de Shenyang J-6 (Mig-19), Chengdu J-7 (Mig-21) y Shenyang J-8 (copia del F-4) en drones, mientras que los EE.UU. tiene 600 F-4, 600 F-16, 400 F-15 y 350 F-18 almacenados por obsoletos, pero operativos, listos para convertirlos en drones muy superiores a los chinos…
Pero para utilizarlos como blancos de prácticas o como mucho se pueden usar para ataques kamikaze pero no como cazas operativos para el combate. No puedes compararlos como tal.
¿Y…? Los datos son interesantes y te agradezco que los compartas. Pero los puntos suspensivos que añades parece que quieren dar por entender que los EE. UU. tendrían superioridad en este apartado. Sin embargo, me temo que no es así. En una guerra por Taiwan, China juega en casa. Los EE. UU., a cambio, tendrían que utilizar portaaviones y repostaje en vuelo.
¿Cuáles de esos aviones estadounidenses puede despegar de un portaaviones? Se me ocurre que los F18 podrían hacerlo. Pero ¿podría hacerlo un F18 «dronizado»? ¿Se fiarían? Ya sé que se están haciendo pruebas exitosas con el MQ-25.
Igualmente, ¿cuáles de esos aviones pueden repostar en vuelo siendo operados por la inteligencia de un dron? Se me antoja que el repostaje en vuelo es una tarea delicada.
Finalmente, teniendo todo eso en cuenta, ¿cuántos cazas «dronizados» podrían los EE. UU. desplegar de forma efectiva para proteger Taiwan? Lo dicho, China tiene la ventaja de jugar en casa. Fíjate que, en este sentido, China ansía la República de China (Taiwán), pero no ansí atacar a EE. UU. en su territorio, al menos hoy por hoy, por lo que no tiene que preocuparse de lo arriba comentado.
En menos de una década veremos cazas pilotados por inteligencia artificial, la cual podría realizar giros y maniobras que serían imposibles si las pilotasen humanos.
Así mismo, los Estados Unidos están estudiando camuflajes para cazas «transparentes», siendo casi imposible su detección no solo de firma 0 en el radar sino también visual.