¿Puede la presidencia de Trump hacer descarrilar el acuerdo de submarinos AUKUS de Australia?
La elección de Donald Trump como el 47º presidente de los Estados Unidos ha provocado debates globales sobre el futuro de los acuerdos internacionales, incluido el acuerdo AUKUS que involucra a Australia, Estados Unidos y el Reino Unido.
Mientras Trump se prepara para asumir el cargo, una pregunta clave en la mente de los líderes estadounidenses y australianos es si el acuerdo AUKUS, que se centra en submarinos de propulsión nuclear, sobrevivirá bajo su administración.
A pesar de estas incertidumbres, los funcionarios australianos han destacado la fortaleza de su alianza con Estados Unidos tras la victoria de Trump, desestimando las preocupaciones de que AUKUS pueda verse en peligro.
El acuerdo, sostienen, es de importancia estratégica no sólo para Australia, sino para los intereses más amplios de Estados Unidos y el Reino Unido.
“Esta alianza sigue siendo fundamental para nuestra seguridad y eso no cambiará, independientemente de quién ocupe la Casa Blanca”, dijo el ministro de Defensa de Australia, Richard Marles, en una declaración previa a las elecciones estadounidenses.
Destacó el apoyo bipartidista a AUKUS en el Congreso, señalando el amplio respaldo que ha recibido tanto de los legisladores demócratas como republicanos, incluidos los leales a Trump.
AUKUS, que se anunció oficialmente el 15 de septiembre de 2021, representa una asociación militar estratégica entre Australia, Estados Unidos y el Reino Unido. Su principal objetivo es mejorar la cooperación en materia de defensa y ayudar a Australia a modernizar sus fuerzas navales, en particular mediante la adquisición de submarinos de propulsión nuclear.
Esta asociación tiene como objetivo reemplazar la antigua flota de vehículos diésel de Australia por tecnología de vanguardia, reforzando así la posición estratégica de Australia en la región del Indo-Pacífico, una zona de creciente importancia geopolítica.
En el marco del programa AUKUS, Australia recibirá tecnología avanzada para submarinos nucleares tanto de los Estados Unidos como del Reino Unido, lo que permitirá la construcción de al menos ocho nuevos submarinos. Esta medida pretende sustituir el plan anterior de Australia de comprar submarinos con motor diésel a Francia, un acuerdo por un valor de unos 66.000 millones de dólares australianos, que fue cancelado en favor de AUKUS.
Este cambio provocó importantes repercusiones diplomáticas con Francia, pero se considera que los beneficios estratégicos del AUKUS superan estas tensiones. Se espera que los nuevos submarinos estén operativos a finales de la década de 2030, y su construcción requerirá varios años de desarrollo y una inversión considerable.
AUKUS no sólo tiene como objetivo reforzar las capacidades de defensa de Australia, sino también crear un marco trilateral para contrarrestar la creciente influencia de China en la región.
El Indo-Pacífico se considera cada vez más un campo de batalla por la influencia global, en el que China está ampliando su presencia militar y desafiando el orden establecido. Con sus nuevos submarinos de propulsión nuclear, Australia tendrá la capacidad de proyectar poder y salvaguardar sus intereses, al tiempo que fortalecerá aún más sus alianzas con Estados Unidos y el Reino Unido.
El proyecto AUKUS representa una de las mayores inversiones de Australia en defensa en las últimas décadas. Si bien es difícil cuantificar el costo exacto, las estimaciones sugieren que el gasto de construcción de los submarinos por sí solo podría superar los 100.000 millones de dólares australianos.
Esta cifra refleja no solo el alto costo de los submarinos, sino también las inversiones adicionales necesarias para apoyar la infraestructura y la tecnología. Dada la escala de este proyecto, su éxito es crucial para la estrategia de defensa de Australia a largo plazo.
Sin embargo, a pesar del fuerte apoyo que ha recibido AUKUS en los círculos políticos y militares de Australia, el acuerdo enfrenta desafíos importantes. Se han expresado inquietudes sobre los riesgos ambientales y tecnológicos asociados con la energía nuclear y la seguridad de los submarinos de propulsión nuclear.
También preocupan los costes a largo plazo y los obstáculos técnicos que implica la gestión de tecnologías nucleares tan avanzadas. Además, AUKUS coloca a Australia en el centro de una rivalidad estratégica entre Estados Unidos y China, que podría tener ramificaciones políticas si aumentan las tensiones en la región.
Sin embargo, Australia considera que el acuerdo AUKUS es una piedra angular de su estrategia de seguridad nacional. Si bien el proyecto aún se encuentra en sus primeras etapas y llevará años concretarlo por completo, ya está reconfigurando la dinámica estratégica de la región del Indo-Pacífico. La alianza se considera esencial para la capacidad de Australia de afrontar los complejos desafíos geopolíticos del futuro.
Tras la elección de Trump, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, se puso en contacto con él para felicitarlo y reafirmar la importancia de la alianza entre Estados Unidos y Australia. “Discutimos la fortaleza de nuestra relación y nuestros intereses compartidos en materia de seguridad, AUKUS, comercio e inversión”, dijo Albanese en un tuit. “Espero trabajar en estrecha colaboración para el beneficio de ambas naciones”.
Del mismo modo, la ministra australiana de Asuntos Exteriores, Penny Wong, felicitó a Trump y expresó su confianza en que ambos países seguirán trabajando “muy de cerca” bajo su administración. “Esta alianza es más grande que cualquier individuo o comentario pasado”, afirmó.
“Se trata de los desafíos importantes que enfrentamos como nación, como región y como mundo. Estoy seguro de que, tal como las administraciones anteriores de Estados Unidos y Australia han trabajado juntas, trabajaremos en estrecha colaboración con la administración del presidente Trump para lograr objetivos importantes para Australia, incluido AUKUS”.
En conclusión, si bien el futuro de AUKUS bajo el liderazgo del presidente Trump sigue siendo incierto, el compromiso de Australia con el acuerdo y su importancia estratégica para la región del Indo-Pacífico son claros.
El acuerdo no se trata solo de defensa; se trata de fomentar vínculos más profundos entre los EE. UU., el Reino Unido y Australia frente a los crecientes desafíos globales. Los próximos años serán decisivos para determinar cómo evolucionarán estas relaciones, pero Australia está lista para transitar este nuevo capítulo con confianza.
B.Military
¿Deshacer el AUKUS? Ni de broma.
Según el propio Trump en una negociación hay una parte que gana y otra que es estafada, y desde el principio que todos tenemos claro cómo se repartieron los papeles aquí.
Todo lo contrario… Se piensa sumar otros países al proyecto… Canadá y Nueva Zelanda. Incluso Taiwán. Para así disuadir realmente a los chinos.
¿Nueva Zelanda? Lo dudo. Son estrictamente antinuclear y ya han avisado a sus vecinos australianos que sus submarinos nucleares no podrían atracar en sus puertos.
¿Taiwan? No, tampoco. Los EE. UU. no van a compartir con ellos (no dejan de ser chinos) tecnología tan delicada como la submarina, y más todavía la nuclear.
¿Canadá? Podría ser. Pero de momento lo que han anunciado es que buscan un submarino convencional con AIP.
Víctor Demóstenes.
Tanto Australia como también Nueva Zelanda, son estrictamente antiatómicos. Pero eso no significa que los gobiernos no aprueben la compra de submarinos con propulsión nuclear.
EE. UU. ha compartido tecnologías de punta con Taiwán, por lo tanto, es improbable que la excluyan del AUKUS si esta desea integrarse.
Tecnología punta no es lo mismo que tecnología sensible. Los F16 taiwaneses difícilmente son ni punta ni sensibles. No he visto que les hayan vendido ni intentado vender los F35…
Los submarinos atómicos es algo muy, muy sensible para los EE. UU., tanto por la tecnología atómica en sí, como por la submarina.
Aparte de eso, a Taiwan difícilmente le pueden interesar los submarinos atómicos, cuando por el precio de uno tienes dos o tres de los convencionales. Taiwan no necesita mandarlos lejos, pues el enemigo lo tienen en frente de casa. En esas circunstancias, un submarino atómico les aportaría poca ventaja en comparación con uno convencional.
Esos submarinos van a ser pagados por australianos y tripulados por australianos y navegar con bandera australiana. Por lo demás serán unos submarinos más de la US Navy, realizando sus misiones y coordinándose con los americanos.
Paco. Solo falta que analógicamente termines haciendo referencia a los F-18 españoles.
los australianos todavía no han explicado como un país firmante del tratado de no proliferación nuclear va a tener submarinos nucleares, que es verdad no son armas nucleares estrictamente, o sí según se mire, son vectores de ataque con propulsión atómica, pero vamos es un problema interno, a ver cómo le explican a los australianos tan ecologistas y healthy que van a tener en sus puertos naves de propulsión nuclear con lo que eso significa en la cadena de suministros, tratamiento de combustible en tierra, recargas, tratamiento de residuos, en un país desnuclearizado, allí no hay ni una central comercial y van a pasar a varios buques y puertos nuclearizados
esperaremos a ver cómo lo llevan
Haran como con los F111 y los NH90 enterrarlos en algún recondito, hay gente que se olvida que Australia en sí misma es un continente y cientos de miles de m2 desabitados
Si, es un punto que aún debe resolver el parlamento australiano, en especial la Cámara de Representantes y los grupos ecologistas, que tienen una enorme influencia en la opinión pública. Es un punto incógnita. En el pasado estos grupos se pusieron a la instalación en el país de centrales nucleares y fue boicoteado un territorio para el enterramiento de residuos nucleares. Australia, por ello, solo tiene una pequeña central de investigación que se utiliza sobre todo en esterilización de alimentos y productos medicinales. El gobierno australiano no tomó la decisión de poseer SSN por iniciativa propia, sino por imposición de sus aliados, sobre todo EEUU. Canberra confía que está decisión, que ya está tomada a nivel de compromiso internacional para prevenir el avance chino, justifique en la opinión pública el costo que implica y que el tema interno podrá ser resuelto. Pero aún es una incógnita.
Trump es un ferviente defensor de que EEUU venda cuanto más armamento mejor practicamente sin restricciones, por qué habria de bloquear una venta a Australia un aliado clave en el Pacifico
Por eso. Para que romper el AUKUS si EEUU solo gana bases, un país más que le compra fielmente equipo militar y pone soldados, etc? Y los ngleses además contentos que le han endiñado a otro sus gastos y así pueden tener submarinos nucleares. Los australianos me parece que son los pagafantas del AUKUS. Nadie les va a echar.
Es curioso porque hace años EEUU vetó la compra de submarinos nucleares para Canadá. La compra no hubiera salido adelante por el coste y que se terminó la guerra fria, pero ingleses y franceses se presentaron al concurso. EEUU ha tenido que cambiar leyes para hacer posible vender a Australia los submarinos clase Virginia. Australia ha renunciado a NH-90 y Tigre para comprar helicópteros americanos, en un claro esfuerzo de converger en equipamiento. De todos modos si los franceses no hubieran gestionado tan mal.la frustración australiana por los retrasos y problemas de los submarinos barracuda el AUKUS no hubiera salido adelante. Cuando algunos militares y políticos australianos enfadados con Francia se alinearon con militares y políticos de EEUU se diseño AUKUS. Ya unos años antes EEUU había iniciado el pivote hacia el Pacífico y firmado un acuerdo para establecer una base en Darwin. Con el AUKUS se establecen nuevas bases mas cerca de China para la US Navy, se establece una estrecha cooperación militar (cómo la que ya se dió hace unas décadas) y Australia recibirá armamento más avanzado. Inglaterra fue el invitado inesperado.
Excelente explicación Paco, aún así, el abandono del programa Barracuda no fue solo por la frustración y los retrasos en el avance del programa. Los australianos le entregaron una papa caliente a los franceses. Tenían que organizar la base logística y universo de proveedores, es decir no solo instalar las fábricas, sino crear el ecosistema industrial completo. No extraña que el programa se extendiera en sus plazos y subieran los costos. Esto fue aprovechado por EEUU, por supuesto. Pero aún así, el tema se venía cocinando desde que asumió Trump. Hubieran presionado a Australia igualmente y el resultado hubiera sido prácticamente el mismo. Cualquiera de los motivos que se propusieron hubieran sido posible solucionarlo mediante negociaciones, de no haber existido la opción SSN.
Todo muy bien explicado, ademas creo que Trump es partidario de producir más con lo que ya está en producción, en su anterior mandato dijo que no se podían seguir producciendo aviones que de lo complicado que era de pilotar había que ser un ingeniero del MIT o que se siguiera produciendo y mejorando el Superhornet antes que ponerse a construir nuevos modelos imposibles de financiar, es sólo un ejemplo
En la política exterior estadounidense hay siempre aspectos que son inamovibles esté quien esté en el gobierno. El programa AUKUS trasciende la política interna de Washington. Ya desde el gobierno de Obama había quedado claro que el principal problema futuro de EEUU sería la competencia comercial con China. Durante el gobierno de Trump se sumó la rivalidad militar en especial la naval, Ya que Pekín superó a Washington en cantidad de buques militares. Es muy probable que el plan AUKUS se haya venido concibiendo en el Pentágono durante la administración Trump, pero las condiciones para llevarlo a cabo se hayan dado con Biden. Creo que AUKUS es inamovible, pero hay condicionamientos para incorporar nuevos socios, por un montón de cuestiones. India, Taiwán , Corea del Sur suenan como posibles, pero hay aspectos dentro del plan, que deben ser asimismo autorizados por el congreso incluso para Australia, porque se debe permitir transmitir conocimientos sensibles para la seguridad de EEUU y eso no es tan sencillo como solucionar los controles de la OIEA, por ejemplo.