Qatar está frustrado por la lenta respuesta de Estados Unidos a su solicitud de compra de drones.
Después de buscar la aprobación de EE.UU. para un acuerdo sobre los avanzados aviones no tripulados Predator durante más de un año, Qatar ha expresado su frustración hacia la administración Biden por la supuesta lentitud de su solicitud, según informa el Wall Street Journal.
El gobierno de Qatar solicitó formalmente la compra de cuatro drones MQ-9B Predator armados, cuyo coste se estima en 600 millones de dólares, con la intención de utilizarlos para la vigilancia de las instalaciones de gas natural y para vigilar a los terroristas en la región, convirtiendo a Qatar en una unidad defensiva más fuerte en su región que podría ayudar a EE.UU. a prevenir las amenazas planteadas por Irán.
En otra petición, Qatar también expresó su deseo de comprar cazas furtivos estadounidenses F-35.
Un funcionario qatarí declaró al Journal que se sienten frustrados porque no hay ninguna indicación clara de por qué hay un retraso en su solicitud, ya que Qatar demostró con las recientes operaciones de evacuación en Afganistán que siempre está dispuesto a apoyar a sus aliados en aras de la seguridad y la estabilidad.
Qatar también presta su gran base aérea, al-Udeid, a Estados Unidos, que la utiliza ampliamente para sus operaciones en la región, incluido el Centro de Operaciones Aéreas Combinadas, su centro neurálgico para las operaciones regionales.
El Departamento de Estado, que supervisa las ventas militares extranjeras, se negó a comentar la cuestión, citando la antigua política de no comentar públicamente las propuestas de ventas o transferencias de defensa hasta que el Congreso haya sido notificado formalmente.
La frustración de los qataríes se ve incrementada por el hecho de que el Departamento de Estado ha aprobado solicitudes similares de otros aliados, como los Emiratos Árabes Unidos.
Los datos del Departamento de Estado muestran que Qatar, aliado clave durante la retirada de Estados Unidos de Afganistán acogiendo a los evacuados y actuando como interlocutor con los talibanes, es el segundo mayor comprador de material militar estadounidense a través de su programa de ventas militares al extranjero.
Se espera que este asunto ocupe un lugar destacado en la agenda del emir qatarí, el jeque Tamim bin Hamad al-Thani, durante su visita a la Casa Blanca el próximo mes.
Algunos expertos externos, así como funcionarios estadounidenses y qataríes, creen que los países del Golfo desempeñarán un papel vital para Estados Unidos a la hora de enfrentarse a la competencia de China y de ayudarle a preservar su influencia en la región del Golfo a pesar de su retirada militar, especialmente en la región del Indo-Pacífico.
Después de Arabia Saudita, Doha es también el segundo mayor comprador de equipo militar estadounidense, con más de 26.000 millones de dólares en compras propuestas a través del programa de ventas militares extranjeras de Washington.
Según el Departamento de Estado de EE. UU., Algunas de las ventas incluyen sistemas integrados de defensa aérea y antimisiles, radar y aviones de combate F-15QA de nivel avanzado.
En un esfuerzo por alinearse con los intereses de Estados Unidos, Qatar rechazó en 2018 las propuestas de China para estrechar la cooperación.