Regresan a Bélgica los aviones F-16AM del componente aéreo destacados en Irak.

Tras un primer despliegue entre septiembre de 2014 y junio de 2015, seguido de un período de descanso para proteger a pilotos y aeronaves, Bélgica reasignó un año más tarde seis F-16AM de su Componente Aéreo, desde la base aérea belga de Kleine-Brogel (noreste del país) hasta la base Al-Azraq en Jordania.

Desde entonces, y hasta su regreso a Bélgica el 26 de diciembre de 2017, los aviadores belgas han realizado continuamente misiones de apoyo aéreo cercano en beneficio de las fuerzas de seguridad iraquíes y las Fuerzas Especiales occidentales, así como ataques aéreos contra los objetivos previstos de la organización del Estado Islámico, en Iraq y en Siria.

Pero dieciocho meses después, los cuatro F-16AM de la operación belga Desert Falcon, integrados en la coalición internacional Inherent Resolve, han regresado a su base de Kleine-Brogel, siendo recibidos por el Ministro belga de Defensa, Steven Vandeput, y el comandante del Componente Aéreo, General-Aviador Mayor Frederick Vansina.

Durante la ceremonia, el comandante del componente aéreo, el general de división, Frederik Vansina, declaró que sus pilotos habían realizado 6.080 horas de vuelo, lanzando 675 bombas durante los dieciocho meses y se  llevaron a cabo 605 misiones con al menos dos aviones en cada misión, o 1.235 salidas.

Inicialmente, se esperaba que el despliegue de los F-16AM durara sólo un año, mientras que la Real Fuerza Aérea de los Países Bajos (RNAF) debería haber asegurado la sucesión después de la operación. Pero esta operación se prolongó debido a la incapacidad de los holandeses para poder cumplir esta función. De hecho, el RNAF está actualmente en pleno cambio con el entrenamiento de sus pilotos en los F-35A Lightning II, lo que complica la realización de operaciones externas.

F-16AM belga.

Recordemos que, en el marco de un acuerdo alcanzado hace dos años entre Bruselas y Amsterdam, Bélgica y los Países Bajos se turnan para mantener un destacamento aéreo. Este sistema se puso en marcha para reducir los costes asociados con este escenario de operaciones, y poder continuar entrenando a los aviadores en Europa, garantizando un periodo de descanso necesario entre las misiones. La nación que no proporciona aviones garantiza la protección del destacamento aéreo aliado con comandos basados en tierra.

Sin embargo, para hacer frente a esta situación, Bélgica también había reducido el ritmo de sus operaciones, pasando de 400 a 250 horas de vuelo mensuales y la disminución de su fuerza de trabajo con la retirada de dos F-16AM, y una docena de soldados.

La retirada de los F-16AM belgas se verá compensada esta vez por la llegada de un destacamento de F-16AM holandeses, que llegará a una zona que habrá cambiado especialmente desde su despliegue anterior. De hecho, en los últimos meses, la recuperación de las principales ciudades iraquíes y el significativo declive de la organización del Estado Islámico en todos los frentes han provocado, entre otras cosas, una disminución en el ritmo de los ataques aéreos.

Además, Bélgica continúa sus esfuerzos en la operación Resolución Inherente con el compromiso de unos cincuenta soldados en el territorio iraquí para el entrenamiento del ejército local y el envío de varios oficiales de enlace a la sede central del Centro de Operaciones Aéreas Combinadas (CAOC) en la base aérea de Al Udeid, en Qatar.

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