Rusia lanza la cifra récord de 188 drones Shahed en un ataque de saturación contra Ucrania.

En la noche del martes 26 de noviembre, Rusia llevó a cabo su mayor ataque con drones desde el inicio de su ofensiva en Ucrania, lanzando 188 drones Shahed junto con cuatro misiles balísticos Iskander-M. Este asalto sin precedentes representa una escalada significativa en las operaciones aéreas rusas, destacando una estrategia militar dirigida a abrumar las defensas aéreas ucranianas y a agotar gradualmente los recursos del adversario.

En el centro de esta operación se encontraban los drones Shahed-136, diseñados inicialmente en Irán y producidos internamente en Rusia bajo la designación Geran-2. Estas municiones merodeadoras, con un alcance de hasta 2.500 kilómetros, llevan cargas explosivas moderadas suficientes para dañar infraestructuras críticas. Operan a bajas altitudes y velocidades moderadas, y aprovechan los puntos débiles de los sistemas de radar convencionales. Con un coste de producción estimado en unos 20.000 dólares, estos drones representan un medio rentable y eficaz de realizar ataques repetidos a gran escala.

Como complemento de los drones, Rusia empleó misiles balísticos Iskander-M capaces de alcanzar objetivos a más de 500 kilómetros de distancia con gran precisión. Estos misiles hipersónicos, que vuelan a gran altura, suponen un importante desafío para los modernos sistemas de defensa antiaérea. A diferencia de los drones, los misiles Iskander-M suelen reservarse para ataques estratégicos contra posiciones fortificadas o infraestructuras vitales.

Esta combinación de drones y misiles en una sola operación refleja una sofisticada planificación táctica, cuyo objetivo es abrumar las defensas enemigas al tiempo que se maximizan los daños infligidos.

El asalto del 26 de noviembre muestra un enfoque militar ruso centrado en la saturación del espacio aéreo. El despliegue simultáneo de 188 drones crea un efecto de masa diseñado para abrumar los sistemas de defensa aérea ucranianos. Cada interceptación exige recursos caros y limitados, como misiles de los sistemas NASAMS o Patriot. Al llevar a cabo este tipo de operaciones a gran escala, Rusia pretende agotar el arsenal ucraniano de misiles tierra-aire, reduciendo su capacidad para contrarrestar amenazas más avanzadas, como los misiles balísticos.

Además, la producción nacional de drones Shahed permite a Rusia mantener un alto ritmo de ataques de bajo coste. Se estima que Moscú puede producir más de 1.000 unidades al mes, garantizando un suministro constante para ofensivas continuas.

Los principales objetivos de estos ataques -las infraestructuras energéticas de Ucrania- desempeñan un papel fundamental en esta estrategia. Atacar instalaciones clave a medida que se acerca el invierno pretende perturbar las capacidades logísticas y operativas de Ucrania. Sin embargo, aunque los ataques pueden causar daños significativos, su impacto inmediato en los resultados militares sigue siendo incierto.

El ataque pone de manifiesto las limitaciones de los sistemas de defensa aérea de Ucrania para contrarrestar amenazas masivas y diversas. Durante esta operación, sólo se interceptaron 76 de las 188 municiones merodeadoras, mientras que una parte de los drones fue desviada utilizando medidas de guerra electrónica. Estas cifras revelan la eficacia parcial de las defensas ucranianas, que siguen siendo insuficientes para neutralizar la totalidad de la amenaza.

Los sistemas modernos, como NASAMS, IRIS-T y Patriot, son eficaces contra determinados tipos de amenazas, pero no están optimizados para hacer frente a ataques de saturación con cientos de objetivos simultáneos. Además, el limitado despliegue geográfico de estos sistemas deja algunas zonas expuestas, sobre todo en las regiones más alejadas de las líneas del frente.

Los misiles balísticos, como el Iskander-M, presentan un reto aún más complejo. Sus velocidades hipersónicas y sus trayectorias casi invulnerables dificultan enormemente su interceptación. Ninguno de los cuatro misiles lanzados durante este ataque fue interceptado, lo que subraya la necesidad de que Ucrania adquiera sistemas especializados como THAAD o Aegis para contrarrestar eficazmente este tipo de amenazas.

A pesar de estos retos, las fuerzas ucranianas están desarrollando respuestas innovadoras para mitigar el impacto de los ataques de drones. Una táctica emergente consiste en utilizar sistemas de guerra electrónica para interrumpir las señales GPS de los drones Shahed, haciendo que se desvíen de su trayectoria prevista y, en algunos casos, regresen a territorio ruso o bielorruso. Aunque eficaz en algunos casos, este enfoque no es una solución global y requiere más recursos para ampliar su aplicación.

Paralelamente, Ucrania está mejorando sus capacidades cinéticas, desplegando sistemas de artillería antiaérea y utilizando cazas MiG-29 equipados con misiles aire-aire. Sin embargo, estos medios siguen siendo limitados tanto en número como en eficacia frente a ataques a gran escala.

El despliegue récord de drones Shahed y misiles Iskander-M marca una evolución significativa en la doctrina militar rusa. Combinando armas de bajo coste con sistemas avanzados en ataques coordinados, Rusia explota los puntos débiles de las defensas ucranianas al tiempo que preserva sus activos estratégicos para futuras operaciones. Este enfoque permite a Moscú mantener una presión constante sobre Ucrania, tanto militar como operativamente.

Sin embargo, esta estrategia depende de la capacidad de Rusia para mantener altos índices de producción de drones y misiles. Si la industria de defensa rusa alcanzara sus objetivos, la frecuencia e intensidad de estos ataques podría aumentar aún más, planteando retos adicionales a Kiev y sus aliados.

Las prioridades de Ucrania incluyen la adquisición de sistemas de defensa aérea adicionales y el desarrollo de soluciones asimétricas para contrarrestar los drones y misiles. La coordinación con los socios occidentales será crucial para subsanar las deficiencias existentes, especialmente en la lucha contra las amenazas de misiles balísticos.

Este ataque también subraya la creciente importancia de las tecnologías de guerra electrónica y neutralización no cinética en los conflictos modernos. Mientras ambos bandos siguen perfeccionando sus capacidades, la guerra en Ucrania entra en una nueva fase en la que la superioridad tecnológica puede resultar decisiva.

Rudis04ARG

6 thoughts on “Rusia lanza la cifra récord de 188 drones Shahed en un ataque de saturación contra Ucrania.

  • el 28 noviembre, 2024 a las 13:20
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    Son interceptados por las ametralladoras pesadas de 12,7mm
    alcance 1,5km, en posiciones fijas o sobre pick up.

    Otras opciones con mas posiblidades de impacto, por ser mas rapidas de apuntar y con mayor cadencia:

    La vieja MG42 capaz de 1.200 dpm y usando la municion original 8x57mm que es mas potente y con mas alcance que el 7,62mm y se siguen fabricando modernizadas en Serbia.

    Nuevas MG42 recamaradas 8.6mm que tiene un alcance de 1.5km
    hay nuevos modelos fabricados en USA

    Nuevas MG42 recamaradas 9.5mm que tiene un alcance de 3 km
    los mismos modelos con el receptor alargado y el 9.5mm es 0.375 Chey Tac que es usado por ambos bandos.

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  • el 29 noviembre, 2024 a las 01:54
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    Los orcos dedicados al Mal, en vez de dedicarse a vivir mejor, a hacer negocios, a progresar, no, dedican todos sus recursos a fabricar armas y a matar gente propia y ajena. Un pais de psicopatas.

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    • el 29 noviembre, 2024 a las 12:14
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      JUANPZ, se te escapa un pequeño detalle y es qué si los rusos son «orcos», entonces también lo son los ucranianos al ser de la misma raza, cultura, escritura (cirílica), religión e idioma extremadamente parecidos (ya sabes, ambos mayoritariamente son eslavos y cristianos ortodoxos, aunque también tienen otras minorías raciales y otros de religión musukmana).
      MANN, la munición empleada en la MG-42 originaria era de 7,92 mm, no de 8 mm. Por otro lado no es tan simple hacerlo como tú dices dado que habría que abrir nuevas líneas de producción para un nueva munición (con lo que eso supone en la logística) y rediseñar todo el mecanismo de la MG-3 (última versión de la MG-42) debido al nuevo cartucho y las presiones internas a soportar en la recámara, lo cual requeriría además una nueva maquinaria para su fabricación. Si te parece mejor la dejamos en el calibre actual, es decir, el 7,62×51 mm.

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      • el 30 noviembre, 2024 a las 00:03
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        Mann, y que tendrá que ver que sean parecidos, menuda argumentación, tú te llevas bien con todos de tu familia.
        Tendrán orígenes parecidos, se llamarán igual, Tendrán la misma religión, pero algunos son unos HDLGP ,y otros no tanto.
        A que puedes ver la diferencia?
        Lo realmente impresionante, es leer estas cosas…

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  • el 29 noviembre, 2024 a las 15:16
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    El gobierno ruso ha aprobado dedicar un tercio de sus presupuestos del estado a la industria militar, tarde o temprano eso le pasará factura a la calidad de vida y a la prestación de servicios publicos como la sanidad. Supongo que a Putin y sus amigos del KGB, ésto les trae al pairo y fué la causa del colapso de la URSS, no aprenden

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  • el 30 noviembre, 2024 a las 15:44
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    El problema de Putin es aprovechar la ventana de tiempo que se abre hasta que Trump como presidente tenga que hacer algo. A partir de ahí es imprevisible saber si ante la ofensiva rusa no hará nada o se lo tomará como una afrenta y dará más ayuda a Ucrania. Estratégicamente Rusia ha avanzado la frontera de la OTAN y su economía depende mucho de los chinos, que han reemplazado a los occidentales como proveedores. China es además el primer cliente del gas y petróleo rusos. Está claro quien manda en Rusia. Derribar drones con ametralladoras es posible pero requeriría desplegar miles de soldados que Ucrania no tiene. Necesitan defensas antiaéreas y sistemas antidrones. Habría que saber si los observadores israelíes aprovecharon las lecciones del empleo en Ucrania de sus medios antidrones ( lo único que aceptaron vender a Ucrania). El envío de misiles HAWK a Ucrania de puede ser un parche. Una actualización del Chaparral que emplee AIM-9X podría ser otro parche,pero si no se h a hecho algo debe haber. Quizás la media docena de Super Tucano que EEUU tiene podrían equiparse para caza nocturna de drones y cederse a Ucrania. Ya los S-300 y BUK para Ucrania creo que se han descartado, una vez ya no queda ningun país que los quiera seguir enviando a Ucrania de tapadillo. Los NASAMS, IRIS y Patriot llegan con cuentagotas. Nadie quiere deshacerse de sus baterías SAM, y solo Israel podría hacerlo entregando sus Patriot almacenados. Asi que aparte de juntar misiles occidentales con radares rusos como se está haciendo habrá que buscar debajo de las piedras equipos que estén almacenados pero todavía recuperables.

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