Suecia planea albergar armas nucleares en su suelo… pero sólo en caso de guerra.
Durante los últimos ochenta años, Suecia ha tenido una actitud ambivalente hacia las armas nucleares. Tras la Segunda Guerra Mundial, Estocolmo se interesó mucho por las armas atómicas, que Estados Unidos acababa de utilizar en Hiroshima y Nagasaki, y encargó al recién creado Instituto de Investigación para la Defensa [FOA – Försvarets forskningsanstalt] que elaborara un programa para adquirirlas como parte de su política de «libertad de acción».
Pero en 1957, basándose en un estudio del FOA en el que se detallaba todo lo necesario para fabricarlas, el Estado Mayor sueco [ÖB – Överbefälhavaren] manifestó claramente su intención de adquirir armas nucleares tácticas basadas en plutonio. Como país no alineado, Suecia no podía acogerse a ninguna protección de Estados Unidos en el marco de la OTAN. De ahí esta decisión.
Sin embargo, el proyecto no llegó a materializarse por al menos tres razones: la dificultad de obtener plutonio, la presión estadounidense y, sobre todo, la falta de apoyo de una opinión pública influida por ideologías antinucleares. El programa se abandonó en los años sesenta y Estocolmo firmó el Tratado de No Proliferación [TNP] en 1968, antes de desmantelar su infraestructura nuclear militar.
Sin embargo, al mismo tiempo, el jefe de la diplomacia sueca entre 1945 y 1962, Östen Undén, que también era miembro del ala más izquierdista del Partido Socialdemócrata, hizo campaña contra las armas nucleares, por considerar que una «bomba sueca» sería percibida como una amenaza por la Unión Soviética. Incluso llegó a presentar un plan a las Naciones Unidas para pedir a los países que aún no poseían este tipo de armas que se abstuvieran de adquirirlas.
Esta ambivalencia se ha vuelto a demostrar recientemente. En 2019, Suecia se negó a firmar el Tratado de las Naciones Unidas sobre la Prohibición de las Armas Nucleares… pero lanzó la llamada Iniciativa de Estocolmo para el Desarme Nuclear, junto con otros quince países, entre ellos Alemania y los Países Bajos, dos países que, sin embargo, albergan armas nucleares estadounidenses en su suelo como parte de la OTAN.
Sin embargo, la guerra de Ucrania cambió todo eso. Al igual que Finlandia, Suecia acabó abandonando su neutralidad para entrar en la OTAN. En diciembre de 2023, al igual que Finlandia y Noruega antes que ella, el país firmó un acuerdo con Estados Unidos para facilitar el acceso de las fuerzas estadounidenses a las bases suecas y otros cuarteles. También prevé el posible «preposicionamiento» de armas estadounidenses y el apoyo militar de Washington si «la situación de seguridad lo requiere».
Está previsto que el Parlamento sueco [Riksdag] apruebe el acuerdo en junio. Sin embargo, a diferencia de Finlandia y Noruega, el acuerdo no prohíbe explícitamente el posible despliegue de armas nucleares en Suecia. De hecho, no se menciona tal posibilidad, lo que lo deja abierto a la interpretación… y da pie a la controversia.
En noviembre de 2022, el jefe del Estado Mayor de la Defensa sueco, el general Micael Byden, declaró que no tendría «ninguna reserva» sobre el hipotético despliegue de armas nucleares en su país. «Mi consejo es muy claro: a priori, sin reservas. Poner candados incluso antes de convertirse en miembro [de la OTAN] sólo crea obstáculos y fricciones. Corresponderá entonces a las autoridades políticas tomar las decisiones necesarias», declaró.
El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, acaba de posicionarse, a pesar de que las armas nucleares están prohibidas en Suecia en tiempos de paz.
Sin embargo, «en tiempos de guerra, es una cuestión completamente diferente, dependería totalmente de lo que ocurriera», declaró Kristersson en SR AB, la radio pública sueca, el 13 de mayo. «En el peor de los casos, los países democráticos de nuestra parte del mundo deben poder defenderse de países que podrían amenazarnos con armas nucleares», añadió.
Sin embargo, una decisión de este tipo, en caso de tomarse, sería competencia exclusiva de Suecia, «y no de Estados Unidos, porque Suecia decide por el territorio sueco», insistió Kristersson. «Pero el objetivo de nuestra pertenencia a la OTAN y de nuestra defensa es garantizar que no se produzca esta situación», concluyó.
Cabe señalar que el jefe del Gobierno sueco no mencionó el debate que el presidente Macron desearía que se produjera sobre la defensa en Europa. Un debate en el que se discutiría la contribución de la disuasión nuclear de Francia.
Laurent Lagneau
Esta noticia demuestra la gravedad de la situación geoestratégica de un país que incluso en la Segunda Guerra Mundial logró mantenerse neutral y eludir la agresión de Hitler. Ahora vladimiro sustituye a Adolf en el roll belicista en Europa y hasta la mísmisima Suecia no se opondría a aceptar armamento nuclear en su territorio en caso de confrontación directa con una Rusia totalitaria. Vladimiro haciendo amigos.
Ahora butin esta haciendo amigos en el hemisferio sur. Descubrieron petroleo en la Antartida y parece que quieren explotarlo. Creo que haran mas que eso, pretenderan adueñarese del territorio que contiene el yacimiento.
Algunos dicen que hay legislacion que establece que la Antartida debe mantenerse impoluta y que es un territorio multinacional pero a butin le importa un comino eso. Armara un conflicto tambien aqui abajo. Sin contar que hay paises que creen ser dueños de parte de la Antartida, como Argentina y Chile, por el barato recurso de proyectar los meridianos que pasan por sus extremos Este y Oeste hacia el territorio antartico, de donde resultarian sendas tajadas triangulares. Pero hasta ahora todas esas pretensiones habian quedado en suspenso por el bien de la convivencia pero llegaron los rusos a romper ese amable equilibrio.
Esos salvajes orcos ya son un problema mundial.