Suecia se acerca a la adjudicación del contrato del GlobalEye.
Estocolmo ha dado un paso importante hacia el pedido de aviones de vigilancia GlobalEye para reemplazar su actual par de aviones de alerta temprana aerotransportada Erieye basados en el Saab 340.
«Suecia se ha preparado para poder adquirir el GlobalEye. Todavía no tenemos un contrato firmado, pero ya han anunciado que les gustaría seguir este camino», declaraba el director ejecutivo de Saab, Micael Johansson, durante una sesión informativa sobre los resultados del tercer trimestre el 27 de octubre.
Suecia podría necesitar un par de aviones de vigilancia basados en aviones de negocios.
Las fuerzas aéreas suecas ya han expresado su interés en utilizar el GlobalEye basado en el Bombardier Global 6000 para satisfacer sus futuras necesidades de vigilancia aérea. Un pedido de Estocolmo representaría un segundo éxito para el producto, ya que los Emiratos Árabes Unidos ya han recibido tres de sus cinco ejemplares encargados.
No hay detalles disponibles sobre cuántos GlobalEyes está interesada Estocolmo en comprar, o cuándo podría querer que el tipo entre en servicio, pero Johansson dice: «Mirando a Suecia y Finlandia, supongo que será similar». Saab ha ofrecido a Helsinki dos de los aviones de negocios fuertemente adaptados junto con 64 cazas Gripen E como parte de su presentación al programa HX.
«Dado que tenemos un producto finalizado, un contrato [sueco] podría ser bastante rápido, pero depende del cliente. Estamos preparados para hacerlo muy rápidamente cuando tengan la decisión [del gobierno]», afirma.
En cuanto a sus otras perspectivas de venta a corto plazo, Johansson afirma: «En los próximos seis meses, espero que conozcamos el resultado tanto de Finlandia como de Canadá, en lo que respecta a las adquisiciones de cazas». La necesidad de Ottawa es de unos 88 aviones.
Mientras tanto, Johansson afirma que la apertura a mediados de octubre de una planta de producción de Saab en Estados Unidos, en West Lafayette (Indiana), supone «un paso importante en su expansión internacional». En esta planta se fabricarán secciones de fuselaje de popa para el avión de entrenamiento avanzado T-7A Red Hawk, desarrollado conjuntamente por la empresa y Boeing.
A mediados de septiembre, Saab envió su tercera sección de fuselaje de popa desde Linkoping (Suecia) para apoyar la actual fase de ingeniería, fabricación y desarrollo del programa T-7A. La empresa señala que su primera estructura de este tipo fue acoplada por Boeing al fuselaje delantero del avión en tan sólo 30 minutos.
Las Fuerzas Aéreas de EE.UU. tienen previsto adquirir 351 ejemplares del T-7A para sustituir parte de su flota de aviones de entrenamiento Northrop T-38. Johansson afirma que Boeing y Saab esperan que la decisión de producción denominada «Milestone C» se tome en «otoño de 2022».
Mientras tanto, Saab ya está haciendo progresos en el marco de su reciente compromiso de reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, y de alcanzar el estatus de neto cero para 2050. Johansson dice que se ha registrado una reducción del 15% durante las actividades de la empresa en lo que va de 2021.
Graig Hoyle