Tailandia aplaza los planes de compra de submarinos de ataque.
El ministro de Defensa, Sutin Klungsang, dice que el acuerdo está suspendido, no cancelado.
El ministro de Defensa tailandés, Sutin Klungsang, ha anunciado que Tailandia suspende la compra de un submarino de ataque diésel-eléctrico S26T de fabricación china, y que el Gobierno acepta la propuesta de la Marina Real Tailandesa de adquirir en su lugar una fragata china con los fondos asignados al submarino.
Sutin dijo que estaba dispuesto a explicar los motivos del cambio de planes a la Comisión de Asuntos Militares de la Cámara de Representantes, explicando que la cooperación estratégica y los lazos comerciales entre China y Tailandia fueron factores que contribuyeron a la decisión de modificar los planes en lugar de cancelar el acuerdo. Defendió el aumento de 1.000 millones de baht en los costes provocado por el cambio, afirmando que el coste de 17.000 millones de baht (466,27 millones de dólares) para adquirir la fragata era la «mejor salida».
El lunes, cuando anunció la suspensión de la adquisición del submarino, Sutin insistió en que el proyecto no se había desechado y, durante una visita al cuartel general de la Marina Real Tailandesa, afirmó que se reanudaría «cuando el país esté preparado».
El programa del submarino tailandés se ha estancado debido a la negativa de Alemania a exportar el motor MTU 396 destinado a propulsar el submarino, alegando Berlín el cumplimiento de un embargo de la Unión Europea sobre exportaciones de armas a China vigente desde la masacre de la plaza de Tiananmen de 1989.
Aunque el anterior jefe de la Marina Real Tailandesa, el almirante Choeingchai Chomchoengpaet, aprobó un plan para utilizar el motor CHD620 de fabricación china como alternativa al motor MTU tras recibir garantías adicionales de rendimiento por parte de China el mes pasado, el nuevo gobierno tailandés no aceptó la propuesta de seguir adelante con el CHD620. En su lugar, solicitó a la Marina que propusiera alternativas a la adquisición del submarino. La Marina propuso la compra de una fragata o de un patrullero de alta mar como alternativas al submarino, y el gobierno optó por la fragata.
El programa S26T
La Marina Real Tailandesa anunció su intención de adquirir tres submarinos de ataque en 2015, seleccionando una variante de exportación modificada de los submarinos de ataque chinos de la clase Yuan. El diseño del S26T, de 2.550 toneladas y 77,7 metros de eslora, cuenta con un sistema de propulsión independiente del aire de tipo Stirling, además del motor diésel MTU 396, que proporciona una autonomía en el mar de hasta 65 días con un uso mixto de los sistemas diésel-eléctrico y AIP convencionales.
En mayo de 2017 se firmó un contrato de gobierno a gobierno por valor de 390 millones de dólares para el primer submarino, cuyo acero se cortó el 4 de septiembre de 2018. El submarino debería haber estado terminado el mes pasado, pero su fecha de finalización se ha retrasado hasta abril de 2024, y los constructores China Shipbuilding and Offshore International Company achacan el retraso al impacto de COVID-19.
Las solicitudes de financiación de los dos submarinos restantes presentadas por la Armada desde 2020 no han sido aprobadas hasta la fecha, y los legisladores cuestionan la necesidad del programa mientras la economía tailandesa se recupera de los efectos de la pandemia del COVID-19.
Se está construyendo otra variante de exportación de la clase Yuan para la Armada de Pakistán como submarinos de la clase Hangor.
Albert Lee
Paulatinamente la industria de armamentos de China empieza a encontrar un lugar en el mercado de armas internacional, incluyendo el exclusivo sector de los submarinos. La negativa alemana a entregar el motor MTU implica dos cosas: por un lado, que China aún depende de insumos externos de alta gama para ciertos productos militares. Esto no implica que China no posea un reemplazo eficiente, pero la presencia de los motores alemanes garantiza la calidad en un tipo de buque en el que cualquier falla de sistema puede ser fatal. La falta de este motor en el S-26T es un factor primordial para la negativa de su compra por parte de Tailandia (que no posee experiencia en este tipo de buques) y su cambio por una fragata.
(2): Lo segundo es que Alemania utiliza el argumento de la sanción -que impide la exportación a China- para evitar que Pekín crezca y se expanda en el mercado de los submarinos convencionales, en el que Berlín es dominante. Esta estrategia ha comenzado a tener éxito. Los motores para los submarinos pakistaníes ya habían sido entregados a China antes del embargo.
Mientras la RPCH no produzca motores propios de calidad no podrá competir o dejar de depender de Alemania, éste país es históricamente famoso x sus submarinos que hicieron estragos en la segunda guerra mundial incluso frente a las costas norteamericas