Ucrania pide a la Casa Blanca que levante la prohibición de utilizar armas para atacar a Rusia.

Mientras el secretario de Estado Anthony Blinken tocaba la guitarra en Kiev, como parte de un viaje para anunciar otra ronda de apoyo armamentístico, varios funcionarios del gobierno ucraniano se reunían con legisladores en Washington para presionar a la Casa Blanca para que elimine las restricciones sobre la forma en que Ucrania utiliza las armas estadounidenses, en particular los misiles ATACMS de largo alcance ya que esa política  les ha imp atacar posiciones rusas mientras se preparaban para su gran marcha hacia Járkov.

La semana pasada, decenas de miles de tropas rusas cruzaron la frontera en el noreste de Ucrania en un asalto que los funcionarios de inteligencia ucranianos habían estado anticipando durante meses. Los rusos están chocando contra unidades ucranianas sobrecargadas y hambrientas de equipo que están cediendo terreno a medida que se reagrupan.

Rusia es muy consciente de esta limitación y pudo concentrar al menos 30.000 tropas y equipos en la frontera sin temor a ser alcanzada por los sistemas de misiles tácticos del ejército de largo alcance suministrados por Estados Unidos, que Ucrania ha utilizado con efectos devastadores contra las tropas rusas en el interior de Ucrania.

A pesar de la reciente aprobación de un paquete de seguridad suplementario, que ha hecho llegar al frente municiones que se necesitan desesperadamente, los ucranianos prevén unos meses muy duros. Rusia está cambiando rápidamente de táctica y persigue objetivos más grandes con menos moderación.

«Los rusos han cambiado de estrategia. Antes trataban de ocupar [ciudades y pueblos]. Ahora están literalmente arrasando ciudades», declaró Oleksandra Ustinova, diputada ucraniana, a los periodistas reunidos en el German Marshall Fund.

Rusia utiliza ahora más bombas de planeo FAB-1500, bombas de 1,5 toneladas que se despliegan desde aviones SU a una distancia de entre 50 y 60 kilómetros de su objetivo. «Lo destruyen todo», dijo Ustinova, señalando la devastación de Mariupol como ejemplo de lo que está ocurriendo en Kharkiv y podría ocurrir en otras ciudades de Ucrania. Y el éxito de Ucrania a la hora de interceptar misiles está disminuyendo. 

En los próximos meses, los ucranianos también esperan que Rusia amplíe el alcance de su invasión para incluir más objetivos económicos.

«El objetivo es atacar las líneas eléctricas. Si hay menos electricidad, habrá menos producción e industrias trabajando. Por tanto, menos impuestos, lo que significa menos PIB. Menos salarios, por lo que no podremos pagar a los militares», afirmó David Arahamiya, también diputado.

Para defenderse de esos ataques, dijeron los funcionarios, Ucrania necesita tres cosas que no está consiguiendo: Misiles Patriots, pilotos de F-16 y un levantamiento de las restricciones que les permitirían utilizar armas suministradas por Estados Unidos para atacar objetivos en Rusia.

«Ahora mismo tenemos tres sistemas Patriot. El cuarto está en camino, ninguno de ellos procedente de Estados Unidos», dijo Ustinova.

Estados Unidos está muy preocupado por el mantenimiento de los suministros de misiles para las baterías Patriot, sobre todo teniendo en cuenta el rápido aumento de las peticiones israelíes de más misiles. «Se van a acumular los pedidos de baterías de misiles Patriot», dijo Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, en abril.

Ucrania también necesita más entrenamiento para los pilotos de F-16, que pueden derribar aviones rusos y bombas planeadoras, dijeron los funcionarios.

Estados Unidos espera haber entrenado alrededor de un escuadrón de pilotos ucranianos de F-16 para finales de verano, según dijo un funcionario estadounidense con conocimiento directo de los esfuerzos de entrenamiento de Estados Unidos. Pero el funcionario dijo que la escasez de pilotos ucranianos que puedan hablar suficiente inglés ha sido un factor limitante.

Sin embargo, los funcionarios ucranianos rebatieron esa premisa, afirmando que tienen pilotos más que suficientes que han aprobado los exámenes de inglés. Pero se les informó que la principal instalación para la formación de pilotos extranjeros, la Base Morris de la Guardia Nacional Aérea en Tucson, Arizona, no tenía suficientes plazas disponibles.

«Se los llevaron otros países o el ejército estadounidense», dijo Ustinova, que señaló que los pilotos estadounidenses podrían entrenarse en otro lugar.

Pero quizá lo más importante que podría hacer Estados Unidos para ayudar a Ucrania a defenderse mejor de la próxima embestida rusa es levantar las restricciones que ha impuesto a Ucrania por utilizar armas suministradas por Estados Unidos para atacar dentro de territorio ruso.

La Casa Blanca insiste desde hace tiempo en que la ayuda militar que Estados Unidos proporciona a Ucrania no debe utilizarse para atacar objetivos al otro lado de la frontera rusa. Los ucranianos argumentan que Rusia ha adaptado sus vulnerables líneas de suministro en torno a esa realidad.

«El principal problema es la política de la Casa Blanca de limitar nuestras capacidades para que no podamos utilizar las armas que tenemos en nuestro poder, porque [algunos objetivos clave de suministro] están muy, muy cerca de la frontera rusa», dijo Arahamiya.

Esto permite a Rusia atacar ciudades clave con impunidad, afirmaron.

«Tenemos una enorme posibilidad de perder grandes ciudades y la región porque [los rusos] conocen esta restricción y la utilizan a su favor», afirmó Ustinova.

Señaló que otros países, como Israel, no se enfrentan actualmente a restricciones similares contra los palestinos.

Patrick Tucker