Un ejecutivo de TAI afirma que se entregarán 20 cazas turcos KAAN en 2028.
Tan solo una semana después del segundo vuelo de prueba del caza KAAN de producción nacional, el director general de Turkish Aerospace Industries ha anunciado que la empresa espera entregar 20 aviones de aquí a 2028, y hace grandes afirmaciones sobre sus capacidades.
“Este avión es mejor que el F-35”, dijo Temel Kotil durante un acto en Ankara, según el Turkiye Newspaper. “El F-35 lleva seis toneladas; éste lleva 10 toneladas de munición. Tiene dos motores en comparación con el motor único del F-35. Tener dos motores significa más energía y radares que iluminan una mayor distancia”.
Tales afirmaciones son, evidentemente, difíciles de probar, y vienen acompañadas de mucho trasfondo nacionalista. Turquía formó parte del programa del avión F-35 liderado por Lockheed Martin y empresas turcas produjeron partes de la aeronave, pero en 2019 Estados Unidos suspendió la participación de Turquía por la compra por parte de Ankara de los sistemas de defensa antiaérea rusos S-400, para enfado del Gobierno de Erdogan.
La expulsión del F-35 ha dado lugar a un mayor énfasis en el desarrollo y la producción del diseño KAAN, que completó con éxito su vuelo inaugural en febrero de 2024.
“Entregaremos 20 aviones KAAN en el año 2028. Entregaremos muchos más entre 2030 y 2033, y la flota turca estará compuesta por cientos de aviones KAAN”, declaró Kotil. Añadió que TAI también está fabricando el motor y que esperaba hacer volar los aviones con motores locales entre 2028 y 2029.
Can Kasapoglu, experto turco en defensa y miembro del Hudson Institute, declaró a principios de este año que la filosofía de diseño de KAAN ha evolucionado con el tiempo.
“KAAN, el antiguo TF-X, se planeó en su día como un activo de superioridad aérea. Ahora se está convirtiendo en un avión polivalente”, dijo Kasapoğlu.
El reto al que se enfrenta Turquía con sus esfuerzos de defensa autóctonos es el coste. Incluso países como Estados Unidos y China buscan exportaciones de defensa para ayudar a sufragar los costes unitarios, algo especialmente vital para un país con una tasa de inflación monetaria como Turquía.
Para KAAN, dijo Kasapoğlu, Turquía tendrá que buscar oportunidades de exportación para evitar que el coste unitario “se dispare”. Uno de los primeros adaptadores, al menos sobre el papel, ya ha levantado la mano: En julio de 2023, durante una exposición nacional de defensa, Azerbaiyán se unió a Turquía en su programa de aviones de combate de quinta generación en un movimiento descrito por Erdogan como una “nueva señal de solidaridad entre los dos países.” (Turquía ha identificado a Pakistán como otro socio potencial.
“Producir todos los sistemas no es financieramente viable. Aunque Turquía intenta que su industria de defensa sea sostenible a través de las exportaciones, la cooperación internacional ofrece otra vía para mantener este crecimiento. Sin embargo, participar en la cooperación internacional se hace a expensas de la autarquía, y esta compensación puede presentar opciones muy difíciles”, sostiene un informe del IISS publicado a principios de este mes.
Agnes Helou
Vaya con la maquetita, si vuela y todo…nadie daba un duro por ellos y ahora resulta que han reducido hasta un 20% su dependencia del exterior en materia de defensa, espoleando si producción nacional en todos los campos, había quien los comparaban con los curres iraníes, pero a este paso nos van a dejar en ridículo, si hasta se jubilan con 25 años cotizados sin edad mínima de jubilación, es asombroso lo bien que funcionan algunas autocracias, sera que no tienen tanta corrupción como algunos nos quieren hacer pensar, creo que nos han superado hasta con la sanidad pública, en fin, al final todo cae por su propio peso, feliz distopía.
Muchos de estos comentarios «oficiales» parecen más propaganda y expresiones de deseo que cosas concretas. Lo mejor es actuar a lo Corea del Sur, hablar sobre lo hecho. De todas maneras, es muy loable el esfuerzo que está haciendo Turquía en todos los niveles tecnológicos, imprescindible para lograr que cualquier producto de su cuño se vea lo menos obstaculizado posible de la injerencia externa tanto en la producción, la venta a terceros o la propia operatividad, pasible de ser afectada a embargos y sanciones. Al respecto del Kaan, Turquía ha demostrado que no es solo una maqueta. Basta conocer un poco íntimamente el desarrollo tecnológico militar de Ankara en todos los sectores y rubros, para darse cuenta que está perfectamente preparado para crear un avión avanzado VLO. Existen lagunas de info respecto a temas como podría ser materiales especiales para radares y sistemas de guía de misiles y, en especial, cobertores RAM, quizá para no delatar el verdadero nivel tecnológico o bien, porque aún no existen. No hay dudas que Turquía puede crear una célula VLO avanzada e integrar una gran cantidad de sistemas esenciales de origen nacional y hacer que vuele bien. Pero, el corazón de un avión de combate es su motorización. Turquía no la tiene fácil en este aspecto, aunque luego de evaluar varias alternativas, se ha decidido por utilizar motores estadounidenses GE F110 «de F-16», que seran producidos en Turquía por una JV entre la empresa norteamericana y TUSAS, con un nivel contenido de ToT. Para Washington es buen negocio que el nuevo caza turco -cuyo desarrollo es inevitable- tenga motores que pueda controlar, y mantener ocupado a Ankara con estos propulsores el tiempo suficiente para que, mejoradas sus relaciones, decida abandonar sus otras opciones, más lentas y costosas, que incluyen desarrollos motrices en cooperación con Rolls Royce, con Motor Sich de Ucrania -por el momento inviable- y autóctonos (Turquía ha desarrollado reactores locales, pero de baja potencia, aptos para UAV o aviones de entrenamiento como el Hürjet). Para Turquía también es una buena opción adoptar motores estadounidenses, toda vez que contribuye a mejorar las relaciones entre ambas naciones y permite empezar rápidamente la producción seriada del KAAN (prevista para 2028). De todas maneras, el deseo a largo plazo de Ankara es poder producir su propio motor. Turquía tiene la voluntad política y a la larga lo logrará. A corto plazo el mayor desafío, salvado el aspecto motriz, es convertir a KAAN en un negocio viable financieramente, es decir que, los costos de producción unitario no se disparen más allá de montos razonables y asumibles por el erario turco. Para ello es importante poder conseguir socios inversores -Azerbaiyan ya está incorporado al proyecto- y compradores externos, aunque estos, obviamente, estarán limitados a los intereses estadounidenses, siempre que controlen la provisión de motores. Este es, por el momento, el talón de Aquiles de este gran proyecto turco.