El escuadrón VMA-231 de EE. UU. pone fin al legado del avión de despegue vertical Harrier.
Según la información publicada por el Departamento de Defensa de EE. UU. el 30 de mayo de 2025, el Escuadrón de Ataque 231 de la Infantería de Marina de EE. UU. (VMA-231) realizó su último vuelo del AV-8B Harrier II, un avión de ataque terrestre de despegue y aterrizaje vertical, durante una ceremonia formal en la Estación Aérea del Cuerpo de Marines de Cherry Point, Carolina del Norte.
Este histórico evento ha marcado el último capítulo del servicio de los Harrier en la unidad, mientras el escuadrón se prepara para su desactivación en septiembre de 2025 y su reactivación en 2026 como el Escuadrón de Caza de Ataque de la Infantería de Marina 231 (VMFA-231), operando el avión de combate F-35B Lightning II.
Esta transición no solo representa el fin de una era, sino que también simboliza un importante avance táctico y estratégico para las fuerzas de aviación de la Marina y el Cuerpo de Marines de EE. UU.
El AV-8B Harrier II, con sus capacidades de despegue y aterrizaje verticales y cortos, revolucionó el poder aéreo expedicionario de la Infantería de Marina durante casi cuatro décadas.
Su capacidad para brindar apoyo aéreo cercano de precisión desde ubicaciones austeras e improvisadas sin depender de aeródromos largos y preparados lo convirtió en una pieza clave de las operaciones de las fuerzas de tarea aeroterrestres de la Infantería de Marina.
Sin embargo, la naturaleza cambiante de la competencia entre pares de alto nivel y las amenazas avanzadas de antiacceso/denegación de área (A2/AD) han llevado a la Marina y al Cuerpo de Marines de los EE. UU. a reevaluar sus marcos de aviación táctica.
La sustitución del avión de ataque terrestre AV-8B, por el caza de quinta generación F-35B Lightning II se alinea directamente con las prioridades de modernización del Cuerpo de Marines de los EE. UU., descritas en las estrategias de Diseño de Fuerza 2030 y Operaciones Marítimas Distribuidas (DMO).
El F-35B aporta un sigilo inigualable, fusión de sensores, guerra en red y capacidad de ataque de precisión a las unidades de aviación terrestres y marítimas. Su integración fluida con las redes de combate navales mejora no solo la Fuerza de Tareas Aeroterrestre de la Infantería de Marina (MAGTF), sino también las capacidades de ataque marítimo conjuntas y aliadas.
Tácticamente, el F-35B introduce efectividad en combate multidominio, permitiendo a escuadrones como el VMFA-231 operar en entornos disputados y denegados, recopilando, compartiendo y actuando en base a la inteligencia del campo de batalla en tiempo real.
A diferencia del AV-8B, que era principalmente una plataforma de apoyo aéreo cercano, el F-35B es un recurso versátil capaz de ejecutar misiones de supresión de las defensas aéreas enemigas (SEAD), guerra electrónica y ataques a objetivos de alto valor, todo ello manteniendo una baja observabilidad.
Desde la perspectiva de la modernización naval, la transición al F-35B mejora significativamente la eficacia en combate de los buques de asalto anfibio estadounidenses, como los buques de clase América y Wasp.
Estos buques, al desplegarse con los F-35B de la Infantería de Marina, pueden funcionar como portaaviones de alto rendimiento, ofreciendo una proyección de poder estratégico sin la carga logística de un portaaviones de tamaño completo.
Este cambio amplía la capacidad de la Marina para llevar a cabo operaciones distribuidas e impredecibles en el Indopacífico y otros teatros de operaciones críticos.
Además, a medida que todos los escuadrones restantes de AV-8B de la Infantería de Marina se transformen al F-35B, la interoperabilidad entre las fuerzas conjuntas y aliadas alcanzará nuevas cotas.
La capacidad del Lightning II para comunicarse fluidamente con los F-35C de la Armada, los F-35A de la Fuerza Aérea y los socios de la OTAN garantiza un conocimiento situacional unificado y capacidades de ataque coordinadas, vitales en las operaciones multidominio modernas.
El retiro del AV-8B también reduce la carga de mantenimiento de los sistemas antiguos, lo que permite una asignación más eficiente de recursos hacia la preparación de alta gama y las futuras plataformas de combate.
La activación del VMFA-231 como unidad F-35B refleja una iniciativa del Departamento de Defensa de EE. UU. para posicionar a la aviación de la Marina a la vanguardia de la competencia entre grandes potencias. Refuerza la ambición de la Armada de EE. UU. de mantener el dominio aéreo, proyectar poder desde plataformas marítimas dispersas y mantener una presencia avanzada persistente ante cualquier amenaza.
Rudis03ARG
España debería comprar esos aviones para mantener una buena reservas de piezas. Una pena que los Harriers se vayan retirando
Hay un acuerdo entre usuarios y seguramente alguno llegará para repuestos como ya llegó en el pasado. Pero de poco sirve cuando ya todo el mundo los ha retirado. Lo que hay que hacer es ser claro y que el gobierno diga si habrá F-35B o no. Sobre esa suposición de que se comprará el F-35B la Armada ha hecho sus planes de futuro. El tiempo ya se está acabando y hace falta tiempo para adaptar el JCI y preparar a los pilotos y personal de tierra. La compra será cara. Pero no comprar también, todos los años de inversión irán a la basura.
Una pena que se vayan retirando, como todo en la vida, que la evolución no para, y la mente de las personas, no deberían estancarse, y admitir que no se puede perder el rol de la evolución. Señores hay que disponer de la actualidad, en las Fuerzas Armadas, que es lo que merecen, y basta de derrotismos melancólicos, ha hecho un buen servicio este avión, pero es un crimen estirar el chicle, hay que modernizarse. Verdad que muchos se cambian de coche, cada cierto tiempo, para uno más actual, pues eso, no seamos cínicos y pésimos en los comentarios
España debe adquirir todos los Harriers que pueda para tener un buen nivel de repuestos, o incluso sustituir a algunos de nuestros aparatos porque estén mejor los de los Marines, incluso aumentar el número de aviones activos hasta 16 por ejemplo.