España prepara una modernización de los vehículos de combate de infantería Pizarro del Ejército de Tierra.
El Consejo de Ministros ha autorizado un contrato de 261,8 millones de euros para modernizar los vehículos de combate Pizarro, los más antiguos del Ejército, destinados a la infantería y la caballería. Esta modernización extenderá su vida útil y reducirá la brecha con los modelos más recientes.
La decisión se enmarca en un esfuerzo más amplio por aumentar la preparación operativa, estandarizar las flotas y reforzar la industria nacional. Su importancia radica en que el Pizarro constituye la columna vertebral de las brigadas mecanizadas españolas y su renovación influirá directamente en la capacidad operativa terrestre hasta 2031. Esta noticia forma parte de un paquete más amplio de mejoras en las capacidades y de financiación industrial, según informa Libertad Digital.
El Pizarro, en su configuración VCI/C, es un vehículo de combate de infantería y caballería sobre orugas diseñado para transportar un pelotón blindado, proporcionando fuego directo e información situacional digitalizada. La modernización de media vida se centrará en el sistema de control de tiro, la electrónica vehicular y la distribución de energía, los diagnósticos integrados, las mejoras de supervivencia y la interoperabilidad entre radios, enlaces de datos e IFF, equiparando así los vehículos de la Fase I con los de la Fase II.
Además de la torreta y los sistemas de misión, se espera que el trabajo racionalice las bases de software y las interfaces de mantenimiento para reducir el tiempo de inactividad y mejorar la disponibilidad de la flota.
Operativamente, la familia Pizarro (conocida internacionalmente dentro del linaje ASCOD) entró en servicio en España entre 1996 y 2003 para la Fase I y posteriormente para la Fase II, apoyando a la infantería mecanizada en ciclos de entrenamiento en España y ejercicios aliados en el extranjero.
España cuenta con 261 vehículos en sus distintas variantes; el programa aprobado abarca únicamente 121 VCI/C de la Fase I. Quedan excluidos de este programa 21 puestos de mando VCPC de la Fase I, 83 VCI/C de la Fase II y 36 vehículos de ingenieros Castor, estos últimos entregados más recientemente. El Gobierno allanó el camino el 16 de octubre con un Real Decreto publicado en el BOE para extender los préstamos directos a las empresas de defensa, asegurando la financiación para la modernización de los Pizarro adjudicada a GDELS-Santa Bárbara Sistemas y confirmando la elección de la modernización frente a una sustitución completa.

En términos de capacidad, la estrategia española refleja las exitosas modernizaciones de media vida europeas y estadounidenses, que permitieron extraer mayor potencia de combate de plataformas probadas.
En comparación con los CV90 modernizados o los M2 Bradley actualizados, el plan del Pizarro prioriza la armonización de sensores, sistemas informáticos y comunicaciones seguras, evitando la complejidad y el aumento de costes observados en programas de nueva construcción como el Puma. Este enfoque preserva la continuidad logística, mantiene la formación de las tripulaciones y acelera la integración de sistemas de protección adicionales y herramientas anti-UAS.
Históricamente, las flotas que estandarizaron sus sistemas electrónicos y de mando y control se beneficiaron de mayores índices de disponibilidad y ciclos de actualización de software más rápidos; la alineación de la Fase I con la Fase II en el caso del Pizarro es coherente con esta estrategia y debería generar mejoras significativas en fiabilidad y eficacia de las misiones.
Desde un punto de vista estratégico, la modernización de los VCI/C refuerza la credibilidad de España en las contribuciones terrestres de la OTAN y aumenta la preparación de las brigadas destinadas al refuerzo del flanco oriental y a las contingencias en el Mediterráneo. Geopolíticamente, la decisión respalda el compromiso nacional de alcanzar el 2% del PIB en inversión en defensa, al tiempo que profundiza la autonomía industrial europea.
Geoestratégicamente, la estandarización de la flota Pizarro simplifica las operaciones de la coalición, desde maniobras combinadas hasta fuego en red digital, y permite desplegar nuevos sistemas habilitadores financiados, como radios definidas por software y sistemas de mando y control expedicionarios.
Desde el punto de vista financiero, el contrato con Pizarro, valorado en 261,8 millones de euros, tiene vigencia desde su firma hasta el 30 de noviembre de 2031 sin posibilidad de prórroga, y abarca 121 VCI/C de Fase I, con un contenido español previsto superior al 80 %. El adjudicatario es GDELS–Santa Bárbara Sistemas, empresa que ya gestionaba el programa. Esta decisión se enmarca dentro de un paquete más amplio de 5.550 millones de euros aprobado por el Consejo de Ministros, que comprende una renovación integral de los sistemas de entrenamiento aéreo y terrestre de España.
La pieza central es el Sistema Integrado de Entrenamiento de Combate, valorado en 3.680 millones de euros, estructurado en torno a 45 entrenadores avanzados Hürjet para sustituir a la flota de F-5M. Producido por Turkish Aerospace y adaptado al español por Airbus Defence and Space, el Hürjet integrará aviónica y mantenimiento de fabricación nacional, con entregas a partir de 2028 para iniciar el programa de formación de 2029/2030 y la entrega de los aviones con configuración totalmente española para 2031.
El programa también incluye 18 fuselajes C295 para transporte y formación de pilotos, una tercera fase de adquisición de NH90 que añade 32 helicópteros polivalentes, y nuevos helicópteros ligeros de las clases H135 y H145M para modernizar las flotas de formación y apoyo. Las inversiones complementarias destinan 1.174 millones de euros a radios definidas por software, 785,1 millones de euros al sistema de conectividad MC3 y 26,9 millones de euros a la actualización de las transmisiones SG850 en los vehículos de ingeniería Pizarros y Castor de la Fase II.
Al invertir 261 millones de euros en los tanques Pizarro más antiguos del Ejército, Madrid apuesta por la solidez pragmática: prolongar la vida útil de una plataforma probada, unificar los estándares de toda la flota y consolidar el trabajo en la industria nacional para preservar las competencias y las cadenas de suministro. La modernización ofrecerá resultados tangibles en el campo de batalla, mayor disponibilidad, movilidad mejor protegida y redes de mando interoperables, dentro de un plazo y un presupuesto que respaldan los compromisos operativos de España y su estrategia de defensa e industria.
Teoman S. Nicanci


