Italia da marcha atrás y avanza a toda máquina en exportación de armas.
El gobierno italiano de la primera ministra Giorgia Meloni considera el comercio de armas como un pilar de su geopolítica: paso a paso, ha eliminado todos los obstáculos que quedaban y prepara una reforma radical de la Ley n°185 sobre exportación de armas.
EAU y Arabia Saudí, dos espinas que Italia se quita de encima
El 31 de mayo, el Consejo de ministros italiano decidió poner fin al embargo de municiones a Arabia Saudí. Para el Gobierno, «las restricciones a la exportación de determinados equipos militares a Arabia Saudí para evitar su uso en la guerra de Yemen se decretaron entre 2019 y 2020, de acuerdo con las directivas del Parlamento. Los motivos de estas medidas han desaparecido. El contexto regional en Yemen ha cambiado, empezando por los acontecimientos sobre el terreno.
«Desde abril de 2022, también gracias a la tregua acordada entre las partes, las actividades militares se han ralentizado considerablemente y son limitadas. La reducción significativa de las operaciones bélicas se traduce en una reducción igualmente significativa del riesgo de uso indebido de bombas y misiles aéreos, especialmente contra objetivos civiles. Riad ha llevado a cabo una intensa actividad diplomática en apoyo de la mediación de Naciones Unidas y, al mismo tiempo, también ha actuado con decisión en el frente económico y de ayuda humanitaria.
«En este contexto, y a la luz de la evolución de la situación del conflicto, y de acuerdo con la elección hecha el pasado mes de abril hacia los Emiratos Árabes Unidos, el Consejo de ministros certificó que la exportación de bombas y misiles a Arabia Saudí no entra dentro de las prohibiciones de exportación establecidas por el artículo 1, párrafos 5 y 6, de la ley del 9 de julio de 1990, n. 185, y son conformes con la política exterior y de defensa de Italia.»
Esta decisión, largamente esperada, se preparó intensamente mediante una serie de visitas bilaterales: en enero, el ministro de Defensa y estrecho asesor de Meloni, Guido Crosetto, recibió a los jefes de las fuerzas armadas de defensa saudíes, y en febrero Meloni inició negociaciones con Arabia Saudí sobre energía y armamento.
Esta decisión sigue a otra similar tomada el pasado mes de abril en relación con los EAU, también sometidos a embargo por el mismo motivo en la misma época. Tras una reunión del Gabinete, el Gobierno de Meloni había decidido levantar la prohibición de venta de armas a los Emiratos Árabes Unidos tanto porque su compromiso militar con Yemen había cesado como porque había indicios prometedores de alcanzar un acuerdo de paz para poner fin a la guerra.
Las entregas de exportación de armas a los EAU habían sido suspendidas parcialmente por el primer gobierno de Giuseppe Conte en 2019, y fueron embargadas en enero de 2021, bajo el segundo gobierno de Conte. En julio de 2021, bajo el gobierno de Mario Draghi, la prohibición de exportar armas a los Emiratos se había suavizado al levantarse para las armas ligeras, pero no para los misiles y las bombas.
¿Una reforma radical de la Ley n°185?
En la Asamblea General de la AIAD (Federación de Empresas Italianas del Sector Aeroespacial, Defensa y Seguridad), celebrada en Roma el 3 de julio, el ministro de Defensa Crosetto indicó claramente que era necesario modificar la ley de exportación. Para el ministro de Defensa, la arquitectura de la Ley 185 (1990) es extremadamente burocrática y crea dificultades y tensiones entre la industria de defensa y el Gobierno (Defensa, pero también con Asuntos Exteriores y el Ministerio de Comercio e Industria). El proceso de autorización es demasiado largo (6-8 meses de media), y puede poner en peligro importantes oportunidades y obstaculizar la formalización de acuerdos G-to-G.
Para el ministro, la Ley 185, tal como está redactada, impide a las empresas italianas ser competitivas en un entorno muy competitivo, formado por actores tradicionalmente poco escrupulosos y por actores emergentes que no tienen esas limitaciones. El ministro de Defensa citó empresas de defensa turcas, surcoreanas e israelíes. Estos nuevos actores simplemente no existían en 1990.
Además, las condiciones en que se realizan las exportaciones de armas han cambiado radicalmente en comparación con 1990, año en que se promulgó la Ley nº 185: los avances tecnológicos son más rápidos, los clientes exigen acuerdos de Estado a Estado y transferencias de tecnología y también quieren ser exportadores; además, los bancos son más «éticos» que antes.
De ahí la necesidad de crear un banco ad hoc para apoyar las exportaciones de armas, idea apoyada por el propio ministro de Defensa. Las líneas maestras de la reforma deberían centrarse en una formalización más flexible de los acuerdos entre Estados, la flexibilización de las normas de transferencia de tecnología y una oferta más acorde con la demanda (sobre todo en el campo de los drones, en el que Italia está rezagada), al tiempo que se aprovechan los puntos fuertes italianos: radares, sistemas de misiles y buques de combate.
Así, paso a paso, Meloni ha ido eliminando los obstáculos que impedían la normalización con estos dos países del Golfo a los que considera clave en su geopolítica del «Mediterráneo ampliado», y del Indo-Pacífico, donde pretende que Italia desempeñe un papel diplomático y militar significativo.
Timothy Arsh