La inteligencia surcoreana advierte que Corea del Norte prepara su séptima prueba nuclear.

Legisladores surcoreanos afirmaron el miércoles 5 de noviembre que la Agencia de Inteligencia de Defensa del país considera que Corea del Norte está técnicamente preparada para llevar a cabo otra detonación nuclear subterránea en Punggye-ri, centrada en el Túnel n.º 3, y que el único requisito restante es la aprobación política de Kim Jong-un.

El comunicado, difundido por Yonhap y replicado en la cobertura internacional, añade que Pyongyang también está preparando nuevas actividades militares espaciales en coordinación con Rusia, lo que indica un impulso de modernización más amplio junto con la demostración de fuerza nuclear.

Tras seis detonaciones entre 2006 y 2017, la última estimada públicamente entre 100 y 250 kilotones, Pyongyang afirma haber superado el umbral termonuclear. Se considera que los dispositivos han evolucionado desde sistemas de fisión potenciada hasta diseños de dos etapas, con una miniaturización gradual destinada a sistemas de lanzamiento balístico.

El sistema de producción de material fisionable sigue siendo dual: plutonio del reactor de Yongbyon y uranio altamente enriquecido, en medio de incertidumbres sobre las reservas y el ritmo de producción. La elección del Túnel n.° 3, reacondicionado durante varias temporadas, busca la repetibilidad, el control de las limitaciones geológicas y la reducción de las señales externas, lo que disminuye el tiempo de alerta.

El programa nuclear de largo alcance de Corea del Norte se basa en los misiles Hwasong-15 y Hwasong-17, de combustible líquido, y el Hwasong-18, de combustible sólido. El Hwasong-15, de dos etapas y estructura metálica, ya ha realizado vuelos en trayectorias muy elevadas, con un alcance teórico estimado superior a los 12.000 km con carga útil ligera. El Hwasong-17, de mayor tamaño, utiliza un tren de aterrizaje de 11 ejes y está diseñado para transportar cargas útiles más pesadas; Pyongyang ha insinuado su potencial para ojivas de reentrada múltiple (MIRV), aún no demostrado en condiciones operativas.

El Hwasong-18, de tres etapas y con estructura encapsulada, reduce el tiempo de preparación de horas a minutos, disminuye la exposición durante el prelanzamiento y permite secuencias de disparo menos predecibles. Su punto débil sigue siendo el rendimiento del vehículo de reentrada en trayectorias más planas a velocidades hipersónicas: la mayoría de las pruebas se realizan en trayectorias elevadas, validando la energía y la configuración de etapas más que el entorno térmico real de un vuelo operativo.

El segmento regional y táctico gira en torno al Hwasong-12 (misil balístico de alcance intermedio [IRBM] con un alcance aproximado de 4000-4500 km) y los misiles balísticos de corto alcance (SRBM) maniobrables KN-23/KN-24.

El KN-23, un misil cuasibalístico similar al Iskander, vuela con perfil deprimido y una trayectoria de ascenso terminal, tiene un alcance de aproximadamente 600-700 km y es resistente a las defensas del teatro de operaciones.

El KN-24, con una sección transversal rectangular que recuerda al ATACMS, cubre unos 400 km con una precisión CEP más ajustada a distancias más cortas. Un lanzador rápido de 600 mm de gran potencia (a menudo denominado KN-25, con un alcance aproximado de 300-350 km) proporciona cobertura adicional, y los misiles de crucero de ataque terrestre Hwasal se anuncian con un alcance superior a los 1500 km, vuelo a baja altitud, guiado inercial mejorado mediante correlación con el terreno y altimetría, y capacidad de vuelo rasante en las variantes antibuque.

Montado sobre TEL móviles por carretera, esta fuerza ofrece flexibilidad de despliegue y refuerza la disuasión local al multiplicar los perfiles de ataque y reducir el tiempo hasta el objetivo.

El clima regional sigue siendo tenso. Tokio vigila las ventanas de lanzamiento y ajusta sus adquisiciones de sistemas de defensa aérea y antimisiles. Pekín resiste la presión multilateral mientras gestiona la estabilidad de la región. Washington mantiene las rotaciones aéreas y marítimas y la cobertura de sus alianzas, prestando renovada atención a la interoperabilidad de la defensa antimisiles y a la credibilidad de la disuasión extendida.

Seúl endurece las reglas de enfrentamiento y adopta una postura de respuesta gradual, al tiempo que refuerza la autonomía de sus sistemas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) para evitar depender exclusivamente de las ventanas de lanzamiento de sus aliados.

Un nuevo elemento, mencionado por Corea del Sur y que exige cautela, es la posibilidad de apoyo ruso al programa espacial y, en términos más generales, al sistema de defensa de Corea del Norte.

Se citan como hipótesis, sin confirmación pública firme por el momento, las transferencias de conocimientos y los posibles intercambios de equipos o personal relacionados con la guerra en Ucrania. De confirmarse, estas hipótesis sugerirían intereses convergentes que complicarían los regímenes de sanciones y los esfuerzos de control de exportaciones, con repercusiones en las cadenas de suministro de doble uso.

En última instancia, una séptima prueba reactivaría el ciclo de resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, si bien el estancamiento diplomático limita su efecto coercitivo. Los aliados incrementarían los patrullajes y ejercicios aéreos y marítimos, con un aumento de las misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) para mantener la COP de forma continua.

También se intensificaría la presión sobre las arquitecturas nacionales, desde la defensa antimisiles de teatro de operaciones hasta la alerta temprana, así como sobre los planes de crisis interinstitucionales. El riesgo más concreto reside en un ciclo de acción-reacción en el que la exploración tecnológica de Corea del Norte se alinee con un calendario político, al coincidir elecciones, ejercicios estacionales y ventanas orbitales. En este contexto, la estabilidad se basa en una disuasión clara, una capacidad de ataque proporcional y una gestión cuidadosa de la defensa antimisiles de corto alcance (BITD) aliada para que perdure en el tiempo.

Alain Servaes

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